Parte 19. Always in Time

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En el lobby del hotel feliz, Charlie y Angel Dust tenían una pequeña pelea.

-Angel, estás en rehabilitación, no puedo dejar que vayas a hacer más películas – Charlie sujetaba a su amigo de uno de sus brazos.

- Eres un amor, princesa, pero es mi vocación. Así como un médico es llamado por el sufrimiento y la enfermedad, yo soy llamado por esas enormes y deliciosas ... - Charlie chilló fuerte, diciendo cualquier cosa, para evitar que Angel se explayara frente a las demás personas que los observaban.

Decidieron llevar esa discusión al jardín. Discusión que no iba a ninguna parte.

Un auto compacto y rosa chillón se detuvo frente a la entrada. Crimini bajó de él, caminando con gracia.

-Angel Dust, ¿Estás listo? – Charlie la señaló con un dedo.

- ¿Crimini? ¿Tu lo llevarás a filmar esa película pornográfica? – Frente a ella, Crimini y Angel Dust se rieron.

- Le he pedido a Angel Dust que sea mi modelo para la siguiente pasarela, y además saldrá en un video musical como bailarín -dudó - ¿Bailarina?

Charlie frunció el ceño y puso las manos en su cadera.

- Tranquila preciosa, no más pornografía para este cuerpo. – Angel sonrió ampliamente, subió al auto y agregó.

- ¡La que podría hacer películas porno diario eres tú! ¡Consigue una cámara! - Crimini aceleró para evitar que todos escucharan.

Charlie miraba al suelo masajeándose las sienes. Detrás de ella, Harold que acababa de llegar, nuevamente había tenido la mala suerte de escuchar sobre la vida sexual de Charlie.

-Que tal Charlie, escuche que anoche anunciaste tu compromiso con Alastor. Muchas felicidades. – Su sonrisa era sincera

- Muchas gracias Harold – Charlie tenía un ligero rubor en su cara. Harold se quedó mirándola.

La tomó de una mano y la llevó dentro del jardín. La sentó en una banca y se sentó junto a ella. Se aclaró la garganta.

- Hace 19 años, no tuve la oportunidad de decirte tres cosas. - Charlie miraba las palmas de sus manos.

La primera, es lo siento. Por haberte abandonado. – Charlie levantó la cara y lo miró. Sus ojos verdes se cruzaron con los suyos.

La segunda es, gracias. Por haber cuidado de mí, y haberme ofrecido todo de ti, sin dudar. -Charlie sabía a que se refería, y su cara se puso roja.

La tercera es, que te amo. – Charlie se quedó helada. Era una frase que ni siquiera Alastor le había dicho.

Harold tomó sus manos y la miró fijamente a los ojos. Te amo, Charlie Magne, y haré lo posible por que seas libre. –

Charlie lo miraba con la cara enrojecida, los ojos grandes y la boca ligeramente abierta. "Igual que la última vez" pensó Harold. El silencio se prolongo por algunos minutos, sus manos seguían sobre las de Charlie.

Harold se aproximó y la besó en una mejilla.

-Te estás convirtiendo en toda una mujer, Charlie – Su voz era grave y sensual. Se levantó de la banca y entró en el hotel.

Charlie se quedó congelada, sin saber que hacer, esa frase la había usado Alastor también. Se recargó en la banca y miró el cielo, apenas tenía un rato que había amanecido.

Se tocó la mejilla donde Harold la había besado y recordó aquella ocasión, hace años, en la que estuvo a punto de unirse a Harold.

- Una moneda por tus pensamientos – Charlie había brincado del asiento. Conocía esa voz cargada de estática.

Somewhere Only We Know (Chalastor )Where stories live. Discover now