EPÍLOGO

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--Quiero que la despidas. -exigió un Jimin enojado y embarazado de siete meses, entrando a la oficina de su esposo.

Yoongi observó con calma como su rechoncho omega apretaba los puños a sus costados y fruncía el ceño. Si le preguntaban a él, realmente no se creía capaz de explicar cómo es que alguien podía lucir tan tierno y sexi incluso estando embarazado y, a la vez, ser tan terrible dolor de cabeza.

--No puedo, es la quinta que contratamos en tan solo mes y medio. -respondió cansado del mismo tema.
--No puedo despedir a cada persona que contratamos solo porque no te agrada. -sentenció de manera clara y directa. No se iba a dejar manipular ni una vez más.

Jimin lo miró con expresión dolida y Yoongi se preparó para lo que venía.

--Te gusta ¿no es así? Es por eso que vienes tan temprano al trabajo mientras me dejas solo en la casa. -acusó con voz aguda y mucho dramatismo.

Desde hace meses que Jimin se había vuelto muy posesivo con él. Las muestras de afecto en público eran muy recurrentes, incluso lo marcaba con su olor constantemente y, lo más importante, no quería a ningún o ninguna omega cerca suyo.

Y eso es lo que los coloca en la situación en la que están.

Desde que Yoongi aceptó hacerse cargo de la empresa de su suegro para que este pudiera jubilarse y tomar sus tan anheladas vacaciones, el trabajo y las responsabilidades habían aumentado muchísimo más. Optaron por no fusionar las empresas, sinó que, Hoseok, además de ser su mano derecha en Min Tecnologys, ahora también era Ceo de Park Company, mientras que Jimin continuó como su asistente personal y el nuevo encargado de relaciones públicas de la empresa que antes pertenecía a su padre.

Pero, debido al avanzado embarazo de su lindo esposo, se vió en la necesidad de buscar suplentes temporales, sin embargo, el menor insistía en que despidiera a cada nueva asistente omega que contrataba.

Aunque su doctor había dicho que todo se debía a su estado hormonal, él sospechaba que el rubio se aprovechaba para obtener sus caprichos.

Y no lo mal interpreten, amaba con cada célula de su cuerpo a su precioso y atrevido esposo. Jimin era su todo y estaba seguro no ser capaz de amar más de lo que ama a ese pequeño berrinchudo.

Jamás se quejaría de él...bueno, sí lo hacía y mucho...solo que no en voz alta.

Pero es que a veces simplemente era insoportable aguantar los cambios de humor, los constantes berrinches y las absurdas exigencias del omega que solo le provocaban ganas de darle varias nalgadas para que dejara tal comportamiento.

Y, como si algún ente intentara probar que sus teorías y especulaciones respecto al rubio eran totalmente ciertas, el omega cambió de actitud de repente. Mostrando su mejor puchero y esos irresistibles ojitos de borrego que lograban embobar aún más al alfa, pidió ser alimentado.

 Mostrando su mejor puchero y esos irresistibles ojitos de borrego que lograban embobar aún más al alfa, pidió ser alimentado

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《Tal Para Cual》《YOONMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora