Celos

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Jimin disfrutaba de un delicioso bocadillo cuyo nombre ni siquiera recordaba. Desde su llegada a la fiesta se había dedicado con pasión a comer, y no es que fuera un glotón, para nada. Su escultural cuerpo se debía, más que nada, a una rutina de ejercicios y comida balanceada. Sin embargo, necesitaba mantenerse ocupado con algo para no sucumbir ante las sensaciones y emociones que lo embargaban al tener la mirada gatuna de cierto alfa pelinegro puesta en él.

Porque sí, había notado durante todo el tiempo la mirada de Yoongi. Sabía de sobra que no debía emocionarse, no era ningún adolescente hormonal y era consciente de que la atención que este le dedicaba era debido a que vigilaba que su ex-amante no se le acercara.

El problema era que, a su lobo ese pequeño detalle no le importaba. Transmitiéndole a Jimin una cálida sensación en su pecho, un ligero temblor y erizamiento en su piel al sentirse "cuidado" por el mayor.

Y es por esa razón que había preferido mantenerse al margen de todo, solo dedicándose a engullir cualquier cosa comestible mientras su omega interior alusinaba.

Y fue justo la falta de sensaciones extrañas lo que le hizo darse la vuelta extrañado, para descubrir la causa.

La atención de Yoongi ya no estaba puesta en él.

Jimin observó detenidamente los gestos del mayor. Estaba sonriendo. Le estaba sonriendo a la chica con la que platicaba de manera amena.

No hacía falta siquiera preguntarse quién era ella. La respuesta era mas que obvia.

"Una de sus amante". -pensó amargamente.

Como si quisiera corroborar la conclusión del rubio, Yoongi abrazó a la joven mujer.

Jimin sintió un ardor en su pecho debido a los gimoteos de su omega entristecido

Y eso lo hizo enfurecer.

"Entiende de una maldita vez que ese imbécil no es nada nuestro. Ni lo es ni lo será. Nunca".

"Alfa" gimoteo su lobo.

"Mi alfa"

Las manos de Jimin se cerraron formando puños y una sonrisa burlona surcó sus labios.

"¿Tu alfa? No. El no es tu alfa. Entiéndelo ya"

La presencia de un cuerpo a su lado provocó un leve respingo en el rubio. Por lo que, apartando la mirada de la dolorosa escena que tenía frente a él, de un Yoongi mostrando sus pequeñas y rosadas encías en una sincera sonrisa hacia la chica que, aún abrazada a él, también le sonreía; se dispuso a borrar todo rastro de tristeza de su mirada para enfocarse en la cara seria del alfa que había intentado acercarse a él toda la noche.

Carlo lo miraba de una manera extraña que a Jimin se le hizo parecido a la lástima. Y se odió por bajar la guardia y dejar que alguién lo viera en un estado de vulnerabilidad.

--¿Te gustaría bailar? -propuso el alfa ante la mirada un tanto perdida del rubio.

El omega no respondió, se limitó a colocar  su pequeña mano -que tan solo momentos atrás había formado un apretado puño- sobre la palma abierta que era extendida hacia él.

Se encaminaron a la pista de baile donde sonaba una delicada melodía. El alfa colocó una mano en la diminuta cintura contraria y con la otra, sostuvo la mano derecha ajena.

Jimin suspiró ante la delicadeza con la que era tocado y permitió a su cuerpo iniciar con el lento ritmo que imponía su compañero de baile.

Su lobo se quejó pero él, ya harto de su lado animal y de sus quejas, lo ignoró completamente. Cerrando la distancia que mantenía a ambos cuerpos separados -y que era la distancia mínima requerida por el pudor- Jimin se pegó más al alfa, notando el momento en que el cuerpo contrario se tensaba ante la extrema cercanía. No obstante, esta reacción duró unos escasos segundos puesto que inmediatamente sintió la mano en su cintura reforzar su agarre. Levantó la mirada y se topó con unos ojos profundos que lo observaban con intensidad. Él reconocía esa mirada, había sido testigo y causante de miles de ellas.

《Tal Para Cual》《YOONMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora