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6 de la mañana. Odio esa hora, pero deberíamos estar despiertos a esa hora si queríamos dejar a Annita con Mercedes y con Aurelio llegando a tiempo de coger el avión.
-Álvaro- le llamé- Álvaro- sin respuesta. Empecé a darle besitos por el cuello.
-Un poquito más- dijo Álvaro medio dormido.
-Vale, pues me voy yo sola a Nueva York. Goodbye!- Álvaro se levantó de repente.
-Ni se te ocurra.
-Ay, vale, vale. No me pegues.
-Voy a hacerte algo mejor- Álvaro empezó a hacerme cosquillas. Annita se despertó por el jaleo que habíamos montado.
-Eres malo, has despertado a tu inocente hija- dije acunando un poquito a Annita.
-¿Inocente? ¡Si ha salido a su madre!- Álvaro se llevó una colleja.
-Recoge tus cosas que nos vamos a casa de tus padres a dejar a Annita- le di un beso en la mejilla.
-¿Primero me pegas y luego me besas? No tiene sentido...
-Anda deja de pensar pensador y recoge tus cosas que nos vamos.
Recogimos nuestras cosas y las de Annita y pusimos rumbo a casa de los padres de Álvaro. Llegamos y dejamos a Annita con sus abuelos.
-Os llevo yo al aeropuerto, subid- nos dijo Aurelio mientras conducía nuestro coche.
Llegamos al aeropuerto y Aurelio se despidió de nosotros. Subimos al avión y acto seguido me quedé dormida.
Judit.
Estaba en la consulta del médico con Xuso. El médico ya tenía los resultados. Estaba embarazada de gemelos ¡Gemelos! ¡Mi sueño hecho realidad! Ojalá fueran los dos chico y les pueda llamar Jesús y Daniel.
-Xuso, ¿Jesús y Daniel te gustan como nombres para los niños?- le pregunté mientras subíamos a casa.
-Si, pero si son niñas se llamarán Katrina y Ainhoa- Xuso abrió la puerta.
-Vale, pero haces tú la comida- le saqué la lengua y me apoderé del sofá.
-Porque estás embarazada que sino... Te echo del sofá a besos- dijo Xuso mientras iba hacia la cocina.
-Y lo puedes hacer...- Xuso hizo el amago de volver- Pero primero nos haces la comida- dije señalando mi barriga.
-No tienes remedio- contestó Xuso riendo.
-Culpa tuya por que hayan salido dos, mi querido semental.
-Te recuerdo que la que tiene unos tíos gemelos o mellizos eres tú y no yo- Mierda, tenía razón.
-Dejemos de discutir y haznos la comida. Porfaaaaa- Xuso fue hacia la cocina- Por cierto, nos apetece pasta- empecé a reír por la cara de mi querido novio.
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*Sueño*
Estábamos Álvaro, Annita y yo en el parque y a mí sólo me quedaban un par de meses para dar a luz al pequeño Alvarito.
Era todo tan perfecto hasta que...
-¡Annita ven aquí!- le gritaba su padre para que la niña no se acercara a la carretera. Ésta le hizo caso omiso y fue hasta ella con la mala suerte de que le atropelló un coche. Lo peor de todo: el coche lo conducía Blas.
-¡ANNITA!- Blas salió del coche y abrazó a la niña. Yo me quedé en shock y no podía moverme. En cambio, Álvaro fue hasta Blas y Annita.
»Álvaro te juro que no la he visto, ha salido de la nada, de verdad- decía Blas con los ojos llorosos.
-Tranquilo hermano, ha sido un accidente. Tú no tienes la culpa- dijo Álvaro tranquilizando a Blas.
-Mami, ¿puedo ir ya a jugar con Annita?- preguntó el pequeño Louis.
-Louis calla un momentito, por favor- le dijo a Amy mientras llamaba a una ambulancia. En menos de cinco minutos la ambulancia estaba ahí.
-Yo iré con ella- dije saliendo de mi estado de shock.
-No, _____. Tú no estás en condiciones para ir al hospital. Iré yo- dijo Álvaro.
-¡Tampoco estoy en condiciones para conducir!- dije desquiciada y llorando.
-Tranquilicense, pueden venir los dos con nosotros - dijo el chico de la ambulancia.
Llegamos al hospital y a las dos horas apareció el médico.
-Lo sentimos mucho... La niña ha perdido mucha sangre y no hemos podido hacer nada...
-¡NO MI NIÑA NO! POR FAVOR HAGA ALGO.
*Fin del sueño*
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-_____- Álvaro me llamaba.
-¿Y Annita?- dije nada más despertar.
-En casa de mis padres, ¿quieres algo? Te veo muy agobiada y estás sudando- Álvaro me abrazó.
-No, tranquilo, estoy bien. Solo ha sido una pesadilla- dije algo menos agobiada.
-¿Qué pasaba?- preguntó Álvaro curioso.
-Que Blas; sin querer, atropellaba a Annita y ella moría...- me salió una lágrima, la cual Álvaro secó con la yema de su dedo pulgar.
-Tranquila enana, que Annita está bien- me dio un beso en la frente.
-Te quiero- le di un beso en mejilla y Álvaro sonrió.
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Sentada en el banco (Álvaro Gango)
FanfictionAlgo los separó, pero lo que los separó los volvió a unir para siempre... ¿O no? •~•~•~• " -¿Habéis oído alguna vez la frase de que del odio al amor hay sólo un paso? Yo doy fe de ello pero también doy fe de que del amor al odio hay otro".