Sentada en el banco (Álvaro Gango)

El último nieto

Annita.

Os voy a poner un poco al día:
Mi hermano Álvaro se casó con Paula y tienen dos niños: Eloy y Fran. Álvaro trabaja junto a Dani, Louis y Ezequiel en una clínica de fisioterapia que montaron los tres cerca del centro de Madrid. Yo, como buena abogada, tuve que llevarles todo el papeleo para la licencia y tal. Además de que tengo el despacho al lado.
Mi hermana Ruth estudió Publicidad como papá y como que mi suegro la enchufó un poco en Los 40 de Mallorca. Sí, mi hermana y Jesús viven en Mallorca pero ahora mismo se encuentran en Madrid con su hijo Sergio y mi madre y yo decimos que en menos de dos días con su hija Bea.
Ezequiel se casó con mi prima Sara, que ahora viviendas felizmente en Lanzarote con su perro Pantunflo y su hija Saray. ¿A qué fueron originales? Hardin encontró el amor en Alexandra, una de las gemelas, y por ahora no tienen hijos pero están intentando encargar uno. Jesús está ahí ahí con Gemma, la cuñada de su hermana, y, por lo que escuché un día a mi madre, a Judit y a Amy, llevan varios meses saliendo en secreto. Y no les culpo, tío Blas a veces es demasiado protector con Gemma. Noelia, la hija de Dani y Maria, se fue a estudiar fuera concretamente a California donde conoció a un chico con el que lleva varios años saliendo: Zac. Mi primo Raúl va siempre de flor en flor pero siempre repite con Brittany. La historia de Marcos y Louis es súper bonita, pues ellos dos están juntos y hace poco se casaron. Ahora mismo les estoy ayudando para que puedan adoptar a un bebé, pero por como va España es difícil conseguir que una pareja homosexual adopte. Luego estoy yo, la mayor de todos y de todas, casada con Biel y siendo madre de una preciosa niña y un precioso niño ambos de cuatro años: Esther y Pablo. Dos nombres que sé que le encantaban a mi madre pero a mi padre no tanto.

-Abuuuuu dile al primo Eloy que me dé mi pulseraaa- escuché a mi hija hablar con mi madre.

-Eloy dale a tu prima su pulsera- dijo mi madre seria.

-Pero abuela ¡hay que compartir!

-¿Se la has pedido a Esther la pulsera?- intervino mi padre mientras leía el periódico.

-No- Eloy agachó la cabeza- ¿Me la dejas?

-Vale- respondió mi hija.

-Álvaro, la casa ahora se nos ha quedado grande para los dos- comentó mi madre sin que supiera que mis hermanos y yo les observábamos desde la puerta del jardín.

-Para nosotros dos no. Para nosotros tres. ¿Ya te estás olvidando otra vez de Wolfi Junior?- respondió mi padre y ninguno de los hermanos pudo evitar reír.

-¿Pero qué hacéis ahí?- preguntó mi madre.

-¿Es que no podemos estar en la puerta de nuestro jardín observando a nuestros padres y a nuestros hijos?- dijo mi hermano.

-Pues claro que sí mis retoñicos- habló mi padre.

-Cariño que aquí la murciana soy yo- se quejó mi madre riendo.

-Mamiiii- Esther vino hacia mí y yo la cogí en brazos- ¿Y papá?

-Aquí- apareció Biel de la nada y besó la mejilla de Esther.

-¿Papá puedo subir a tu habitación?- preguntó Eloy.

-Um... Eso se lo preguntas a la abuela.

-¿Abu puedo?

-Claro, cariño pero debes ir con tu padre- contestó mi madre.

-Mami, mami ¿mañana podemos traer a Truffy para que juegue con Wolfi Junior?- me preguntó mi hija.

-Eso se lo dices a tu padre- contesté.

-¿Papi puede?

-Vaaale pero luego el Tito Álvaro la saca a pasear.

-¿Eh?- dijo mi hermano mientras sus hijos le arrastraban hasta la que era antes su habitación.

Ruth.

Estaba ayudando a mi madre a hacer la comida junto a mi hermana cuando noté un pinchazo en la barriga y un líquido caer por mis piernas.

-¡Mamá llama a Jesús!- gritó Anna mientras me llevaba hasta su coche pero por suerte en el camino nos encontramos a Jesús.

-¿Qué pasa?- preguntó alarmado.

-¿Que qué pasa? ¿Que qué pasa? ¡Peor que tu cuñado cuando di yo a luz!- dijo nerviosa de más mi hermana.

-Tranquila Anna, ya la llevo.

-Más te vale- y Jesús me cogió y subió al coche.

____.

El último nieto, bueno nieta. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a casar con Álvaro, a tener hijos con él y que ésos hijos tuvieran también hijos, mis nietos? Si a mí hace unos cuarenta y cinco casi cincuenta años que me iba a pasar todo esto le hubiera dicho que estaba loco. ¿Cómo iba a volver yo con alguien tan egoísta como Álvaro Garcia-Gango Guijarro? Algo que, más tarde supe, lo hizo más por mí que por él pero lo que él no sabía era que Auryn le fuese a salir tan bien.

-¿Qué le habéis hecho a Annita para que se pusiera a gritar de aquella forma?- preguntó Álvaro.

-El último nieto.

-¿Qué nuestra Ruthy está de parto y tú aquí tan tranquila?- dijo Álvaro alterado.

-Está con Jesús y en Madrid. Además Sergio está ahora mismo en el jardín jugando con Pablo y el perro. Todo está bien, así que tranquilizate, tómate un café y sigue contando nietos- besé la mejilla arrugada de mi viejo marido.

Ruth.

Estaba en la habitación del hospital cuando me desperté por culpa de unas voces muy familiares. Miré a la izquierda de mi cama y vi la cuna de mi hija rodeada de gente y al padre de mis hijos dormido en el sofá.

-Ejem...- tosí y mi tía Fanny vino a abrazarme.

-¿Cómo estás? Tus padres se han quedado en su casa cuidando de tus sobrinos y tu hijo pero tranquila, tu padre no ha cocinado a ninguno aún- dijo mi tía entre risas.

-¿Se iba a llamar Bea, no?- preguntó mi tío Luis.

-Sí- respondí sonriendo- ¿Me la podéis dar?- mi tía cogió a Bea y me la dio- Hola preciosa, yo soy tu mami y ese que está ahí durmiendo en el sofá es tu papi y nos quiere un montón. También tienes un hermanito, que ahora está en casa de los abuelos jugando con los primos y los titos- dije mientras cogía a mi hija en brazos y le acariciaba la cara- Ahora mismo no estamos en casa, pero pronto lo estaremos. Vivimos en una casita muy cerca del mar para que, cuando seas mayor, puedas jugar con tu hermano y con la arena los días de verano. ¿Te he dicho que papá nos quiere un montón?- Bea sonrió y yo la imité. Era tan pequeñita y frágil...