Capítulo 1:

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La fiesta en la mansión de los Lawrence

La profesora de literatura está leyendo una novela muy poco entretenida, tan zumbida en su lectura con los lentes descansando sobre su nariz, perfectamente derecha sentanda en su silla detrás del escritorio mientras que sus alumnos tratan en vano no dormirse. Algunos miran el suelo dando la impresión de que sus ojos ya están cerrados, otros la observan  maldiciendola en sus mentes, se recuestan sobre la fría y lisa mesa, espían en sus móviles o hablan en murmuros entre ellos como es el caso del grupo de atrás donde están las amigas en su último año de secundaria.
Harley, la dura chica reservada es prima de Emma, la dulce y las más chica por edad en el grupo. Ambas viven juntas ya que los padres de Harley tuvieron la desgracia de no ver crecer a su pequeña hija.
Anne, es la romántica empedernida por naturaleza la cual ha sido engañada por su novio hace poco menos de una semana. Megan, la  rompe corazones, jamás sabe en que situación sentimental se encuentra, solo se limita a vivir su vida, tan parecida a su amiga Gemma que si se enamoró una vez pero eso fue el peor  error de su vida ya que se trataba de una especie de delincuente a sus quince años de edad.
Sus padres son amigos y trabajan en la misma empresa, así que todo tiene relación con todo.

— ¿Qué haces?- Megan se asoma para ver lo que tanto teclea en el móvil Gemma, con una sonrisa pícara.

— estoy confirmando nuestra presencia en la fiesta de hoy— levanta ambas cejas, —porque iremos ¿iremos no?

Todas intercambian miradas.

— por Anna— agrega Megan.

— si— salta Gemma, — para que te distraigas. Ya hasta pareces muerta.

— Creo que tienen razón, por primera vez en años— continua Emma con su tono dulce, —un poco de distracción te haría bien. Al final ya es viernes y  no hay clases mañana.

La joven a la cual gira la conversación lo piensa por una milésima de segundos y asiente haciendo que la sonrisa en Gemma y Megan aumenten favorablemente.

— Okey, okey, ¿pero de quién es la fiesta?

— De Noha Lawrence.

— ¿El hijo de William Lawrence?— se espanta Megan, — que raro que les deje hacer una fiesta  con invitación abierta. Pensé que eran más de cenas elegantes con trajes.

— Mmm, yo también. Pero que más da, ¡Hay que divertirnos...

— ¡Gemma!- la potente voz de la profesora hace que hasta el más dormido de la clase pegue un brinco en su lugar. —Atiende a la clase.

La joven asiente obediente con la cabeza dando por finalizado la conversación.

Terminada la jordana, cada cual vuelve a su casa pero se despiden en el estacionamiento, Anne se sube al auto de Megan mientras que al auto de Gemma se suben las primas ya que prácticamente son vecinas separadas por unas casas.

—¡nos vemos a la noche!- Grita Gemma a sus amigas las cuales sólo se limitan a sonrier.

— nos emborracharemos — Megan codea a Anna con una sonrisa perversa.

— aceptaré con mucho gusto- bromea la joven....

A la hora de ir a la fiesta  todas van en el auto de Gemma que es el más grande. Cada una está vestida según su personalidad, un color oscuro para Harley, un claro y nada provocativo para Emma, uno más provocativo para Anna y aún más para Gemma y Megan.

Gemma, conduce por las calles de la Cuidad de Londres con la música del estereo de fondo, las ventanillas están abiertas dejando ingresar el fresco aire de la noche con luna llena. Algunas voces suenan en el auto cantando la música que suena hasta que llegan frente a una gran reja en uno de los distritos más elegantes y se ven obligadas a estacionar en los pocos lugares disponibles. Las rejas se abren y dejan al descubierto a un par de hombres con trajes que tienen una agenda entre sus manos.
Gemma se acerca a ellos, le dice algo y efectivamente sea lo que sea que haya dicho, las dejan entrar.  Desde allí siguen un  camino hasta una inmensa mansión donde la música suena a la par que las personas se acercan al lugar. Pareciera que la mansión ocupará una manzana entera, con un césped perfecto, una arquitectura perfecta con un par de rasgos antiguos.

— Menuda casita para una fiesta alocada— comenta Harley.

— Con guardias y todo— sigue Megan,
— se nota que son de la alta sociedad.

En la puerta siguen presentes dos guardias, los cuales abren la puerta haciendo que las chicas  choquen con el aire a festividad que se celebra adentro. Lo que parece ser la sala, una inmensa sala, no tiene muebles ya que es donde está la pista de baile con el DJ en la planta de arriba.

— oh rayos— Anne abre sus ojos frente a la multitud pero antes de poder decir algo más, un vaso de una infusión azul es puesta entre sus manos por Megan,

— ¡A divertirse!— escucha la voz de Gemma que ya se esta alejando del brazo de un chico y en cuestión de segundos las cinco están dispersas por la casa donde todos tienen la manos con algo como bebidas.

Mientras que ingresan a la propiedad de los Lawrence los hermanos Dylan y Hitan Lawrence.

—¿Es una broma?—Habla Hitan en tanto su hermano observa la mansión con su frente fruncida,

— Aprovecharon que no están en casa. Esto es obra de Alexander y John– Dylan abre la puerta de su auto y su hermano repite la acción. Ambos acaban de salir de la empresa y siguen con sus camisas blancas y pantalones negros habiéndose desecho de sus sacos y corbatas.
Los jóvenes ingresan a la casa ignorando a los guardias presentes en el puerta dándose de frente con sus especiales invitados.  Ambos caminan haciendo espacio entre las personas hasta que escuchan la voz de Noha,

—¡Dylan!— se acerca a su hermano con una inmensa sonrisa que le es muy bien recibida por los chicos ya que se trata de su hermano menor.

— bonita fiesta— habla Dylan con una sonrisa de lado,

— ah si, es por mi cumpleaños...lo organizó Alex.

Dylan asiente con la cabeza.

— por favor no peleen, solo por hoy no seas el hermano mayor.

El joven le da una palmadita en la espalda a su hermano, —okey, por hoy no seré el hermano mayor— le guiña un ojo y se desabrocha los primeros botones de su camisa, pasa su mano sobre sus rizados cabellos muestra de que promete relajarse.

Y allí están los hermanos Lawrence y Smith ya que la familia del prestigioso empresario William Lawrence está compuesta por sus dos hijos, Dylan de 24 años  recto y hasta frío, Hitan de 23 años que disimula ser un poco más despreocupado que su hermano. Luego están los hijos de Nora, su última esposa que tuvo dos hijos con otro hombre, los mellizos de 24 años Alexander y John, los que no están para nada dispuestos a obedecer las reglas de William y fruto de ese último con Nora, tuvieron a Noha de 20 años. Así que los cuatro mayores convivieron desde que tenían 4 y 3 años y desde entonces siempre hubo una rivalidad por los apellidos, en especial entre Dylan y Alex, dos pesos pesados, de carácter fuerte.

 Así que los cuatro mayores convivieron desde que tenían 4 y 3 años y desde entonces siempre hubo una rivalidad por los apellidos, en especial entre Dylan y Alex, dos pesos pesados, de carácter fuerte

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Rompiendo las Reglas✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora