Capítulo 12

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Las experiencias

Luego de deleitarse con una película que duró dos horas, Dylan y Anna salieron del cine para encontrarse con las grandes gotas de agua que chocan contra el suelo y con los relámpagos iluminando el cielo.

—okey— Dylan le hecha un vistazo al cielo con un sonrisa traviesa.

—no quisiera molestarlo señor Lawrence pero, ¿me llevaría a casa?

El joven la mira con una sonrisa de lado y sus manos en sus bolsillos,
—de aquí al auto llegarás empapada, quizás deberíamos ir a mi casa primero.

—¿es una propuesta indecente?

— no.

Con esa pizca de diversión Anna se acerca al oído de Dylan, — quizás no me moje mucho.

Dylan le saca el seguro al auto sin borrar su sonrisa porque sabe que el Audi está lo suficientemente lejos como para que se mojen con la lluvia que cae a cantaros. Anna,  corre lo más rápido que puede y para cuando está dentro del Audi TT se ve avergonzada por las gotas de agua que mojan el asiento y el suelo del auto, pero Dylan no está pensando en eso, sino que sus ojos devoran la imágen que tiene frente a él, con la ropa de Anna pegada a su cuerpo, las sobras de gotas sobre su piel y para cuando ella levanta su mirada no puede hacer más que robarle un beso.
Sus grandes manos la toman del rostro para tener un mejor acceso a su boca en tanto Anna no pone ningún rechazo alguno sino que enrreda su lengua con la de Dylan.

— definitivamente debes ir al apartamento— habla sobre los labios de la joven con la respiración entrecortada, — no puedes llegar mojada— dice en su defensa volviendo a apoyar su espalda sobre el asiento mientras que Anna no puede hacer nada más que ocultar su sonrisa girando la cabeza.

Luego de dejar el Audi en el estacionamiento, con la ropa mojada entran en el apartamento.

—deberias darme tu ropa.

La joven levanta ambas cejas con los brazos cruzados sobre su pecho,

—para secarlas, hay una bata en mi habitación para que no quedes desnuda, aunque no me importaría— da un paso hacia ella quedando muy cerca, —di algo— lleva un mechón de cabello mojado detrás de su oreja.

— ¿el beso estaba dentro de la experiencia?

—quizás— vuelve a sonreír mostrando su oyuelo.

— bien, iré por la bata— toma el pasillo que es señalado por Dylan y después de comprobar que una puerta era el baño, otra era una especie de oficina y otra estaba cerrada, llegó a la habitación de Dylan. Solo lo supo por la corbata que estaba sobre la mesita de luz.

Aún con una sonrisa de una niña que acaba de hacer la travesura de su vida, empieza a recorrer la habitación en busca de la bata. Hasta que ve otra puerta y antes de abrirla la sobresalta la voz ronca de Dylan que ya está en medio de la habitación.

—no está ahí— sostiene la bata por el cuello de la misma con una dedo,
— me equivoqué, estaba en el baño-

– gracias– toma la bata de color negro entre sus manos, — estoy sospechando que me hiciste llegar aquí a propósito.

— si hubiera querido hacerte algo, lo hubiera hecho en la sala pero como aún no me has dicho que si.

Con los sonidos de los truenos acompañando el ambiente la joven habla casi en un susurro con la corta palabra que promete muchas cosas.

—acepto.

—¿qué?— Dylan sabe muy bien lo que escuchó, así que se acerca más a Anna, —¿ aceptas?

Rompiendo las Reglas✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora