Capítulo 37:

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El secuestro

Los ojos de Megan comienzan a abrirse lentamente, como si en cada párpado tuviera una pasada piedra. Cuando al fin logra aclarar su vista, puede ver  el lugar donde está, un cuarto. Está sobre una cama, todo alli es de color rojo oscuro y la tenue luz no ayuda mucho.

— ¿qué pasa?— se levanta rápidamente al darce cuenta que no está en ningún lugar conocido y al moverse de un lado a otro se percata de que sus muñecas están atadas. –no, no, no—trata de zafarse del agarre de las cuerdas que tiene sobre sus muñecas pero esos movimentos hacen que se lastime aún más, aún así va hacia la puerta y comienza a jalarla sin tener éxito.
— ¡auxilio!—su voz suena tan lejana, mezclada con el llanto que se está tragando, - ¡Saquenme de aquí!- la joven cae al suelo de rodillas entre soyasos recordando la escena en el que ella y sus amigas fueron arrastradas dentro de una camioneta.

Mientras que los cinco hermanos, Anna Gema y los padres de las chicas están todos reunidos en la casa de Emma. En la sala están los hermanos con las chicas, en tanto la cocina está siendo ocupada por los llantos desconsolado de los padres.

—no esperaré esas cuarenta y ocho horas— gruñe Alexander con la respiración acelerada, — hay que hacer algo para encontrarlas.

— ¡¿ tienes un maldito plan?!— ruge Hitan caminando de un lado a otro.

— no tenemos ninguna pista—agrega Dylan.

— claro que si—contesta Anna con la mirada seria en un punto del suelo, pero antes de decir algo más el timbre suena, — yo voy— la joven se adelanta a abrir la puerta dejando ver el rostro preocupado de Cristian,

— hola— le dedica una leve sonrisa a Anna, más bien una sonrisa de consuelo que es percibida por los hermanos,

— ¿quién eres ?— suelta Dylan.

Cristian le da una mirada rápida a sus espectadores, — Cristian...

— es policía.

— ¿policía?—suena la perdida voz de John.

-—Anna me contó lo que pasó. Pedí que me dieran acceso a las cámaras de seguridad— nadie se había percatado que traía consigo una laptop, la cual la coloca en la pequeña mesita frente al sofá, ante las miradas de todos, muestra un foto, algo borrosa pero donde se puede ver una camioneta a una cuadra de la casa de Gemma a un minuto de la llamada de Megan.

— Es...— John traga saliva, — ¿esa camioneta?

— si— contesta Cristian.

— ¿qué está pasando?— la voz del señor Clark se hace presente, junto con el padre de Megan.

— Señor— sigue Cristian, —tenemos una pista— le enseña la foto de la camioneta.

— ¡ no hacemos nada con eso!— gruñe Alexander pasando su mano sobre sus cabellos exasperado.

—no puedo ser— murmura el  señor Clark pero es audible a todos.

—¿qué?— pregunta el padre de Megan.

—esto— señala en la foto un calcomanía de un rayo pintado  de rojo, —es del bar donde trabajaba el tío de Harley.

— no— salta John, —dime qué no.

— ¡¿ qué es?!— ruge Hitan .

—él era un... proxeneta.

Dylan lleva disimuladamente la mirada a sus hermanos, los cuales están más que aturdidos,

Rompiendo las Reglas✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora