Capítulo 25:

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La calma después de la pelea

Un tiempo después, las amigas junto a Noha, John e Hitan están  sentados en el pasillo del hospital esperando a ver a Alexander el cual despertó y luego de recibir unos puntos ya estaba bastante conciente mientras que Dylan, luego de protestar, acepto ir con la enfermera para curar las heridas en sus nudillos, incluyendo la hinchazón de su pómulo.

— lo siento— suelta Gemma en medio del silencio ganándose la miradas de todos.

— todos actuamos mal hoy— dice Hitan regalandole una pequeña sonrisa.

Antes de que alguien agregué algo más, la enfermera se hace presente,

—la herida no fue grave. Dentro de una hora recibirá el alta.

— gracias— contestas John con una amplia sonrisa.

— ¿podemos verlo?— habla Emma haciendo que todas las miradas caigan en ella, —solo si ustedes...

— no, pasa— sigue Hitan, —Megan y yo iremos por café, aún falta una hora.

Anna levanta sus cejas hacia su amiga, pero esta solo tiene ojos para Hitan, para seguirlo.

— bueno, yo...—Anna juega con sus dedos,
— iré a ver cómo está Dylan.

John trata de disimular una sonrisa pero hace solo un leve movimento de cabeza...

Emma ingresa en la habitación encontrando a Alexander acostado, con los ojos cerrados y su frente levemente arrugada. La joven silenciosamente se acerca a él viéndolo detenidamente,

— Alexander— apenas murmura para ganarse la mirada del joven el cual se sienta rápidamente,

— Emma— toma el rostro de la joven entre sus manos, —¿estás bien?— empieza a estudiarla de arriba a bajo,

—estoy bien— sonrie, — ¿y tú?

Alexander traza una línea imaginaria sobre la mejilla de la joven, — con esos hermosos ojos verdes  viéndome, estoy bien.

Emma le corresponde con una sonrisa tímida, aún teniendo muy presente la opinión que tiene William acerca de ellas.

Mientras que Anna, llega al lugar indicado por la enferma donde está Dylan. Como la puerta está entre abierta, la abre lentamente encontrándose con los intensos ojos de Dylan.

— hola— Dylan sonríe de lado levemente.

—¿va todo bien?— toma una de sus manos examinando sus nudillos.

— podría haberlo hecho en casa.

—eres terco ¿no?

El joven la toma de la barbilla,
—un poco— sin previo aviso se apodera de los labios de  Anna.

—Dylan— ella trata de alejarse en vano.

—no me prives ahora— regresa a la boca de la joven con tanta intensidad, hasta que no se dan cuenta de la llegada de la enferma.

— oh, perdón— baja la mirada, vuelve a ellos y la vuelve a bajar con sus mejillas rojas,

— no— rie Anna recuperando un poco el aire.

— gracias— dice Dylan  regalandole una sonrisa de lado a la enfermera, sin importarle que la pobre mujer presenciara el beso.

Cuando se unen a los demás, reciben café con el ambiente un poco más tranquilo después de toda la adrenalina vivida en las últimas horas.

Rompiendo las Reglas✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora