Rompiendo las Reglas✔

Capítulo 2

Conociendo a los Lawrence:

Dylan e Hitan ingresan en la cocina encontrando a los mellizos allí, sentados en los taburetes tomando algo.

—¡Bienvenidos!—salta Alexander.

— hola— Dylan no lo mira y toma uno de los tragos dispuestos en la mesa y le cede uno a Hitan.

— hermosa fiesta ¿no?— provoca Alex.

—todo esto es tu responsabilidad— agrega Hitan.

—no sé si podré ser tan impecable como Dylan pero...

— Am...— llega una chica apuntando con su pulgar hacia la sala, —Noha, los esta llamando.

Dylan, se toma todo de un trago,
—okey- le dedica una sonrisa a la joven que se ruborizada ante aquel gesto.

Luego de un par de horas ya todos están totalmente "felices" bailando, bebiendo y cantando pero a alguien no le sentó nada bien.
Emma, llega a la cocina con un increíble mareo. El lugar parece estar vacío, asi que comienza a buscar un vaso y abriendo el agua del grifo lo toma tranquilamente, mientras que Alexander la observa detenidamente de pie a cabeza con una sonrisa de lado.

— ¿no estas acostumbrada a beber?— comenta haciendo sobresaltar a la joven que rie al ver a alguien allí.

— la verdad no.

—siéntate- señala uno de los taburetes.

— gracias— sigue con su vaso de agua entre sus manos y sus ojos perdidos en el suelo con algo de vergüenza al percatarse de la mirada del joven,
— que pena.

— no, yo también soy asi— miente,
– no me cae bien.

Emma levanta sus ojos con una sonrisa en su rostro sabiendo que está mintiendo ya que tiene un trago entre sus manos y está totalmente lúcido,

— no lo creo.

— claro que no— hace disparar una sonrisa en la joven, —que hermosa sonrisa— los ojos de Alexander estudian cada rasgo de la tímida Emma que comienza a ruborizarce,
—¿cómo te llamas?

— Emma.

— Emma— murmura el joven, — yo soy Alexander.

— un gusto— dibuja un sonrisa de labios cerrados que le es muy bien correspondida.

Mientras Dylan, está recostado contra la pared observando la sonrisa de su hermano menor, dandole pequeños sorbos a sus tragos hasta que un cuerpo choca con él haciendo que el vaso caiga al suelo haciéndose trizas y sus manos, por inercia, sujetan al cuerpo que también está por darce contra al suelo,

— ohh— Anna se topa con los ojos verdes de Dylan, — lo siento— su mirada va directa a los labios del joven el cual sólo se limita a mirarla sin expresión alguna, —me llamó Anna– se reincorpora con las copas subidas,
— es una bonita fiesta ¿verdad? Los tragos son tan ricos— rie divertida,
—¿verdad?—repite ante la seriedad del joven.

— verdad— habla Dylan con su voz ronca, — pero creo que deberías dejar de disfrutar de las ricas bebidas.

—¿Por qué?— lo mira de costado,

— Porque estás ebria.

Anna frunce levemente el ceño,
—¿Yo? Pues que bien, así no me acuerdo de mi.... novio— se tambalea,
—¿Dylan?...Dylan, él me engañó curiosamente con su mejor amiga–rie,
—¿pero por qué te estoy contando eso a ti?— se vuelve a tambalear y antes de caer nuevamente Dylan la toma entre sus brazos.