C A P Í T U L O: XV

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—TaeHyung ¿estás bien?— preguntó su amigo, quien tomaba de su café con una expresión de preocupación

Se encontraban en una cafetería, disfrutando ambos de un expreso doble, hasta que su mejor amigo, Jackson, notó su aura un tanto decaida.

No era tonto, sabía lo que le pasaba perfectamente, y sabía que tarde o tepmrano las consecuencias serían irreversibles.

—es insoportable— murmuró entre dientes de forma casi inaudible. —voy a romper el lazo— comentó severamente

—¿Podrías decirme que es lo que sientes?— y sin duda alguna no iba a responder aquella pregunta.

A pesar de odiar a SoYoung jamás contaría todo lo que aquel lazo destructivo le transmitía. Alguna vez creyó entender a la pobre Omega o tal vez si lo hizo.

Pero ésta era una persona completamente distinta, podía sentir todas y cada una de las emociones que sentían los omegas enlazados a él. Sin duda aquella era la peor experiencia, pero aprendería de ello y no volvería a hacerlo nunca más.

—No mucho. Solo tengo ataques de ira por momentos.— dijo restándole importancia.

Las cosas no estaban bién. Lo que alguna vez fue una marca ahora era una horrible manca violácea que se extendía por su cuello y hombro. Dolía como el infierno, su Omega se retorcia y la parte humana lloraba entre sus cobijas.

Los golpes en la puerta sonaban insistentemente, tratando de que la peli-negra abriera la fuerte pieza de madera que impedía la ayuda de los demás.

—¿Por qué SoYoung nonna no abre la puerta?— preguntó el niño con lágrimas cayendo de sus pequeños ojos. —?¡Quiero verla! ¡Quiero verla! —

El berrinche llegaba a sus oídos, atormentandola. Si la situación continuaba podría empeorar todo. Volvió a leer aquel mensaje que llegó hace días “los médicos dicen que posiblemente el lobo de HoSeok muera”

¿Acaso había llegado el día en el que todos sus errores le pasaban factura? Sabía que las cosas no eran claras del todo, y debían discutir lo que pasó aquella noche.

Tomó una ducha, maquillo la marca en su cuello y neutralizó completamente su aroma. Se vistió con pantalones de cuero negro apretados, un top del mismo color y botas estilo militar.

Al salir de su habitación, tomó en brazos a su hermanito quien tenía los ojos rojos de tanto llorar; secó delicadamente las lágrimas que rodaban por las pálidas y regordetas mejillas del niño.

—eres mala, muy mala.— acusó el pequeño con un gran puchero en sus labios.

—Solo estaba tomando un baño, niño berrinchudo.— besó su mejilla cariñosamente

Lo dejó en uno de los sillones de la sala y se despidió diciéndole que iría a comprar un regalo especial para él. Obviamente esperaba que SaYeon fuera detrás de ella.

—¿Qué tienes en mente?— quizo saber.

—tendremos que aclarar las cosas. Llegó el momento.— caminaron juntos sin una dirección en particular

—Sabes que podríamos perderlo ¿verdad?— la Omega se detuvo ante aquellas palabras. Un suspiro cansino escapo de sus labios. —Si todo esto sale a la luz hay una gran posibilidad de que nos encarcelen, además de otros problemas que tendríamos ¿vas a arriesgarlo todo?—

—Voy a arriesgar todo, SaYeon. Y no me importa.— reanudó su caminar por solo unos pocos metros, cuando sintió una horrible punzada.

Sus piernas flaquearon y de no ser por su hermano habria caído al suelo. —¿puedes decirme que sucede? ¿Estas mareada?— la acercó más a su cuerpo mientras la recostaba.

The Omega Of My Nightmares? +18 (Park JiMin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora