❄ Día 2 ❄

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Me siento como un acosador, pero me es imposible no verla jugar con su perrito en el patio de su casa. Luce tan adorable, como sonríe y ríe...

Me decido por bajar de mi habitación e ir con ella. Tomo unos chocolates de mi escritorio y salgo de mi casa.

—Hola, Douglas —Ella es la primera en saludar en cuanto me ve. Con esa bella sonrisa que transmite paz a cualquiera.

—Hola, Grace —Trato de sonreirle, pero admito que estoy nervioso, ella me pone nervioso. El azul de sus ojos es atrapante de una manera tan tierna, y su pelo bailando con el aire... Y su voz, esa voz tan tierna y cálida. Carraspeo saliendo de la especie de trance en la que entré—. Te traje esto, Grace.

—Oh, gracias Douglas —Ella luce feliz mientras abre el chocolate y le dá la primera mordida. Me sonríe y noto que tiene un poco del chocolate en la comisura de sus labios.

—Tu... eh... creo que —Intento acercarme y ella me mira extrañada. Carraspeo—. Tienes algo de chocolate ahí —susurro.

—¿Qué?

—Tienes chocolate ahí —repito.

—Habla un poco más alto, Douglas.

Suspiro, me acerco a pasos lentos y alzo mi mano. Limpio la comisura de su labio y carraspeo. —Tenías chocolate aquí.

—Oh, esta bien —ríe. Me gusta cuando ríe. Quizás ella no se dé cuenta de que solo cuando ríe le sale un pequeño hoyuelo en el lado derecho. Y de lo tierno que se vé.

Su perrito llega corriendo y ladra llamando su atención para que lance de nuevo la pelota, en vez de eso, ella lo toma y lo carga cual bebé.

—Tengo que irme, Douglas. Gracias por el chocolate —me regala una gran sonrisa y se despide con la mano.

Me quedo ahí parado viéndola caminar a su casa y entrar.

—¡Douglas! —escucho la voz de mi padre llamándome—, ¡voy a pasar al super, hijo, ¿quieres venir?!

Doy una última mirada a su casa. —¡Esperame, !

Regreso y me subo al auto junto a mi padre, veo en los asientos traseros que ha traído a mi hermanita.

—Ella también quería venir —mi papá se encoge de hombros y nos pone en marcha.

—Dou —llama mi hermanita, volteo a verla—, ¿y Gras?

Me dá una sonrisa inocente, y me lanza un besito.

—Es tan inteligente como su padre —se elogia él mismo y se voltea sonriendome—. Ahora cuéntale a tu viejo, ¿qué pasa con la hija de los Williams?

Me remuevo incómodo en el asiento y no digo nada. Escucho a papá reir.

—Tranquilo, hijo. Todos pasamos por eso a tu edad, ¿a qué edad piensas que me enamoré de tu mamá?

No hago más que resoplar y mirar por la ventana.

Él vuelve a reir pero no dice nada más.

Al volver a casa con las compras, la veo. Está sentada en la silla mecedora del balcón de su casa, ella parece percatarse de mi mirada ya que me mira y me regala una sonrisa mientras me saluda con la mano.

—Dou —canturrea mi hermanita.

Suspiro. ¿Realmente podré lograrlo?

Desafío Navidad [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora