❄ Día 24 ❄

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No puedo creer que nada esté pasando, no puedo creer que Grace no ha dado señales de vida; ni un mensaje o una visita... Nisiquiera la he visto en su casa, ni a sus primas.

¿De verdad ella va a rendirse? ¡Pero dijo que yo le gustaba! Ella dijo...

Oh, mi teléfono me interrumpe, ruedo los ojos y tomo la llamada.

—¿Qué quieres?

—¿Así contestas el teléfono? Niño malcriado.

—Oh no, lo siento —Paso una mano por mi rostro. Voy a matar a Marcus—. Hola, Katelen, ¿cómo está?

—Niño, te he dicho que me llames abuela —me recuerda—. Te llamé porque necesito que vengas aquí, estamos ya todos horneando postres para la cena, estamos esperándote para hacer las galletas.

Sonrío. Amo a Katelen, es la abuela paterna de Marcus, y es cómo mi tercera abuela. Siempre que viene a visitarlos me manda a buscar, casi siempre para cocinar juntos, le encanta que cocinemos todos sus niños juntos, somos solo: Marcus, Sammy, el primo de Marcus, Marlon y yo.

—Por supuesto, abuela —contesto, sonriendo—, no empiecen sin mí.

Aviso a mis padres y salgo rumbo a la casa de Marcus. Él no vive muy lejos por lo que llego caminando en menos de veinte minutos.

—¡Espero que no hayan empezado! —grito abriendo la puerta cuando me llega un delicioso olor. Camino directo a la cocina donde escucho murmullos y risas.

—¡Doggie! —grita Marcus cuando me ve. Saludo a Sammy con un beso en la mejilla.

—¿Y a mí no me piensas dar un abrazo? —La abuela Katelen se cruza de brazos—, no sé que se creen estos niños de ahora, ya no quieren a los viejos.

Río y voy hacia ella y le doy un fuerte abrazo.

—No digas eso, abuela —Dejo un beso en su mejilla—, te amo.

—Ya suéltame, niño —ríe ella empujándome suavemente.

Marlon entra a la cocina con un delantal rojo de Santa Claus.

—¡Dog!

—Te he dicho que no me llames así —Ruedo los ojos y él ríe.

—Ya terminé con esto —avisa Sammy, terminando de batir algo en un recipiente.

—Ven, dámelo. Y ustedes niños tomen aquella masa y háganle formas a las galletas —La abuela nos pone muchos moldes en la isla y Marcus trae la masa.

Empezamos a cortar las galletas y a ponerlas en una bandeja. Preparamos unas cincuenta galletas que pusimos en cinco bandejas. Ayudamos a preparar muchos postres a la abuela Katelen, ahora en la isla hay pies de diferentes rellenos, donuts, galletas, churros, cupcakes, y algunos pasteles de masa fina. Todo se ve, y está, delicioso, doy fe de ello.

La abuela Katelen me preparó una gran bolsa en donde llevo todo lo que me dió para mis padres, está algo pesada, pero es comida así que no importa.

—Nos vemos luego, abuela —me despido de ella con un abrazo y un beso en la mejilla—. Adiós chicos. Que pasen linda Noche Buena.

Marcus, Sammy y Marlon se despiden y salgo de su casa con rumbo a la mía.

A disfrutar de nuestra cena de Noche buena, y con todos estos postres.

***

—... Y gracias por nuestros alimentos, amén —Mi padre termina de dar las gracias y empezamos a comer.

—No juegues con la comida, Dana —advierte mamá a mi hermanita.

—¿Qué van a darme de regalo? Veo muchos debajo del arbol —pregunta Dana.

Mi papá ríe. —No hay regalos para tí, solo son cajas vacías.

Mi papá y Dana empiezan una pequeña pelea sobre los regalos que hay debajo del arbol.

Nuestra cena termina y todos ayudamos a lavar los trastes. Luego vamos a sentarnos a la sala de estar con todo lo que cocinamos junto a la abuela Katelen.

—Estas galletas están deliciosas —afirma Blake. Él y mi tía tiene un momento romántico en el que él le dá la comida en la boca y ella ríe. Por un momento pienso en Grace y me decepciona saber que se rindió. Ni un solo mensaje, ni una llamada... Nada. Esperaba algo de ella, que por lo menos lo intetara de nuevo. Sacudo mi cabeza y me dispongo a disfrutar de este momento con mi familia porque quizás no pude lograr eso que me propuse hacer en este mes, pero eso no significa que haya perdido algo. Tengo a mi família y estoy disfrutando con ella.

—Papá, ¿puedes contar de nuevo tu historia con mamá? —pregunto y su sonrisa es inmediata.

Me divierto escuchando la historia y cada anécdota que vivieron juntos, me río porque eran en serio raros y mi tía Marie siempre tiene algo que agregar.

Así pasamos nuestra noche, en la sala de estar, en familia, riendo y disfrutando la compañía.

Una gran noche con gente a la que sí le importo.

Desafío Navidad [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora