Desafío Navidad [COMPLETA✔]

❄ Día 12 ❄

—Ahora quiero saber, ¿qué pasó ayer? ¿Eso fué una cita?

Despierto de pronto y casi pego un grito cuando veo su rostro tan cerca del mío.

—¡Papá! —me quejo colocando una almohada en mi rostro.

Lo escucho reir y me la quita a la fuerza. —Douglas, tienes que levantarte hijo. Es casi medio día.

—Déjame dormir —Esta vez cubro mi cara con mis manos.

—¿No vas a contarme lo que pasa entre tú y la niña de los Williams?

Gruño y decido contestar su pregunta para que me deje dormir tranquilo.

—Solo salimos a pasear —murmuro, somnoliento.

—Solo salieron a pasear sí, claro —Mi padre resopla y golpea mis manos para quitarlas de mi rostro.

—¡Papá!

—¡Hijo! —me imita riendo—. Quiero saber que pasa, y no me iré hasta conseguir la información.

¡Ash! Mi papá se levantó muy chismoso hoy. No pienso contarle lo que estoy haciendo con Grace, luego va de chismoso y se lo cuenta a mamá, y mamá a la tía Marie, Marie a Blake y al final lo sabe hasta el perro que no tengo.

—Grace me pidió que fuera con ella... a comprar... Pan —decido mentir, aunque no creo que lo haya hecho tan bien. Mi papá enarca una ceja hacia mí pero justo cuando va a hablar se escucha un fuerte llanto que hace que ambos nos sobresaltemos. Mi papá sale corriendo de mi habitación seguido de mí.

Encontramos a Dana tirada en uno de los escalones más bajos, llorando muy fuerte. Mi mamá sale desesperada de su habitación preguntando qué pasó mientras que papá ya tiene cargada a Dana y revisa que no se haya dado algún golpe fuerte.

—Cariño, te hemos dicho que no puedes bajar sola las escaleras —la regaña mi papá dulcemente y deja un beso en su cabeza.

—Solo quería agua —lloriquea Dana.

—No tiene nada —le responde a mi preocupada madre, que por cierto, salió de la habitacion envuelta en una toalla.

—Voy a seguir con mi ducha —Se va de nuevo a su habitación.

Vaya forma de empezar mi día.

***

Un mensaje. Solo un mensaje bastó para alegrar mi tarde.

Grace quiere que vaya a su casa según ella quiere mostrarme algo.

Me pongo el abrigo y salgo con rumbo a su casa. Toco el timbre y ella abre de inmediato, me recibe con una sonrisa.

—Adelante.

Apenas entro me inunda un delicioso olor a pastel recien hecho.

—Mi mamá está horneando pasteles —informa Grace—, vamos a mi habitación.

Parpadeo varias veces. ¿Escuché bien? ¿Dijo que vamos a su habitación? Siempre he querido conocer su habitación, me pregunto si tendrá posters de alguna banda famosa, o si tendrá un closet solo de zapatos... Desde la ventana de mi cuarto solo se vé un poco, aunque si ella abre la ventana podría ver un poco más de la mitad.

—Douglas —Su voz me trae a la realidad. Ella ríe un poco—, ven.

Subimos las escaleras y entramos a la primera puerta a la izquierda, lo primero que noto es que en la puerta tiene un letrero con las iniciales: G.W. Pero no está de rosa ni tiene brillantina, solo son esas iniciales pintadas de azul sobre la madera del letrero.

Cuando entramos mis ojos se abren y exploran toda la habitacion; hay una gran cama con peluches en ella. En las paredes no hay posters, pero tiene portadas de libros y frases pegadas por doquier. Y no hay un closet solo de zapatos, hay una gran estantería llena de libros, ¿y lo más genial? Tiene un estante con la colección completa de Star Wars, ¡la misma que tengo yo!

—Vaya —es lo que digo. La miro y sonrío—. Tengo la misma colección.

Su sonrisa crece y acabo de notar las casi imperceptibles arrugas que se le hacen en las comisuras de los ojos.

—No pensé que te gustara Star Wars.

—Sí, de hecho es una de mis sagas favoritas.

Me invita a sentarme junto a ella en un sillón que tiene cerca de la ventana. No decimos nada, hasta que decido romper el silencio.

—¿Sabes? —empiezo, llamando su atención—, te tenía en otra perspectiva.

Ella me mira con lo que parece interés.

—¿Ah, sí?

—Sí. Me da un poco de vergüenza decirlo pero, con sinceridad, pensé que eras de las chicas que tenía closets solo de zapatos y posters de chicos pegados en tu pared.

Rasco mi barbilla incómodo, pero ella solo ensancha su sonrisa.

—Yo no soy diferente a eso, solo que prefiero los libros en vez de los zapatos y en mi pared prefiero ver mis frases favoritas de los libros que he leído que verle la cara a chicos lindos —dice ella sin perder la sonrisa. Yo también sonrío. Me encanta, si antes me gustaba ahora me encanta.

—¿Qué libro estás leyendo ahora? —me intereso.

Grace se levanta y busca en su estantería, viene con un libro que reconozco apenas veo la portada.

—Este —me lo muestra—, La chica del tren.

Le sonrío. —Este ya lo leí varias veces. Me encanta. Cuando...

—¡No! —me grita haciendome sobresaltar, ella ríe ante mi reacción—. Solo no quiero spoiler.

Respiro hondo y río un poco. —Ya, no digo nada.

Reímos una vez más y nos miramos por un rato, hasta que Grace carraspea y se levanta a poner el libro en su lugar.

Esa tarde Grace me platicó algunas cosas que yo como 'su novio' debía de saber. Intercambiamos información. Conocí datos que me encantaron. Me llevaron a conocer una Grace que no conocía.

Una Grace que no me imaginaba.

Una Grace que me tiene encantado.

Ya no tengo remedio.

Estoy perdidamente enamorado de Grace Williams.