17.- Dolor de cabeza.

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El sonido de sus pasos, hacían eco por los pasillos del subterráneo. Después de tanto esperar, su apetito le había dado la señal de que tenía hambre y esparar a su"amo" no sería buena idea.

Entre más avanzaba más podía ver la puerta o al menos una de las ocho que hay en el lugar para llegar a la mansión;  pues había varias entradas para el subterráneo, y pocas de ellas estaban en el jardín de la misma área.

Mientras caminaba también algo en ella le daba mala sensación, como si algo malo fuera a pasar, pero decidió ignorar lo.

Itamury no era de esas personas que le tomaba importancia a todo, de echo, con lo sucedido era la primera vez. Y era algo extrañó para ella, era de esas cosas que no sabes por que pasan y simplemente te quedas pensando "¿Por qué me sucede esto a mí?".

Bien así era ella; aún que a diferencia de los demás era una loca desquiciada, amante de las muertes, y adicta a la sangre.

Cuando salió del subterráneo un raro aroma llego a sus fosas nasales, como si conociera ese olor. Pero no sabia como o de donde provenía ese raro recuerdo. Cada vez le daba miedo el saber la verdad sobre ella, no era la primera vez que tenía pensado de donde venía ella o de como rayos se creó, por lo tanto era más difícil el ignorar lo que sucedía a su alredor y con ella.

A lo lejos escuchó risas; De esas que te asustan pero son risas normales (por no decir que son de foca). Apresuró un poco sus pasos e incluso comenzaba a saborear la dulce sangre de dicha ojiazul.

Al llegar encontró al mercenario junto a la chica Policía reír; Tan bien se llevaban ambos, tanto que les envidio un poco. Una risa se escuchó en su mente y miro a todos lados, desde que la sombra en su hombro había aparecido cosas extrañas y más imagenes aparecían en su mente. Como si tratarán de decir le algo.

- ¡Buenos días señorita Itamury! -escuchó decir a la rubia alegré a su derecha, por lo que no fue necesario girar a ver la (tenía ojos al menos a tres metros cuadrados a su alrededor)- ¿Cómo amaneció? ¿Está bien? ¿Ya comió? ¿Por qué esa ceriedad?

- Oye Seras, deja la debe tener sus razones para estar así. No la empalagües.

- ¡Lo siento! ¡Lo siento! Es que me emociona el tener la como amiga.

- ¡¿Son amigas?!

- ¡Si! ¿No es genial?

- M-me sorprende un poco.

- ¿Por qué? Ella es una gran persona.

- Bueno será porqu...

- ¿Dónde esta mi ama? -le interrumpió al castaño. E incluso se quedó ella misma impresionada del no usar las comillas.

- ¿Eh? La ama Integra esta en su oficina, debe estar atendiendo las llamadas de la mesa redonda.

- Oye niña, yo que tú no la molesto. Sigue molesta por lo que sucedió e...

- No importa -le volvió a interrumpir- y no soy una niña. Es un dolor de cabeza que me vean así cuando no lo soy.

- A los ojos de todos serás así, más con ese físico -comento el mercenario.

- Tengo el cuerpo exacto. A los ojos de los humanos y de "TODOS" soy una adulta.

- Dejame decir te algo, puede que seas asesina e incluso quieras ser algo que posiblemente a todos me intimides, pero siempre serás una niña.

No dijo nada, guardó silencio y le alejo rápido de allí. Escuchó las disculpas de la chica pero solo las ignoró, soltando dos disparos al techo.

"Un Ser Igual A Mí" {Alucard x Reader} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora