"Un Ser Igual A Mí" {Alucard x Reader}

2.19.- Vida eterna

Le dio un sorbo a su copa con vivo tinto del año del 89. Sus ojos estaban leyendo uno de tantos libros que nadie tocaba en aquella gran biblioteca; Ir allí era la única manera en que podía estar tranquila; Leer libros sobre romances y de uno que otro ficticio le hacia dar cuenta que lo que ella vivia era más real que el amor que le daba el protagonista de la novela que leía; Quien diría que era un maldito mujeriego que hacia todo por dinero, pero bueno ella solo disfrutaba de esa trágica lectura.

Dejo la copa en la mesita que estaba a lado del sofá negro en el que se encontraba sentada; Después de haber hablado con Integra y de una larga noche de cambios en su cuerpo. Necesitaba un descanso y despejar su mente por lo menos un poco antes de lo que se aproximaba hacia a ella; No era malo, ni bueno, era más bien algo que le beneficiaba a los gemelos y que ella perdía. Ella seria la madre legal de esos niños, pero a cambió de eso tendrían que estar fuera de la ciudad por un mes entero; Cosas simples pero difíciles.

Cuando termino el libro, noto que igual se había terminado las dos botellas de vino; Agradecía el que no le hicieran efecto; No sabia que podria pasar en ese mismo momento. Suspiro con pesadez y se levanto para dejar los libros en el estante que se encontraba medio lleno; La mayoría eran leídos y acomodados allí; Era una forma en la que ella hacia las cosas, libro leído iba a ese estante, era más fácil el encontrarlo si quería re-leerlo. Rasco su mejilla izquierda al instante en que por accidente se mordió la lengua con colmillo; Había olvidado lo que era.

Empezó a chupar el sabor metálico de su sangre y poco a poco noto la necesidad que empezaba a hacerle el beber sangre; Por eso había bebido vino tinto, para controlarse un poco en ese sentido. Se conocía y sabía a que extremos podía llegar, y también lo que podía hacer por tener lo que quería. Apago las luces de la biblioteca y camino de nuevo hacia donde se encontraba anteroirmente. Se acostó notando que la luz de la Luna entraba por las ventanas. Los recuerdos del lugar de donde ella estaba le llegaron como un balde de agua.

Se seguía preguntando el como diablos es que aquellas copias baratas seguían vivas en el ese momento; Ella las había hecho carne molida (literalmente). Lo último que supo de ellas, era que se las dieron como alimento para osos, sin contar que ella se tragó los ojos de ambas en el momento en que las machaco. Sonrió de la nada y empezó a reír en alto; Manejar a una tropa entera solo para seguir lo que ya se estaba haciendo. Quién diría que por un acto infantil terminaria encerrada en un ataúd por un largo tiempo; Le parecía tan patético.

Levanto su mano derecha al aire. Miraba sus dedos y los movía, como si esperara a que hicieran algo. Tan pronto sintió otra presencia en el lugar en que se encontraba, toco el suelo con la mano libre que tenía, provocando en si que se empezarán a escuchar terribles gritos desgarradores de las cuatro paredes. No vasto mucho para que ella supiera quien era el que estaba alli; Con reconocer esos ojos supo que debía de tener una charla con él. Le hizo una señal al balcón y dejo todo normal nuevamente; Hasta los gritos se podían escuchar lejos de allí.

Cuando ambos estuvieron allí se quedaron en un silencio agradable. Ella lo miro de reojo, notando que el tenía su vista en ese pequeño objeto que tenía entre sus manos. Por un momento pensó que era algo valioso para él, pero cuando sintió sus manos en su cuello se tenso. ¿Era malo? ¿Era bueno? No lo sabía y solo guardo silencio hasta que termino de ponerle ese collar.

- Sabía que te iba a quedar perfecto -le halago Sebastián con una sonrisa calida- Combina con tus ojos..

- ¿Por qué me lo diste? ¿No deberías darse lo a tu novia? -pregunto confundida y miro dicho objeto. Era un collar de plata con una pequeño diamante color rojo.

- Es un pequeño regalo. Te lo quería dar a ti porque no te veré más, me iré mañana en la mañana, por lo que dudo que te vallas a despedir de mi -respondió.