9.- Guardaespaldas

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Bebía de la bolsa a través de un popo te, donde aquel líquido espeso que tanto le encanta pasaba a la boca a su garganta. Estaba recargada contra la pared, mientras miraba el reloj hacer aquel típico sonido de "tic toc" le molestaba demasió, pues era como ver si vida pasar lentamente.

Tal ves le molestaba por qué llevaba horas en esa posición, y ya había llevado como cinco bolsas de sangre... O incluso más.

Algunos recuerdos pasaron por su mente al escuchar algunos pasos que se aproximaban y ese sonido que de una manera ya le hartaba.

La puerta se abrió a lo que por reflejo lanzó su espada quedando a poco centímetros de el rostro de quien menos quería ver.

- Podrías dañar a alguien si vuelves hacer eso -dijo él apretando la espalda con su mano izquierda. Se podía ver el humo que salía de allí, pues aún estaba consciente de que estaba bendita.

- ¿Y si lo hago que? -espeto a lo que seguían su bebiendo su "jugo".

- Mocosa sería mejor que no me provoques - soltó la espada dejando ver qué tenía una que otra mancha de sangre.

- Oh lo siento mucho... "Amo" pero por desgracia tendrá que acostumbrar se a MI, pues yo siempre eh sido de este modo.

Ah decir verdad era mentira, ella en un pasado era distinta, por desgracia los maltratos y cada guerra que pasaba, hizo aquella mente de niña en una de un monstruo sin sentimiento propio.

- Pues, sería mejor estar cuidando un maldito perro que a ti.

- Oh eso se puede arreglar... -sonrió de una manera juguetona.

La chica se dejó caer hacia adelante, para caer en la suave cama; había estado recargado en la pared encima de la cama con las piernas cruzadas al igual que sus brazos.

Por suerte había quitado algunos peluches y otras cosas de color rosa, Integra dio todo aquello a un orfanato, se le hacía absurdo quemar lo.

- Si vienes es por qué hay algo que hacer -dijo ella acomodándose en la cama. Quedando boca arriba- ¿O me equivoco?

El contrario chasquea la lengua. Odiaba demasiado esa actitud, era ver se a si mismo solo que más... Odioso.

- Bueno ya que no me dijo -volvió hablar ella levantando se de la cama- yo mismo iré con la señorita Integra.

- Justamente de eso quería hablar.

- ¿Eh? -lo miró al mismo tiempo en que sacaba de su boca el popo te.

- Iras con mi dueña de guardaespaldas, al parecer tiene una cita importante y no quiero que valla sola -dijo él mirando la fijamente. Cómo si de una competencia de miradas fuera.

- ¿Y si no voy que? -pregunto levantándose de su cama sin quitar la mirada de él.

- Mocosa... ¿Piensas que puedes hacer lo que quieras aquí?

- No, pero da la impresión de que tú si -los pasos de ellas eran más y más cortos, tanto que incluso la sintió demasiado cerca. Y era así.

- ¿Que quieres decir?

- Que eres como un perro...-bromeo- uno al que tenían que domar a como diera lugar, pero eras tan desastroso que incluso no pudieron contigo -rió- al final sí te domaron y eso... Es una lástima -susurró cerca de sus labios.

¡Estaba loca! El estar adelante de él era como si pudieras tu muerte a gritos.

- Es una lástima... Ser la copia de alguien más -contra atacó. Pero al parecer ya había dado justo en el clavo.

Se alejó de él lo más lejos que se pudiese, en ese momento algo en ella iba a estallar y sabía que no era lo mismo el estar sola para poder gritar y destruir, que estar con alguien y no poder hacer lo mismo.

- Estaré lista en uno minutos, no sé cuántos me tomé pero da igual -dijo mirándolo por un segundo para después ver otro punto es específico- ya puedes ir te perro.

- Me da risa el que no tengas otra palabra con que burlarte de mi -soltó una carcajada.

- No es para burlar me de ti, solo es para que recuerdes que eres la mascota de aquí.

- ¿De dónde has sacado eso de que yo soy el "perro" de aquí?

- Hay varios rumores de ti, incluso leyendas -dijo está para caminar al clóset e dejar la bolsa en la pequeña mesa de roble que se encontraba justo a lado de esté.

- Valla que la sociedad está llena de mentiras.

- Si, si ahora vete -hablo ella mirándolo y con su mano derecha hacia movimientos corriendo lo.

- En verdad, como es que mi señora tuvo esa idea de tenerte aquí.

- Tal ves por qué seré tu remplazo.

En todos los años que ella había estado metida en el Millennium, siempre se había dado la idea de que ella era el remplazo de cada soldado que daba su vida en cada guerra que había

Incluso lo escucho una ves cuando iba al laboratorio de el científico Ligth, las palabras eran como hormigas. Cada una la picaba causándole comezón sin cesar, eso hasta ese que esa picazón se volvía un ardor fuerte, uno que la molestaba cada vas más y más, a tal punto en que se cansaba de todo y se quedó con esa idea.

Suspiro hondo para decir algo pero se dio cuenta de que estaba sola, y más que eso tal ves siempre había estado sola y nunca se dio cuenta.

°°°

Se acomodó la corbata color morada por cuarta ves en tan solo media hora que había transcurrido de viaje.

- Deja te esa corbata -le dijo la de ojos azules, unos hermosos a distancia que con una mirada llena de seriedad.

- Lo siento, es que no quería usar esos vestidos de nuevo... Son lindos, pero no saldré así -pensó dejando sus manos en sus piernas y mirar hacia afuera de la ventana que era cubierta por un estampado negro; o más bien brindada.

- Escucha bien ante todo, solo estarás allí conmigo no hagas nada de lo que te puedas arrepentir.

- Eso lo tengo muy en claro, pero si ocurre algo más allá de la plática ¿Puedo usar mi arma?

- Tienes todo el derecho de hacerlo.

- ¡Genial! -exclamo está con una sonrisa perfecta.

¿Como era posible que alguien con frialdad esté feliz de usar una arma? O incluso podría tener esa actitud de niña pequeña, Integra era de esas personas que miraban con atención las actitudes de cada ser humano en este mundo, incluso de los vampiros.

Era como si un cacho de ser vivo estuviera en ella y la motivará a hacer aquellas reacciones o es que solo fingía y era sarcasmo.

Los minutos pasaban y cada vas estaban más cerca del lugar en el que era acordado la cita, se podría decir que la pelinegra estaba más que feliz, podría matar si había una falla; aun que ya había asesinado fin piedad.

Por un momento se sintió extraña, como si esto ya lo hubiese vivido, como si lo volviera a repetir de nuevo.

Tal ves le recordó alguna misión y por eso se sentía así... Si eso debió ser.

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Hola :3 a todas mis hermosas lecturas.

Eh aquí otros capítulo, perdonen la tardanza pero tuve uno problemas, pues me quedé sin ideas pero ya sé cómo seguir la historia, así que se los dejo así en sus manos.

No olviden votar y comentar por favor :"D me sería de gran ayuda.

¡Hasta nuevas leídas!

"Un Ser Igual A Mí" {Alucard x Reader} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora