No podía decir nada, mucho menos protestar algo. Se estaba muriendo la persona que más amaba en su perra vida, y él... ¿Qué había hecho para ayudar la? Nada, efectivamente nada. Las palabras de su alumna le habían caído cual estaca a su corazón, le había dolido a más no poder. Quería articular una palabra, pero no podía, estaba en un trance corto, estaba en shock que incluso ni prestó atención a la pequeña discusión que había entre ambas femeninas; Se estaba muriendo y el solo se apartó de ella; Creía que alejarse de ella seria bueno para los dos.
Su mirada se fue hacia el cuerpo yacido acostado en esa cama grande, estaba observando como los gemelos miraban a la chica, se les notaba que querían llorar y él... Él igual, ¡Había sido tan imbécil! ¡¿Cómo diablos la descuido tanto!?. Ah, era verdad, había sido orden de Integra, ella fue quien le dijo que se alejara, sabia que si estaba cerca de ella, podría dañarla, y estar lejos de ella solo empeoró la situación. Poco a poco sus pasos fueron hacia su amada, quería tocarla, quería besar la, quería abrazar la, quería estar a su lado sin importar que.
- Alejate de ella -la voz profunda de Sebastián llego a los oídos de él, haciendo le frenar y mirar lo con neutralidad- Tú más que nadie debe alejarse de ella. Sólo la dañas y la llenas de ilusiones, eres un asco.
- ¿Acaso he pedido tu opinión? Si no es así, mejor cierra tu boca -le respondió para seguir caminando. Sin embargo el contrario lo tomo del brazo de forma brusca, provocando así un tirón.
- Te dije que te alejaras de ella -le advirtió ya enojado- Te lo digo y lo repito, solo la dañas. Si en verdad la querías, te hubieras dado cuenta que se estaba muriendo, pero no es asi, no la quieres y ahora que sabes la verdad te interesas nuevamente en ella.
Quería golpearlo, quería golpearlo con todas sus fuerzas, pero el tenía razón, no le había puesto atención a la salud de la chica y ahora se repentia de todo, se arrepentia de seguir lo que decia la mente y no lo que decía el corazón. Se soltó del agarré de Sebastián y se alejó de ella; Tal vez estaría lejos de ella, pero no quería decir que no iba a recuperar la como fuera duda.
- Bien, ahora que ya sabemos todos lo que pasa, quiero saber una cosa... -no estaba muy contenta, oh claro que no. Sus ojos azules estaban en llamas, y no porque una de sus subordinadas le levantara la voz, si no porque su mayordomo, aquella persona a la que le entregó su confianza, le había ocultado todo- ¿De dónde salieron esos mocosos? -pregunto refiriéndose a los gemelos.
- Son los hijos de ella -respondió Sebastián con toda sinceridad. La rubia no evito sorprenderse y abrir la boca del asombro- No son de Alucard. Por lo poco que se, los dos vinieron a ella porque necesitaban un hogar y protección.
- ¿Protección...?
- Alguien los quiere asesinar, mientras esten con ella se sienten comodos y protegidos. Por desgracia sus padres fueron asesinados y son huérfanos.
Estaba sorprendido por escuchar todo, no esperaba que ella pudiera hacer tal cosa; Había cambiado de golpe. Apretó sus manos con fuerzas y desapareció entre la oscuridad para aparecer en otro lugar lejos de allí. Había sido un completo idiota, se culpaba a él una y otra y otra vez, ¡No podía hacer nada bien!. Lo único que quería era beber, nada más que un bien vino que lo calmara.
[...]
Te amo Itamury...
Eres más linda que ella...
Mocosa, adoro tu sonrisa...
Nunca te alejes de mi lado.
A pesar de todo, me agradas...
Sigue me a la oscuridad...
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"Un Ser Igual A Mí" {Alucard x Reader}
Fiksi PenggemarCuando la sangre cae encima de manos enemigas hay una sola que quiere decir: Fracasó en guerra. Pero, ¿Y si usan tu propia sangre para crear a alguien parecido a ti?. Un ser totalmente igual a ti que incluso creerías que es un clon tuyo, hasta en el...