Cap 4 ~Perdidos

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—Oye Mike.exe ¿estas seguro de que es por acá?—. Habló el azabache de corona dorada al ver que los árboles eran cada vez más densos. —Creo que nos estamos adentrando más al bosque.

—Tú fuiste el que quiso seguirme, lárgate si no estás convencido—. Habló frío el exe mientras miraba a su alrededor tratando de no caer en alguna trampa.

—Dije que te curaría y eso haré—. Habló decidido Mikellino adelantando el paso hasta quedar al lado del contrario.

—¿Y quien te dijo que necesito ayuda? Ya estoy bien y no moriré por unas heridas en mis patas—. Este seguía caminando y los crujidos de las hojas se oían a cada paso que daba. Mikelino solo suspiró.

[...]

—¡Ya te dije que es por allá!—. Reclamaba el furry de cabellera negra.

—¡Y yo te digo que es por allá!—. Contraatacó el exe apuntando a otra dirección.

—Es mi casa ¡Y yo digo que es por allá!—. Volvió a gritar el de cabello negro, está vez dando un pisotón.

—¿Quien fue el inútil que se perdió en el bosque?—. Se cruzó de brazos molesto, y es que ya llevaban casi media hora peleando por qué dirección debían tomar, casi siempre optaban por tomar una dirección al azar y luego volvían a perder el rumbo.

—¡Bien! ¡Entonces no vallamos a ningún lado y quedémonos a vivir aquí!—. Hizo un puchero el de capa roja dándole la espalda al azabache, algo que se le hizo tierno al mayor, este se calmó un poco, suspiró y se dirigió a el.

—Oye, perdón, vallamos por donde tú decías, tú tienes mejor sentido de orientación que yo—. Colocó una mano en su hombro haciendo que volteara para toparse con una sonrisa dulce de parte de Mikellino, en ese momento todo su enojo se fue tan rápido como llegó, esa sonrisa solo la había visto en una persona. Volteó su rostro para que no viera su sonrojo.

—Bien, andando—. Empezó a caminar seguido del más alto.

—Oye, ¿Es idea mía o estabas sonrojado?—. Habló con picardía al más bajo el cual abrió los ojos mirando a la ex-fusión con algo de enojo, más bien haciendo otro puchero.

—¡Claro que no!

—A mí me parece que si—. Insistió, lo que hizo que hizo que el sonrojo volviera.

—¡Cállate y camina!—. Mikelino soltó una risita al ver su reacción, y es que tenía la esperanza de que podía cambiar al exe, claro está que era un poco inocente ya que prácticamente nació esta tarde, pero en algo si tenía razón y es que el menor no era tan malo como quería parecer, solo necesitaba a alguien que le enseñara el cariño y la amistad real, ¿y por qué no? El amor.

 Mikelino soltó una risita al ver su reacción, y es que tenía la esperanza de que podía cambiar al exe, claro está que era un poco inocente ya que prácticamente nació esta tarde, pero en algo si tenía razón y es que el menor no era tan malo como q...

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Aprendiendo a amar || Mikeno (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora