Cap 8 ~No se si deba...

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—¡Aún no sé cómo me convencieron de esto!— Gruñía entre dientes el azabache de corona, mejor conocido como "vinagrito" que se encontraba sentado en su sofá bebiendo su café mañanero, luego de terminar la pequeña discusión con su mascotita, Mikellino y el exe habían llegado y de ruego en ruego, el y Mike lo habían convencido de dejar que él se quede.

—Vamos Trolli, no es tan malo— Con sus ojitos de perrito regañado miró a su amo, trataba de hacer que se calmase un poco, y en cuanto a el, solo volteó su rostro para distraer de su sonrojo

—Como sea— Musitó el azabache tomando otro sorbo de su café —¡Pero que conste que si el causa algún daño ustedes serán responsables! ¡Más que nada tu Mikellino!—

El susodicho asintió y volteo a ver al cachorro de ojos carmín el cuál no se inmutó por las palabras que pronunció el chico azabache, más bien estaba distante, no se esperaba menos de él, después de todo estaba ahí por sus heridas. A pesar de todo no abandonaba la idea de hacerlo que cambiase ese frío corazón por uno enternecido y cálido como el suyo, tenía confianza en sí mismo y en el exe, que yacía sentado de piernas cruzadas una sobre la otra en el sillón al lado suyo.

Luego de eso, los dos residentes de aquella casa decidieron que Mikellino iba a dormir en el cuarto de invitados junto con el exe, ya que ahí habían dos literas, así que podrían acomodarse ahí y respetarían el espacio personal del otro. Cuando a Mike.exe le dijeron dónde sería su cuarto fue a inspeccionar el lugar buscando alguna cama que llamase su atención, decidió tomar posesión de la litera de arriba que estaba del lado izquierdo, ya que esta estaba más cerca del ventanal que la habitación proporcionaba, y ya que Mikellino no quería perturbar el sueño de aquel can decidió dormir en la otra litera, igualmente en la cama de arriba.

Ambos se acomodaban en sus lechos para probar las camas y observar el lugar que sería en donde durmieran temporalmente (o eso era lo que el exe esperaba).

—¿No te parece linda la habitación?—. Comentó con cierto aire de comodidad el azabache, pero la verdad era que la habitación estaba un poco descuidada, la luz del foco parpadeaba y era algo tenue, la pintura blanca y celeste de las paredes estaba algo deteriorada y habían unas cuantas telas de araña en las esquinas de las paredes.

—Si ¡tan acogedor!—. Reprochó con hastío y sarcasmo recargándose en sus codos boca abajo mirando fijamente a una araña que bajaba frente suyo con su hilo blanquecino colgando de detrás suyo.

—Nada que una buena limpieza no arregle—. Vociferó animoso tratando de levantar los ánimos de su compañero de cuarto, pero este sólo lo miró con una ceja alzada y le lanzó el pequeño bicho a su rostro haciéndolo cerrar sus ojos. —Bueno, quizá mucha limpieza—. Sonrío de forma nerviosa mientras quitaba al pequeño bicho de su rostro con algo de dificultad, aunque sólo recibió un bufido de parte de su contrario, el cuál se recostó en su cama dándole la espalda.

Suspiró con hastío, quería animar a aquel cachorro que estaba junto a él, pero ¿como?. Una idea cruzó por su cabeza, salió de prisa de la habitación y azotó la puerta al salir dejando desconcertado al exe, miró fijamente la puerta esperando que la ex fusión apareciera de esta, y no pasó mucho tiempo antes de que el entrara.

—¿Que te traes ahora?—. Preguntó tratando de sonar desinteresado, pero en realidad la curiosidad le picaba.

—Jeje, a Mike le gusta esto así que asumo que a ti también—. Detrás de su capa sacó lo que parecía ser una barra de chocolate envuelta en papel aluminio pintado de rojo con unas letras que dictaban la palabra "chocolate".

Los ojos rubíes del menor se abrieron como platos y un leve destello fue distinguido ante el más alto, ¡había pasado una eternidad desde la última vez que había probado ese dulce y suave manjar! ¡Que difícil era conseguir uno de esos en su mundo!. De inmediato volteó la mirada tratando de ocultar su emoción, no podía permitirse otro descuido y que volviesen a ver su debilidad emocional.

Aprendiendo a amar || Mikeno (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora