La luz empezaba a penetrar por las cortinas cerradas y sus ojos se abrieron al notar que los primeros rallos de sol empezaban a asomarse por la habitación. Era muy temprano, casi las seis o siete de la mañana, siempre madrugada para poder aprovechar toda la luz día posible y estar ahí no sería una excepción.
Se levantó de su lecho con cuidado de no darse con el techo y bajó la pequeña escalera de madera para salir de la habitación en busca de algo que pudiese saciar su hambre, ya que no había probado bocado desde la tarde anterior. Se dirigió a la cocina e inspeccionó las estanterías buscando algo para desayunar, cuando divisó una caja de cartón con llamativos colores y al lado unos tazones hondos, solo faltaba la leche.
Sacó un tazón y la caja del cereal y fue en busca de la leche a la nevera, la cual, efectivamente ahí estaba.
—Creí que era él único que madrugaba—. Escuchó a alguien cuya voz conocía y reconocía de sobra, sacó su cabeza de la nevera y volteo al oji azul que estaba recargado en la mesa con sus codos en ella.
—Pues ya vez que no—. Respondió brusco.
—Escucha...—. Se dio una pausa para suspirar y evitar pelear de nuevo con el exe como la tarde anterior —No quiero pelear contigo, y no porque te tenga miedo, sino porque no quiero que Mike y Mikellino se alteren por eso.
El exe solo chasqueó la lengua mientras llenaba el tazón de mi iba a ser su desayuno.
—Como sea—. Respondió para volver a concentrarse en su tazón de cereales, el cual ya estaba en la mesa.
Ignorando las acciones del exe, Trollino fue a la sala de estar a buscar su computador y mientras se encendía decidió prepararse su diario café mañanero.
El sonido de la cafetera goteando y el masticar crujiente de los cereales era lo único que se oía, un momento algo incómodo para ambos. De vez en cuando se volteaban a ver unos a otros tratando de romper el hielo pero se retractaban volviendo a concentrarse -o al menos intentarlo- en lo que hacían.
—Y... ¿Que opinas de... del clima (?)
—No lo intentes, es inútil.
Ambos suspiraron a coro mientras trataban de aligerar el ambiente, y justo en ese momento el de capa roja oyó un sonido proveniente de la laptop en la mesa, el cual también fue escuchado por el azabache, quien dejó de observar la cafetera para ir a contestar la video llamada.
—Hola Trolli—. Habló Mayo frente al computador. —Te he estado intentando llamar desde ayer.
—Lo siento, ayer estuve algo ocupado—. Lo último lo dijo mirando al exe a la par suya quien ignorando el comentario seguía comiendo su desayuno.
—Espera ¿está Mike ahí?.
—Eh... algo así—. Dicho esto volteó la laptop dejando ver al exe en cámara, quien levantó dos dedos en el signo de paz como respuesta. Al verlo al peli morado casi salta del susto, pero luego recordó lo sucedido hace unos días.
—Había olvidado lo del exe...— Pausó un momento para tomar un respiro y luego prosiguió —Bueno, con todo ese ajetreo no pudimos disfrutar el día, ya sabes con lo de Mike.exe y todo eso, así que Timba y yo estuvimos hablando y pensamos que sería buena idea reunirnos y hacer algo divertido, algo como... ¡un escondite!.
—A la... pues me apunto, le diré a Mike cuando despierte.
—Oye ahora que recuerdo ¿crees que Mikellino quiera venir?.
—No lo sé, últimamente está muy pegado a alguien—. Lo último lo dijo al voltear la mirada hacia el can de capa roja junto a el.
—Bueno pues, entre más mejor—. Trollino alzó una ceja al pensar lo que su amigo había dicho.
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo a amar || Mikeno (Editando)
FanfictionMikellino es una fusión que surgió de la unión de Mike y Trollino, y no, no hablo de sex... ejem... relaciones, sino literalmente. Mikecrack.exe es un ser peteneciente a los exes (obviamente) los cuáles son criaturas sedientas de sangre, o al menos...