Cap 14 ~Celos

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Antes de empezar quería agradecerles todo su apoyo, ¡gracias a todo@s los que votan y comentan! Y también a esos lectores fantasmas que pasan aunque sea a ver ¡gracias a tod@s! Y aunque casi no conteste los comentarios siempre los leo y siempre me motivan a seguir con la historia.

Y ahora sí, ¡¡¡Que empiece esta wea!!!
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Luego de que el oji rubí entrara el resto de la mañana fue algo aburrida, no hablaron durante un rato ya que ninguno de los dos se animaba a romper el hielo, Mikellino se sentía mal por haberse portado así con él, quería disculparse así que reunió valor y fue a la habitación que compartían, ya que creyó que ahí estaría.

–Hola—. Saludó, al entrar vio al más bajo sentado en la litera de abajo, su espalda apoyando en la pared y abrazaba sus piernas viendo a la otra litera.

—¿Que quieres?—. Preguntó al voltear a verle, pero había algo en su voz, algo diferente ya que esta no sonaba fría como de costumbre, era un tono más suave.

—¿Quieres... seguir entrenando?—. Preguntó algo nervioso el azabache tratando de hacer conversación con su contrario.

—Quizá después...

—Oye... sobre lo de hace rato...

—E-Está bien—. Se apresuró a responder, no quería hablar de eso ya que se sentía extraño al recordarlo, ese sentimiento era algo nuevo para él y quería descifrarlo, pero no era el momento para ambos hablar de eso.

—Está bien—. Cedió el azabache al ver a su contrario desviar la mirada nervioso. —Solo quería decir que lo siento—. Habló luego de una pausa captando la atención de Mike.exe. —Fue algo que... aún no creo poder decirte...—. Continuó hablando con pena, volteando a ver algún punto en el suelo.

No eres el único...—. Susurró.

A pesar de no haber escuchado, el de capa verde se acercó a donde estaba el exe y se sentó junto a él, guardando algo de distancia, Mike.exe no dejo de seguirlo con la mirada en ningún momento

—¿Que?—. Preguntó extrañado.

—Nada, solo quería estar junto a ti—. Dicho esto sonrió tiernamente como siempre, esa sonrisa que le encantaba al exe, este devolvió la sonrisa, una pequeña sonrisa que casi no mostraba y que Mikellino amaba.

Era un lindo momento, hasta que la mirada del azabache se desvió a la mesa de noche que había frente a el, su expresión cambió, parecía que algo le había asustado.

—¿Que fue eso?—. Preguntó extrañado el oji rubí alzando una ceja.

—N-No es nada... je je je—. Trataba de disimular pero sus emociones lo traicionaban, no era bueno ocultándolas.

Extrañado, el de capa roja volteó lentamente hacia atrás alterando a la ex-fusión, quien trató de llamar la atención del exe, lo cual fue en vano, este se al ver la mesita se acercó a ella encontrando lo que parecía una aguja con un líquido adentro.

—¿Que es esto?—. Preguntó sosteniendo el objeto en sus manos/patas.

—No se... ¿como habrá llegado aquí?—. Tartamudeó acercándose y tratando de tomar la aguja, pero el exe la alejó de sus manos y examinó el contenido, habían unas letritas que alcanzó a leer; supresores.

Apretó el objeto en su mano/pata y volteó a Mikellino con molestia.

—¿Por esto actuaste así? ¡¿Estás en celo?!—. Gritó apuntando al más alto con la punta del objeto, la ex-fusión alzó sus manos/patas como si le estuviesen apuntando con un arma mortal.

Aprendiendo a amar || Mikeno (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora