Cap 13 ~Solos en casa

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Llegaron tarde a casa ese día, por lo que llegaron a cenar y luego a dormir, aunque como siempre el exe se quedo hasta tarde despierto en la habitación mientras reflexionaba. Ya era tarde, poco más de media noche y el de capa roja merodeaba la casa con el fin de calmar su insomnio, quizá a Mike no le moleste que tome uno de sus chocolates.

—Voy a hacerte reír solo como lo hago yo~—. Tarareaba la canción mientras rebuscaba en los estantes y cajones de la cocina buscando el dulce, una vez lo encontró se dirigió a la habitación nuevamente.

Al llegar abrió la puerta con cuidado de no hacer ruidos y subió a su cama, pero llamó su atención los rechinidos que emitía la otra litera en donde el furry azabache dormía. Subió las escaleras hasta estar de frente a el, vio un leve sonrojo en sus mejillas y como este se revolvía en las sábanas.

—Seguro es un resfriado—. Susurró para sí mismo y volvió a su propia litera.

[...]

—Trolli ¿tu tomate uno de mis chocolates?—. Preguntó Mike a su dueño el cual estaba en la cafetera como siempre.

—Sabes que no tomaría tu chocolate.

En eso se podía ver en el rostro de Mike.exe una mueca de burla mientras veía la confusión del cachorro.

—¿De que te ríes? ¿Acaso fuiste tú?—. Preguntó tratando de soñar intimidante el cachorro, lo cual solo le causó gracia a su exe.

—¿Yo por qué lo tomaría?—. Preguntó haciéndose el ofendido.

—¿Entonces por que tu aliento huele a chocolate?.

—Eso no es cierto—. Negó con una gotita de sudor en su frente.

—Buenos días a todos—. Saludó adormilado el furry acercándose en donde desayunaban todos.

El exe rápidamente se acercó a Mikellino con el fin de evitar al cachorro.

—¡Oye! No te escondas—. Reclamó apuntándolo con un tenedor.

—¿Quien se esconde?

—Oigan ¿Que pasa?—. Intervino el más alto en medio de esos dos.

—Mike.exe tomó uno de mis chocolates.

—Ya Mike—. Lo calmó el chico —Es solo un chocolate, cuando nos vallamos te compro más—. Puso su café en la mesa y se sentó junto al mencionado, quien se cruzó de brazos e infló sus mejillas como puchero.

—Espera ¿a donde van?—. Preguntó curioso Mikellino.

—Oh cierto, a Mike y a mí nos llorón en el pueblo dicen qué hay alguien robando la panadería y quieren que vallamos a investigar—. Explicó mientras tomaba un sorbo de su café.

—¿Nos dejarán solos?—. Preguntó agachando sus orejas.

—Solo serán dos días, buscarán algo para entretenerse.

—Oye Trolli—. El mencionado volteó su vista al furry de capa verde. —¿Puedo hablar contigo después? Antes de que te vallas—. Preguntó tímido, lo cual extrañó al azabache.

—De acuerdo, ¿sobre que?.

—Es que...—. Masculló algo nervioso por las miradas de ambos Mikes. —Quería hablar contigo—. Resaltó la última palabra.

—Oh, está bien—. Accedió.

El exe solo alzó una ceja confundido, y Mike seguía molesto por lo de su chocolate.

[...]

—Bien, ¡gracias Trolli! No sabes cómo me ayudaste—. Pronunció saliendo de la habitación del mencionado.

Aprendiendo a amar || Mikeno (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora