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Hubo un silencio que por algunos segundos me hizo arrepentir de lo que justo le acababa de confesar. Lo más probable y lógico es que ahorita luciera incomoda y como una estúpida. ¿Por qué simplemente no me quedé callada?

- Es hora de irme -hablé rompiendo el silencio y con la disposición de dirigirme hacia la salida e irme a mi casa.

Me detuvo con un agarre algo fuerte en mi brazo.

- ¿A dónde vas? -me interroga mientras me acerca hacia el, pegandome a su cuerpo.

- Voy a mi casa -respondí obvia.

Changkyun frunció el ceño y me miró de forma rara.

- Estas con mi sudadera puesta y tus bragas, ¿vas a salir así a la calle? -arquea una de sus cejas y yo restriego mi lengua contra el interior de mi mejilla.

- ¿Quieres tu maldita sudadera? -no dejé que respondiera, simplemente me despojé de la prenda de vestir en un movimiento rápido, quedando completamente desnuda de la parte superior de mi cuerpo. Le arrojé su ropa.

Joder, que si hacía frío a estas horas de la mañana.

- ¿Y eso? ¿Por qué te enfadas? -me interroga con el entrecejo fruncido- no me digas que te enojaste porque no te dije que tu también me gustabas cuando tu me lo dijiste -puso sus ojos en blanco -te lo dije ayer, no creo que haya necesidad de repetirlo, Mirae.

Entrecerré mis ojos y me crucé de brazos. Esto se estaba tornando la pelea más inmadura e infantil del siglo.

- No sabes lo mucho que me cuesta expresar mis sentimientos y tú lo único que haces es quedarte callado -musité afligida. ¿Desde cuando me había vuelto tan dramática?

- No soy un Romeo si es lo que creías -me aclara el serio.

- Ahora si, me voy -apunté molesta y volví a retomar mi camino hacia la salida sin importar con que solo tenía las bragas puestas.

Tomé la perilla de la puerta, pero la mano de Changkyun se colocó contra la puerta, impidiendome que esta fuera abierta.

- ¿Cómo crees que voy a dejarte ir de esa manera? -me pregunta resignado y yo vuelco los ojos.

- Quiero irme -dije sin verlo.

- No has desayunado siquiera.

- Solo déjame en paz -espeté cansada. Si yo fuera el ya me hubiera vuelto loco, porque yo ya lo estaba.

- Solo abrigate -me pide calmado. Lo volte a ver y respiré profundamente. Sabía que está era una discusión ridícula y sin sentido. Me sentía muy imbecil.

- ¿Puedes besarme? -murmuré a penas audible. Changkyun me vió aturdido.

-... ¿Qué?

- Bésame -le ordené esta vez en un tono de voz más firme. No tan seguro relamió sus labios y después miró mi boca.

Lentamente se acercó a mí, haciendo que nuestras respiraciones se fusionaran.

- Debería enojarme yo por todo este berrinche que me armaste -susurra contra mis labios -pero de igual manera, puedo desquitarme contigo de otra forma -dicho eso me besó salvajemente, pegando mi cuerpo contra la puerta de su hogar. Abracé su cuello, aproximando mi cuerpo más hacia el suyo, sus manos se posaron en mi espalda donde recorrieron cada centímetro de esta.

Rompió el beso con la intención de ir directamente a mi cuello, dejando besos húmedos y uno que otro chupeton, esta vez no me importó. Solo quería concentrarme en sus caricias.

poison; Im ChangkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora