𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐥𝐨𝐯𝐞

2-Caprichos

Ecuador pateaba una roca pequeña cada paso que daba, y nuevamente volvía a patearla aun más fuerte, cuando se alejo la piedra detuvo sus movimientos viendo el callejón semi oscuro que solo podía verse las luces de las casas, sus nervios aparecían como una ráfaga de luz, su corazón empezó agitarse tan rápido y su vía respiratoria comenzó acelerarse siendo que sea asfixiante, por instinto empieza a dar pequeños pasos hacía atrás huyendo pero cada que se alejaba esa oscuridad se acercaba a él, no podía ni hablar por lo asustado que se encontraba, pocos fragmentos de recuerdos invadía por su mente de aquel día que cambió completamente su vida

No era su culpa y lo sabía, pero en su corazón se odiaba por haber hecho eso, sí tan solo los papeles se invertirán, posiblemente en su corazón podría haberse tranquilizado un poco al saber que su hermano estuviera seguro

***

—¡ERES UN CHORRA VENEZUELA!—Grito el niño sonrojado tirándole almohadas a su hermano mayor que se encontraba esquivándolas sacando leves risas, el venezolano vio que su hermanito ya no tenía tantas almohadas teniendo como oportunidad de alejarse de él para protegerse, aunque tenía una sonrisa dibujada en su rostro, admitía que su hermano menor era adorable cuando estaba sonrojado pero como es costumbre, su hermano menor era muy caprichoso con las cosas, pues esto no lo iba a tolerar de su hermano aunque lo amara mucho tenía que poner un alto. Tiro esa almohada que cubría a Venezuela y se la arrojó a su hermano, este ni siquiera vio las intensiones de su hermano mayor y cayo de espaldas, Venezuela aprovecho y se arrojó hacia su hermano agarrándolo de sus dos manos.

—¡MALPARÍDO!, ¡Usted no debe de ser así, nuestra madre y padre trabaja tan duro para que podamos tener siempre algo que comer!—El venezolano si estaba bastante enojado con el menor, tenía que educarlo desde ahora antes de que fuese demasiado tarde, por el contrario, ecuador estaba sorprendido jamás le había alzado la voz de ese modo que lo asustaba, sus ojos se cristalizaron, por supuesto que Venezuela cayo en cuenta que su hermano estaba aguantando sus lagrimas, dio un suspiró rendido aun sin soltar a su pequeño hermanito, se limito a pararse y ayudarle a ecuador levantarse, cuando ambos estaban ya parados, el mayor solo miraba como su hermano se limpiaba sus lagrimas sacando hipidos, rodo los ojos tomando a su hermano dándole un abrazo con un beso en su frente

—Ya, ya, me disculpo por gritarte, mejor vayamos por unas tetas—Menciono el mayor caminando hasta la puerta, Ecuador lo miró rápidamente dando un leve sonrojo con sus ojos abiertos, Venezuela se percató y dio una fuerte carcajada

—¡Jajajaja! No me digas que mal pensaste, jajaja son helados marica ¡jajaja!—Ecuador bajo su cabeza sonrojada, se moría de la vergüenza, fue hasta el dándole leves golpecitos en el pecho de Venezuela quien el se reía con burla

Ambos hermanos se encontraban sentados comiendo su helado, ecuador miraba cada tienda llenos de juguetes coloridos, deseaba tomar esos juguetes pero no tenían suficiente dinero para comprar uno, volteo a mirar a su hermano de reojo viendo si lo estaba vigilando pero el venezolano estaba distraído, aprovecho eso yéndose lentamente. Venezuela miraba unos osos de peluche, tal vez no sea mala idea comprárselo, no tenía ningún juguete al cual pudiera jugar mientras que el iba a trabajar con su padre, sonrió feliz mirando a su hermano pero cuando mira a su lado no había nadie, asustado mira por todos lados entre toda esa multitud que caminaban a todas partes

Escucho unos gritos que provenían de un puesto que termino corriendo hasta ese lugar, con un sentimiento de que posiblemente podría estar ahí su hermano va a dirección al puesto, y efectivamente estaba su hermano siendo jaloneado por la señora que le quitaba los carritos de madera, Venezuela va a ellos dos quitándole a su hermano del agarre de la señora poniéndolo detrás de él

—Pido perdón a nombre de mi hermano, no fue su intención tomarlos pero por favor absténgase de no llamar a la policía—Se disculpo inclinando su cabeza, la mujer que estaba enojada señala al menor