𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐥𝐨𝐯𝐞

5- Fiesta de plutón azúl

Resonaba las bolas de la mesa de billar chocando entre ellas en esa habitación enorme con grandes ventanales que se podía ver perfectamente los edificios iluminados, en aquel lugar se encontraban tres personas en la habitación; los dos hombre estaban jugando en la mesa de billar y el otro estaba sentado en el sofá tomando una copa de alcohol acompañado de una música de fondo siendo no molesto para los tres, éste admiraba la gran ciudad viendo todo desde arriba, imaginando que las personas eran hormigas correr a todos lados; escucho el fuerte chasquido de uno de los jugadores. El hombre quien perdió chasqueo su lengua poniéndose recto dejando ese palo de madera larga en su lugar, igual el ganador imite lo mismo que el contrario, de una manera sumamente elegante pone su taco delgado de madera en la mesa interrumpiendo la tranquilidad del hombre que miraba la ciudad

—¿Hoy ira en la fiesta de Plutón mi señor?, hoy habrá subastas en el centro de la ciudad, dicen que trajeron mas personas—Aquél hombre que permanecería sentado gozando de la música en el sofá se quedo aun en silencio, mientras que el otro esperaba una respuesta de el, admitía que le incomodaba el echo de no tener una respuesta rápida, el country que estaba sentado dio un fuerte suspiro dejando su copa en la mesa de cristal

—¿Entonces no ira Urss?—pregunto el asiático carmesí, el ruso sólo miraba esas luces blancas circulares que alumbraban el cielo, eso significaba que trajeron más personas, aunque había una que destacaba y era esa luz roja, esto le entro una curiosidad ¿acaso? ¿Hay una persona más alta de preció?, Interesante dijo eso mentalmente, Urss se levanto dirigiéndose a la salida de la habitación, chasqueo sus dedos y de la nada aparecieron unos sirvientes y una secretaria que llevaba una tableta junto a unos guardaespaldas que seguían el paso del carmesí, China y Rusia lo miraban desdé atrás viendo como este se iba

—Todos acomoden el cuarto del sur lo quiero sumamente limpió y no quiero ver a personas en esa habitación después de las 12:00 en punto, también quiero que le sirvan a mi hijo su comida, Polonia usted asegurase de guardar el dinero para la subasta—Demando, cada sirviente asintió obedeciendo al ruso, unos de los mayordomos pusieron el saco en los hombros del eslavo sin interrumpir su caminata; cuando salieron los guardaespaldas fueron a posicionarse en sus perspectivos lugares, unos a sus costados otros se adelantaron el paso quedando enfrente y el último atrás, la mujer asintió  

—¿Desea que le remueva 90 billones de dólares?—Urss dio un gesto de con función mirando a la bicolor, los sirvientes al terminar de perfumar a su patrón dieron una reverencia para irse a otra parte

—¿Tan poco dinero?, si es necesario le llamare para que me envíen más dinero—se dirigió a su limusina entrando en ella, Polonia con rapidez corre hasta poder estar con el ruso

—Señor le quería comentar que su dinero se esta gastando en los últimos meses, desde abril—Le entrego una lista de las cosas que había comprado en los últimos meses, este lo leyó mientras que la otra cerraba la puerta quedándose ella afuera de la limusina

—estoy pagando el hospital de una niña de mis ex-esposas, quiero que bloques sus tarjetas de las demás  a excepción del último quiero que éste estable—Le entrego la lista y subió el vidrio, avanzo la limusina, china miro al ruso mirar el vidrio con esa mirada de frialdad

—Veo que tienes un poco de misericordia Urss—Sonrío de oreja a oreja, era su amigo, sabía bien que el no era tan malvado como aparentaba ser, Urss arque su ceja mirando a su compañero con disgusto, china no pudo evitar reír por la expresión de su amigo 

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Estos salieron del cuarto dejando a un country muy enfadado, el tricolor no miro atrás no se podía mover mucho por las grandes cadenas que lo sujetaban de cuello a pies, si, realmente era un perro siendo paseado por su dueño, bajo en esas escaleras de terciopelo con cuidado de no caerse, de reojo miró al contrario más alto demostrando un expresión de miedo, México tragó saliva en seco bajando su mirada; al bajar en esas escaleras pude mirar cada persona observando como adolescentes bailaban en tubos de metal ahí supe que era un prostíbulo de todas las edades, lo mas extraño era que no había niños de 12 ni de 30 en ese lugar