La puerta fue abierta con brusquedad, llamando la atención de quienes habitaban en aquel lugar. Una joven entro furiosa arrojando una bolsa sobre la mesa, percatando al joven que se encontraba arreglando una radio
- ¿¡Cómo es posible que me vaya tan mal!?-Grito la mujer cayendo al sofá, cubriendo con sus dos manos su rostro, era extraño que la joven gritara de ese modo molesto, por lo que sus amigos solo miraban preocupados a la chica que murmuraba
- ¿Q-Qué sucedió Mexica?-Hablo el joven que intentaba acercarse a ella. Estaba bastante preocupado por su amiga, ella en sí gritaba a todo pulmón e incluso maldecía cada que podía hacerlo, pero aquello era anormal en ella. La joven solo maldecía todo sin dar un contexto en la cual fuera entendible para ese joven español que la escuchaba, se podía dar una idea de lo que sucedía
- ¡Es que doy todo de mí! ¡Pero esas viejas arrugadas y celulíticas me hacen ver cómo alguien que seduce a los patrones!, ¿Que ganaría si lo hiciera?, ¡NADA!-Se había cruzado de brazos frunciendo el ceño, España intentaba consolarla y escucharla en cada momento, pero nada funcionaba para calmarla. Urss y Nazi solo lo ignoraron haciendo sus cosas, le tenían cierto miedo a su amiga cuando tenía ese carácter detestable, y ni hablar cuando intentaron consolarla, terminaron con un diente suelto y con un ojo morado, así que esperarán a que ese Español la calme
Una vez más la puerta se abrió, encontrándose a un hermoso hombre de cabellos castaños, como el profundo otoño, con los ojos dorados como el mismísimo lirio en florecimiento, la piel tan blanquecino como la neblina siniestra. Se dirigió con su linda hermana, estaba preocupado desde que vio como lo había ignorado afuera. Azteca se acercó tomando ligeramente su mano y midiendo la temperatura corporal de ella
- ¿Te sientes mal?, ¿Que te sucedió hermanita?-Su voz tan delicada era una melodía tranquila, tan pacifica, estaba tan preocupado pero su expresión parecía sacado de alguna expedición de un museo
Mexica solo lo miro tristemente, estaba tan delicada que era imposible no ocultar lo que sentía, el simple hecho de tener a alguien que se preocupe y estima demasiado, es complicado no mentirle, menos si es su familiar. Suspiro profundo dejando caer su cabeza en el hombro de su hermano
-...No hermano, muchas de esas mujeres desearon humillarme frente al patrón...estoy cansada de que lo hagan día tras día, cada que las ignoro pareciera que disfrutan de hacer menos a una persona, hoy estuve a punto de golpear a una pero me detuve...-Suspiraba cansada, era un dolor soportar a personas con tales intenciones fastidiosas y machistas; "Solo desea llamar la atención del jefe", "Una cualquiera", "Puta barata", "Zorra"; tales comentarios la herían tanto su ego como su orgullo, hizo el enorme esfuerzo por llegar a dónde está sin ayuda de alguien, pero su esfuerzo era como un hilo frágil. Azteca no menciono una sola palabra más que solo consolarla con un abrazo, es un tema bastante delicado, pero no complicado, es su hermana quien ansiaba escuchar algo empático y halagador
-Estoy cansada hermano...no soporto un día en que ellas me molesten, en verdad quiero el trabajo pero ellas...ellas logran hacerme sentir mal...-Una lágrima salió de su ojo, su enojo se podía expresar en llanto, el coraje de no poder defenderse solo para no perder su empleo que era difícil y eso entendía Azteca, no podía hacer mucho pero tampoco no había nada en la cual él no pudiera hacer
-Hermana, comprendo que hiciste un gran esfuerzo y sacrificio por ascender a ese trabajo, pero recuerda que si hay un ambiente de ese grado es mejor irse antes de que venga una situación mucho peor-Acaricio su cabello gentilmente, la sensación de amor la envolvía por completo, un sentimiento de siempre estar protegía por su hermano era inexplicable. Azteca, su hermoso hermano que la apoya incondicionalmente, es la única persona que la trata como debe de ser, le trae la comida, la protege, la aconseja, la apoya y lo más importante...la ama
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𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐥𝐨𝐯𝐞
Romansa🃊 🃋 🃌-┊𝐔𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐌é𝐱𝐢𝐜𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐲 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐩𝐚𝐠𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐡𝐨𝐬𝐩𝐢𝐭𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐦𝐚𝐝𝐫𝐞, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐜𝐫𝐞𝐲ó 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐢𝐛𝐚...