11-Un trato justo

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Corrían como si su vida dependiera de ello, esquivaban a las personas o se escondían de los guardias que pasaban por ahí, evidentemente eran vistos por ellos pero solo los ignoraban o se hacían de la vista gorda para que los dos adolescentes no sé sorprendieran de que si eran vistos por ellos, los trabajadores solo miraban a esos niños corriendo por cada parte, para ellos miraban un juego inocente pero la realidad él mexicano era su escapatoria para irse de la mansión, los sirvientes les alegraba que él ruso tuviera divirtiéndose con su nuevo amigo, eso les alegraba bastante, siempre veían a Rusia muy distante o antisocial cuando un familiar se acercaba a él para charlar pero él simplemente se alejaba yéndose a una parte; Rusia y México llegaron al jardín trasero donde no había ninguna persona pasar por ahí, se tiraron en el césped jadeando con fuerza recuperando el aliento perdido de ese maratón que se dieron en la mansión, estaban más que rendidos y solo miraron en el cielo, se sorprendieron de que el cielo se pusiera en atardecer con sus colores fríos, de escapar de la mansión terminaron divirtiéndose jugando como niños olvidando sus planes de hace unos minutos, se miraron y simplemente se echaron a reír, México solo reía mirando el cielo, mientras que Rusia solo lo miraba analizándolo a más detalle al tricolor

Todo este tiempo era soledad y las mismas rutinas de siempre, pero todos esos días este era el único día que jamás olvidara, jamás rompió algunas de las muchas reglas que le habían puesto su padre en la casa, era tan sorprendente estas sensaciones que recorrían por cada vena de su cuerpo que no le importaría que lo regañaran, todo gracias a ese latino, agradecía a su padre de que le enseñara hablar casi en todos los idiomas para comunicarse con ese chico, tanto era su mirada en el que parecía que se lo iba a comer de un solo bocado

México lo miro con una sonrisita divertida dándole una vista bonita, el eslavo desvío la mirada con rapidez mirando a otra parte teniendo una aceleración en su corazón que solo el escuchaba aunque juraba que se escuchaba por todo el mundo, nunca le pasaba eso, pero por una extraña manera le gustaba bastante ese sentimiento... le agradaba ese sentimiento que está teniendo ahora mismo, tal vez sea que el latino tenía un don de hacer amigos rápidamente y lograba encajar con cualquier persona que le cruzara la palabra

—Antes de que nos vayamos, cuéntame algo de tu vida, una etapa que te marco—menciono poniendo completa atención el tricolor, realmente estaba entusiasmado el tricolor por conocer a su nuevo amigo, Rusia que estaba callado simplemente le miró y dio una risita...nadie le había preguntado tal cosa a él, de hecho, todos se asustaban por acercarse al ruso, y quien se acercaba a él siempre terminaba retándole o haciéndolo menos por el simple hecho de sentirse superiores por ser hijo del mafioso más poderoso y para que ellos demostraran su valentía en los demás de su misma edad...pero esto era completamente diferente, este sería su primer amigo que tenía en su corta vida, al parecer dios le daba una nueva oportunidad para estar con alguien como el mexicano, así que lo tenía que aprovechar al cien

—Jajaja, eres muy extraño, ni sabemos nuestros nombres y tú ya quieres saber sobre mi vida jajaja, me llamo Rusia—dio una sonrisa con una ceja arqueada, México se rio avergonzado por lo que había dicho, se hecho una risa por lo estúpido que fue preguntar algo inapropiado, todo esto aún era visto por el ruso que miraba cada reacción del tricolor que se cubría su rostro con sus ambas manos, poco después le miro ya relajado

—Mi nombré es México, es un gusto conocerte Rusia—Puso su mano dando una señal de saludo, Rusia miro su mano, lentamente lo toma pero fue tomado con fuerza (sin lastimarlo) por el tricolor que movía sus ambos manos de arriba y abajo, Rusia podía sentir esas manos suaves y a la vez rasposas, como si alguien trabajara en todo el día y no tuviera ningún descanso, México igual sintió esa suavidad de manos como si este no trabajara y solo cargara con un lápiz, se soltaron las manos, Rusia no comprendía que pasaba con México que este solo se acostó mirando ya las estrellas aparecer en el cielo

𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐥𝐨𝐯𝐞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora