- Capítulo 12 -

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Un corto silencio se plasmó en el ambiente para luego ver reaccionar a la chica.

—A-al baño. ¡Y-ya nos vamos!.—Mitsuba tomó a Yuu del brazo y arrastró hasta estar lejos del albino.—¡Mira en lo que casi nos metes, idiota!.—Balbuceó mostrando una expresión enojada.

—¡¿Yo?!, ¡Si tú fuiste la que-

—¿Pasa algo malo?.—Esta vez era una voz fina. Yuu notó en seguida sus ojos rubíes y esa peculiar voz, ya podía idearse quien era.

—N-no.—Tanto al responder en igual forma solo agacharon la mirada que pocos segundos después la pelirosa suspiró y se fue dejando a estos dos solos.

El azabache parecía más nervioso que de costumbre, Mitsuba miró los alrededores y sujetó nuevamente el brazo del chico.

Ambos ya estaban cerca de la habitación donde los demás esperaban, pero el murmuro que se logró captar los dejó inquietos.

—¡¿En serio?!. ¡¿Krul Tepes está aquí?!. Woah.. ya me decía que su aroma estaba con nosotros.

—Hey, eso sonó pervertido.

—¿Qué importa?, no es como si, ¡la reina de sexy figura y hermoso rostro pudiera aparecer!.—Se escuchó un coro de carcajadas alejándose y el ambiente donde ambos chicos estaban se hacía cada vez más incómodo.

—Con que krul eh..—Yuu susurró, la fémina sabía que debían irse antes de seguir con la incómoda charla.

Risas en multitud se escuchaban más adelante, ya podían estar seguros que aún seguían ahí, Mitsuba solo adelantó un pie pero fue suficiente para que ambos cayeran uno encima del otro.

La puerta se abrió, luego de escuchar el ruido de la caída, solo un montón de caras sorprendidas y unas que en general estaban aterrorizadas, Mika veía la escena, apenas estaba viniendo hacia la habitación pero lo que más resaltó su rostro lleno de enojo, Yuu estaba uniendo sus labios con los de la rubia.

Los demás fueron rápido donde Mitsuba luego de ver que el rubio tomó el brazo del azabache con brusquedad; ya se sentían inseguros de dejarlos a solas.

(...)

Mikaela guardaba silencio mientras su espalda tocaba el respaldo de la silla y mantener un cruce en sus piernas al igual que en sus brazos.

Ninguno de los jóvenes pudo quedarse a menos de 10 metros de la habitación por lo que las chicas no podrían enterarse de nada, esa fue la advertencia de Mika.

(...).

El pelinegro yacía a los pies del mayor, sentado con las piernas arrodilladas y la mirada gacha que demostraba como un tierno cachorro asustadizo se preparaba para la reprimenda.

—Fue un accidente.—Su voz apenas salió. Sentía como un peso bastante grande se colaba en sus hombros y podía deducir que era la mirada del más alto—¡S-solo fue una caída..!—Miró a un costado tratando de elevar la vista cosa que le dificultaba—No tienes porqué cerrar la puerta.—El contrario no parecía dar señales de responder—¿Oye..?.—Una vez se armara de valor para subir la mirada y ver rápidamente la fría expresión en su cara hicieron que un escalofrío recorriera su espalda—¿Mi..ka?.—El más bajo ya dudaba de poder arreglarlo con solo palabras.

—¿Eso es lo único que dirás?.—Su tono ya no era la misma que en la mañana, no era suave y tierna como antes le hablaba, ahora permanecía áspera y cortante—Yuu-chan, han pasado años pero aún así he perdido días de conocerte, ¿Acaso me extrañaste algún día?, ¿Ya no sientes lo mismo que hace 10 años?.

Yuu no entendía como es que rápidamente el tema se cambió por otro, la pregunta del contrario solo hicieron que un gran vacío en su pecho causara un eco doloroso de palpiteo, recordar sus solitarios días sin Mika solo lo lastimaban, ¿Estaba enojado o nostálgicamente dolido?.

Los labios del azabache tiritaban, entre más palpiteos sentía, más melancolía llegaba en forma de flashback. Ahora su cuerpo estaba presente pero su mente yacía en blanco.

Mika, al no obtener respuesta más que bajar la mirada por parte de Yuu, se levantó de golpe y ver como su amado ahora permanecía en silencio total, suspiró bajo.

—Bien, Yuu-chan. Esa es tu respuesta.—Aún con todo el dolor del mundo, continuó con esa voz grave que inquietaba, era tiempo de marcharse y así lo hizo.

El menor, al momento de escuchar la puerta cerrar y con la mirada perdida, le empezaban a brotar pequeñas gotas terminando en un llanto silencioso, sintiendo como su garganta bloqueaba su voz y ese dolor en su pecho aún persistía, no tuvo remedio que ir a la cama tomando unos pañuelos.

¡Abrázame! ||MikaYuu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora