¡Abrázame! ||MikaYuu||

- Capítulo 13 -

La perilla de la puerta giró suavemente, sin hacer ruido, sin percatar al azabache. Los chicos querían saber del estado de Yuu luego de ver como Mika salió sin decir nada.

Yoichi iba a mencionar palabra pero fue callado por Shinoa quien solo negó con la cabeza y como Mitsuba se regañaba a sí misma. Se escucharon cortos golpecitos en la puerta, el menor no hacía caso por lo que con extremo cuidado se dirigieron a él mientras la pelimorada se sentó en la orilla de la cama.

—Yuu-san, si no es molestia. Permítenos ayudarte.—El nombrado temía que al abrir la boca solo saliera una voz aguda, en cambio, se sentó y miró a los demás algo avergonzado.

—Hey, no te sonrojes que lo de llorar no es propio de ti, solo asegúrate de estar con nosotros cuando suceda.—Aunque esa indirecta significó mucho para las chicas quienes solo reían bajo, Kimizuki podía ser blando de vez en cuando.

—¡Y-Y tampoco te sientas triste, ánimo Yuu-kun. Estaremos contigo para cuando nos necesites!.—Se le podía notar como un tono carmesí rondaba en sus mejillas, no costumbraba hablar tan alto pero lo hacía por un bien total.

—Yoichi-san siempre termina avergozándose luego de hablar. Kimizuki-san se ve adorable al tratar de animarte. ¿No lo crees, Yuu-san?.—Soltó una risita baja.

—¿Adorable..?.—Una inquietante respuesta por parte del pelirosa hicieron que Mitsuba fuera donde él y le diera una paliza por tal comportamiento—¡Oye!.

—Aunque sigue igual de problemático.—Shinoa dió un suspiro largo con la voz más calmada posible y ganarse un gruñido por parte de Kimizuki.

—E-eso no es cierto, ¡E-es especial a su modo al igual que ustedes y Yuu-kun!.—Farfulló la última frase haciendo que sus ojos temblaran y su rostro inmediatamente enrojeciera en cuanto todos fijaban su vista en él.

Yuu no sabía como reaccionar pero el tan solo ver como regañaban al más alto y el tierno acto del castaño hicieron que sus labios encorvaran liberando una pequeña risilla.

Se sentía melancólico y de algún modo tranquilamente feliz. Ya creía que Mika podría ser el más capaz de cambiar su ánimo pero hasta ahora, sus amigos son los que lo fortalecen.

—Ciertamente sigue siendo un idiota.—El azabache hablaba más claro y en un estado menos lastimado—Gracias chicos.—Una sonrisa se dibujó en su rostro, los demás ahora reían salvo que Kimizuki tomó una almohada y se la aventó a Yuu.

—¡Tú eres el único idiota!.—Burló el pelirosa luego de actuar.

—Si serás..—Esta vez Yuu tomó provisión—¡No me digas idiota, imbécil!.—La aventó con toda la fuerza del mundo cosa que el pelirosa pudo presentir y hacer un rápido movimiento esquivándola.

—Ustedes..—Un intranquilizante ambiente se hizo en la habitación mientras ambos chicos se tiraban las almohadas.

Oh oh.. Mitsuba recibió el impacto.
Puede que el más alto la haya evadido en el primer ataque pero debió chocar y en especial, a alguien.

—¡Si serán!.—Esta vez la rubia estaba molesta, muy molesta. Tomó del cuello de la camisa del azabache quien solo juntó sus palmas en señal de piedad.

Se escuchó un zumbido que en instantes se supo, eran los parlantes.

—Hagan el favor de verificar su compañero de cuarto en la hoja con sus nombres puestos en la planta baja, por otro lado, los miembros del consejo deben presentarse a la reunión en la sala de juntas. Gracias por su atención.—Una elegante y dulce voz resonó en los pasillos que luego de acabar su diálogo empezaron a escucharse pasos de los estudiantes.

Volviendo con los chicos, Mitsuba soltó su agarre y salió dando un suspiro pesado. Yuu fue a lavarse la cara y tan rápido como terminó siguió a los demás que ya estaban adelantados.

Había una gran multitud de estudiantes y juraba no haber visto tantos en su vida, se acercó al panel con las hojas colgadas y de entre todos ellos encontró su nombre, un toque inesperado en su hombro despistaron su mirada captando rápidamente el rostro de quien menos quería ver.

—Yahoo~ compartiremos habitación.—Yuu no sabía si ese pelirrojo siempre estaría en los momentos menos indicados o si fue el mismo azar que le jugó una mala pasada.

—¿De qué estas hablando?, ¡Deja de bromar, si!.—Dió un empujón liberándose del agarre y dirigirse hacia el panel, una vez cerca re-leyó su nombre y una que en general no se la esperaba—Hyakuya, Eusford..

Un sudor frío alineó sus sentidos, ahora comprendía que ese pelirrojo no parloteaba y en cuanto vió como una mano velozmente impactó a un lado suyo a manera de acorralarlo, supo que el calor aferrándose a su espalda y como una capa de aire caliente que invadía su oreja era provocada por alguien más.

—No bromeo cariño.—El azabache no parecía contestar, tenía que limitarse de darle un golpe bien merecido en la cara—O debería decir, ¿"Yuu-chan"?.

Una imagen de Mika y él en su infancia vino a su mente, en forma de flashback, uno de los tantos que aún aprecia. Pero no fue mucho la duración puesto que ya el menor había reaccionado y aventó un codazo en la cara del pelirrojo.

Era bastante notable que el contrario no se esperaba ese ataque, pero los demás tampoco y empezaron a dejar un gran espacio entre ellos y ambos chicos.

Yuu notó en seguida la acción de los estudiantes y escuchó a lo lejos pasos alargados dirigiéndose hacia ellos. La puerta se abrió y fue suficiente para que el azabache se distrajera y como el pelirrojo aprovechara para contraatacar pero no de una forma como actuó Yuu, sino una que en general, impresionaría a más de uno.

Tomó el antebrazo del menor y haciendo que mirara hacia la pared lo colocó en su espalda bloqueando tambien el movimiento en la otra mano con la suya.

—Crowley Eusford.—Yuu reconocía esa voz, menudo reencuentro incómodo—Y.. Yuichiro Hyakuya.—Temblorosamente elevó la mirada encontrándose con un albino quien no parecía contento ante la situación—Esperaba que estuvieran libre de peleas.—Suspiró—Supongo que tendrán que encargarse de unas tareas como castigo.

Dió media vuelta pero ante un segundo pudo visualizar a Shinoa y compañía completamente sorprendidos, y.. Mika, totalmente desinteresado.