- Capítulo 14 -

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Una semana, una semana repleta de labores y aún le quedaban unos días más para concluir su castigo.

El azabache arrodilló sus piernas abrazándolas, hundiendo su cabeza en el acto.

"¿Mika seguirá molesto?, ¿Por qué me importa tanto?.
¿Qué demonios me pasa?".

Preguntas similares empezaron a invadir la mente de Yuu, a pesar que no se encontraba solo en esa habitación, su conciencia le decía lo contrario.

Había pasado toda la semana sin ver al rubio y eso le preocupaba, ver la mirada inquieta de sus amigos solo le sofocaban.

Tenía tiempo para poder descansar y encontró una manera de arreglárselas para trabajar con el pelirrojo, quien solo se burlaba de él.

—Oye tampoco es para que te deprimas.—Se columpió en la silla mirando hacia el azabache.

No se escuchó respuesta por parte del contrario, el pelirrojo ladeó la cabeza confuso. Se levantó de la silla caminando hacia la cama del otro y acompañarlo.

—Se supone que era para tomarnos un descanso, pero ya ves que no.—Balbuceó soltando un suspiro.

—Estarás acompañado, no es del todo malo.—Yuu se sentía estresado, pensar en la discusión de hace unos días solo hacía que recordara con detalle las palabras del rubio y expresar sus ánimos en las diminutas lágrimas—Tampoco tendrás que llorar.—Llevó una de sus manos al rostro del menor, retirando la gota con la yema de sus dedos.

Este miraba extrañado al mayor pues, no se esperaba eso, le incomodaba ahora estar a solas con él.

—Compartimos habitación no amistad.—Terminó su diálogo apartando la mano del contrario.

—¿Pero si tienes intenciones de amistarte con Mika?.—No tenía porqué responderle, lo que ocurría entre el rubio y él era personal—A menos que quieras lo contrario.

El azabache salió de la cama dirigiéndose a la puerta, sabía que era mala idea quedarse con él.

—Escucha, lo que pase acerca de mí, no tiene nada que ver contigo. Deja de actuar, ¿bien?.

Esa era su última advertencia.

—Bien.—Soltó sin más luego de mirar por unos segundos al contrario—Siento lástima de la poca confianza que hay entre ustedes, sólo eso.

Pero no su última palabra.

El azabache rodó los ojos, ¿qué podría saber el otro que Yuu no? Siendo que de alguna forma, le intrigaba.

—Ve al grano.—Cruzó sus brazos. Estaba harto de mantener esa conversación sin rumbo alguno.

—Será mejor que lo dejes.—Hubo un gran silencio que solo el pelirrojo la cortó—O puede que no salgas del todo "bien" y esta vez tus amigos no podrán ayudarte.

El azabache suspiró.

—Estaba en lo correcto sobre no escucharte.—Giró la perilla y salió de la habitación.

Tenía que alejarse de ese chico.

(...)

Salpicó el agua sobre su rostro, soltando un largo y pesado suspiro, mirando hacia el grifo casi perdido en sus pensamientos.

Dió vuelta para salir del baño, empezaba a tranquilizarse luego de empaparse lo suficiente.

—¿Shinoa?.

La nombrada yacía a un lado de la puerta, con los brazos cruzados y mordiéndose las uñas denotando impaciencia.

—Yuu-san, tenemos un-.—Detuvo la acción sobre sus uñas girándose hacia el nombrado, interrumpiéndose a sí misma.

—¿Un..?.—Arqueó una ceja.

Se escuchó un suspiro antes de que ambos quedaran en un silencio incómodo.

—Un.. horario matutino.—Fue lo primero que se le ocurrió, y era notable la confusión por parte de Yuu—Ve a descansar, es bastante tarde.

El menor volvió su vista, y sin detectar a la pelimorada, se interrogó sobre lo extraño de su comportamiento.

Bastante raro, apenas marcaban las 20 horas.

Tal vez podría ir a uno de los ventanales y admirar lo externo, volver solo le causaría otra plática o incluso discusión con el pelirrojo.

Listo, estaba decidido en qué podía pasar el rato sin ser molestado.

(...)

Las luces apagadas hacían buen equipo con el brillo de la noche en el enorme lugar.

Una malteada de chocolate estaba bien como compañía, contemplando el tranquilizante silencio y lo hipnotizante del cielo nocturno; Consideraba uno de los paisajes perfectos.

El cantar de los grillos más el suave aroma de las hojas chocar entre sí, apaciguaba la mente del azabache; Sus cabellos empezaron a revolotear con la leve ventisca de aire dándole una calma interna.

—Te resfriarás.—Se vió interrumpido al sentir una voz autoritaria resonar en su cabeza.

¡Abrázame! ||MikaYuu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora