Capítulo 10

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El chico estuvo esperando paciente mientras yo me lamentaba, pero al ver que no me recomponía me saco de ese lugar.

Ahora caminamos por la parte de la carretera que la grieta no ha destruido. El hospital, bueno, las ruinas del hospital ya no se ven desde aquí. Mi cerebro ha dejado de funcionar. Camino por inercia, ni siquiera me acuerdo que ha pasado. Los recuerdos se han mezclado con mis sueños. Ojala estuviese muerta. Deseo con todas mis fuerzas que esto nunca hubiera pasado, pero ahora que se que todo lo que alguien tiene puede perderse en cuestión de segundos... No quiero luchar más. Quiero rendirme.



El chico se para ha descansar horas después debajo de un bar que hay al lado de la carretera. Dentro no hay nadie, pero no hay nada roto. Todo parece normal. Las mesas y sillas bien colocadas, la barra limpia y brillante.

- Creo que podemos descansar aquí.

El chico se sienta en una silla y apoya los codos en la mesa. Yo, en cambio, me quedo de pie.

- ¿Estas bien? -pregunta amablemente.

Me aclaro la garganta para contestar.

- Sí, gracias -mi voz es apenas un susurro.

- ¿Como te llamas?

- July.

- Yo soy Sty -responde sin que le haya preguntado si quiera.

- Te diría encantada de conocerte -comienzo, pero a estas alturas es difícil estar encantada con algo...

Para mi sorpresa empieza a reírse.

- ¿Te ha resultado divertido? -repongo secamente.

- No -responde, pero sigue partiéndose de risa.

''Genial'', pienso.

- ¿De donde eres? -continua con su interrogatorio.

- ¿A tí que te importa? -respondo. ''No, July, no seas tan borde. Este chico ha sido amable'', me digo a mi misma-. Soy... era de Portland. Mis padres eran de Portland.

- Yo era de Canadá. Vine aquí de viaje y... bueno, me pilló en el aeropuerto -levanto la vista y le veo con la cabeza cabizbaja-. No he podido hablar con mi familia de nuevo. No se si están vivos...-su voz se entrecorta.

- Yo tampoco se donde está mi madre. Cuando me levanté a ver lo que estaba pasando había desaparecido. Mi padre murió hace dos años -no se porque me estoy sincerando con un extraño, pero sienta realmente bien-. No se lo tragará una grieta, pero si lo hizo una enfermedad...-aprieto la mandíbula para reprimir las lágrimas-. También tenía un hermano. No lo conocí. Siempre le preguntaba a mis padres, pero nunca me respondían. Solo lo he visto por fotos... Mi vida ha sido un desastre desde el principio, pero deseo con todo mi ser volver a ella -no puedo reprimir más las lágrimas, aunque intento llorar lo más silenciosamente posible-. No se si quiero vivir en este mundo.

Él no me contesta. Solo me mira. Pero sus ojos me dicen lo que su boca calla. Y me siento bien después de todo. Me seco las lágrimas y me levanto. 

- Eh, supongo que tendríamos que acostarnos -retrocedo-. Bu-e-enas noches -balbuceo.

- Buenas noches July.



Me cuesta mucho dormirme en la cama improvisada que he montado con dos mesas. La madera es dura y vieja y tengo miedo de caerme, pero es mejor que el suelo. Aún así, me quedo dormida.

La GrietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora