Capítulo 10: ¿Cita?

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¡A la verga, wey! ¡Deja de hacer trampa, chingada madre! — oh, que placentero se sentía decir esas palabras, era como sentirse fresco después de una sequía con sus exconvivientes. Al fin había regresado su hábito de hablar en jerga, y le encantaba. Actualmente Chile le iba ganando en la FIFA.

¡Calla' sapo! ¡No es mi culpa que seas pajero! — presionaba con todo lo que podía los controles de la consola, de pronto el televisor se apagó. Argentina vió con celo fruncido a sus hermanos. — Argie. . .¿Porque la apagaste?

Deberías salir siquiera, el día está hermoso, solo te la pasas jugando plei, largarto. — el chileno, molesto, se cruzó de brazos haciendo un puchero bastante adorable.

Anda a jalar, ctm. — Argentina, quien ya se iba, volteó al escuchar el insulto. Gotas de sudor recorrieron la frente del de escudo de parche de estrella. — Te quiero, hermanito.

Yo igual. — correspondió acercándose lentamente mientras la vena de su frente se hinchaba dando a entender que estaba furioso, México al ver esto lo abrazó para calmarlo, Chile le agradeció al cielo y a su hermano mientras huía a su cuarto.
El abrazo había despertado más que un sonrojo en el argento, su cuerpo comenzó a temblar por los nervios y la sensación de calidez. — Mex. . .

¿Más tranquilo? — se separó con una sonrisa inocente, claro que su hermano no tenía idea del pequeño “crush” que tenía hacia él. Asintió con las mejillas coloreadas de celeste intenso, el mexicano se sintió bien al ayudar a su hermano.
Aah, eres adorable, Argie.

No digas eso, i-idiota. — gruñó tratando de ocultarle su rostro, México comenzó a sentir un cosquilleo, como si ya hubiese sentido lo mismo, y recordó el abrazo que se dio con el gringo, lo habían confundido gravemente si realmente le agarraba el americano.

«Toc, toc, toc» se escuchó la puerta tocar, el tricolor estaba a punto de ir a abrir.
Ah-ah. No ésta vez. — dijo Bolivia sonriendo, le había ganado a su hermano en atender. México asintió, tomándole gracia.

«¡Aah!» chilló el boliviano. Todos lo que lo escucharon se pusieron alerta y corrieron a ver qué pasaba, incluyendo el chileno que estaba en su cuarto.

¡Hermano! ¿Que sucede?

se acercó Venezuela de inmediato a revisar que no tenga nada herido, Argentina, como mayor se puso en frente del de chullo marrón.

La sorpresa que se llevaron los sureños al ver al “pituco” de Norteamérica en su puerta
( a excepción del colombiano ), igual de asustado que Bolivia, pues no le había echo nada, este solo se asustó al verlo.

¿Usa? — el anglohablante tragó grueso al ver la mirada molesta del argentino, no le resultaba nada cálida la “bienvenida”. — ¿Qué haces aquí? No eres bienvenido. . .

Tsk, Is for my father? — cruzó sus brazos, como siempre el tuviera la culpa de que le quitará su tan preciosa isla o todos los problemas que le causó. — I don't like him not too, believe me. (Tampoco me cae bien, créeme)

Los ojos del argentino mostraban temor al recordar los acontecimientos que le hizo pasar el británico, los ojos de su preciada hija, todo. Se encogió, toda su fuerza salió de su cuerpo.
¡¿Argentina?! — Perú se acercó para ver que le pasaba, el mencionado se alivió un poco al percibir a su hermano cerca.

Usa no planeaba hacerle daño así al sureño, pero si lo hacía sería como matar dos pájaros de un tiro. — I come for Metsico.

¿Yo? — el tricolor se acercó a la entrada de la casa, ahí estaba de nuevo, su antiguo rival.
“Y la perra seguía y seguia”

— ¿What? — México sonrió al ver que no había entendido, «puto gringo aprende el español de una vez, se vuelve aburrido burlarse de ti» pensaba con malicia.

Nada. —.

¿Que hace él aquí? — seguían preguntando la razón de su presencia, México también se preguntaba lo mismo, pero no lo decía en voz alta para no ser tan sádico, después de todo era una pregunta cruel.

Like i say after, I come for Metsicou. (Cómo ya decía antes, bien por metsicou) — se quedó todo callado por un momento y después de dos segundos se comenzaron a reír del apodo.

— Es México.

Whatever. . .

.

.

.

Después de salir de esa incómoda situación, ambos se sentaron en la entrada, el mexicano de echo no lo hubiera recibido de no ser por la escandalosa bulla en el interior de la casa.
¿Ahora que quieres? — sabía perfectamente lo que él quería.

T-talk. . .— sin poder evitarlo, sus pómulos se colorearon de rojo pálido, humillado por tener que rogarle al mexicano. Este solo suspiró mientras lo pensaba, podría aceptarle y saber de una puta vez que quiere, o puede rechazarlo para que se vaya y no moleste.
Q-quería decirteh grazias por lo deh. . .la otrah noche.
— México abrió los ojos de par en par, ¿Era un sueño? ¿Estaba muerto? Le pareció haber escuchado a Usa hablar español.

P-perdón, no te escuché, ¿Podrías repetirlo? — aún con su dificultad para pronunciar adecuadamente, su voz hablando su idioma se escuchó. . .bastante bonita. «Te haré volver a hacerlo, lo juro» pensaba al ver que el americano sé negaba a repetirlo.

I-i don't repeat that. — declinó, México lo pensó un poco, su rival más grande estaba frente a él, humillado, sonrojandose por tonterías.
I come back to my house. . .— suspiró al no recibir respuesta del contrario, de nuevo lo estaba rechazando, ya para que quedarse.

Wait. — agarré su mano, sus dedos eran muy frágiles como si nunca se hubiera cortado u echo daño en ellos. Obviamente la arrebato, no soporta tocar a “tercermundistas” como yo, es una pena. — d-digo. . .espera ahí, cabron. No te he respondido. . .está bien, hablemos un rato.

Su respuesta quizás fue positiva, pero nada había cambiado, aún quería quedarse en la casa de sus hermanos, no iba a regresar.

.

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ⒸⒶⓂⒷⒾⓄ (ᴍᴇxᴜsᴀ +①⑥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora