ⒸⒶⓂⒷⒾⓄ (ᴍᴇxᴜsᴀ +①⑥)

Capítulo 6: ONU

— so. . Did he just leave? — preguntó viendo la habitación del descendiente azteca, aún faltaban cosas que recoger, no se había llevado casi nada.

— Yes, he just took his bags and left. — recordaba, la potencia de lentes negros, como habían peleado un poco en esa habitación.

— ¿Te dijo algo antes de irse?
— Nothing. — mentira, lo había insultado con una de sus jergas propias de él y luego besó a Canadá, lo cual si era molesto de recordar.

— ¿Esta ahora en Sudamérica, no? — rehizo la pregunta mientras agarraba algunas prendas del migrador de sangre indígena y las veía.

— Yes. — Se estaba volviendo aburrido. No le gustaba que la organización toque así las cosas de metsico, parecía un pervertido.
— Lo traerás. —
— What?! —. Frunció el ceño al ser encomendado a ese trabajo, era una persona ocupada, no podía ir por ahí rogándole al trepamuros que volviese. — ¡I will not do it!

—  Si te niegas, le daré permiso a Rusia para que quite la alianza que tienes a través de México, aunque de todas formas lo hará si no regresa. — dijo como si nada. Sabía que el americano odiaba perder, sobretodo los tratados con países poderosos, lo volvían más fuerte.
— Tienes un mes.

— A month!? — quería desmayarse, ¿Cómo iba a lograr quebrantar al gruñón de Metsico en un mes? El idiota se había ido así como así.

Y, aunque no quiera admitirlo, se le veía muy feliz, cuando miró a través de la ventana de esa “ugly” casa, vió, una sonrisa que nunca había visto en él. No iba a ser fácil hacerlo volver.

De cualquier forma, lo iba a intentar, porque era estados unidos, la potencia número uno del mundo, y todos los demás estaban por debajo de él, todos. Incluyendo al moreno.

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— Oh, Mex~ — lo abrazó por la espalda a vista de todos, el rostro de México en ese entonces era inconfundible. — Vamos a jugar, hermanito~

— Como chingas, Uruguay — rió en voz baja, las manos traviesas del país comenzaron a tocar su entrepierna.
— ¿S-siempre hacen esto?

— Ñee, a veces, cuando estamos aburridos. — dijo tranquilo el chileno, como si nada, era obvio que Uruguay debía estar en celo o algo parecido.

— ¿P-porqué? — intentaba lucir lo más normal posible mientras el uruguayo besaba su nuca y lo acariciaba al mismo tiempo.

— Porque somos incestuosos. — interrumpió el país portador de Messi, su hermano al verlo, sonrió y le dio una mordida al cuello de México para darle celos al argentino, el azteca dio una pequeña risa en reflejo.

— Ya basta, Uruguay. Asustas a México — dijo el mayor, ya un poco molesto por el comportamiento obsceno de su hermano menor hacia su invitado. — ¿Debería llamar a Brazil y decirle que su muerde almohadas está en celo? ¿Tú qué dices Chile? — preguntaba con sensualidad en la palabra, intentando molestarlo.

Chile al oírlo sonrió. — Por mi, bien. — Uruguay abortó misión, dejando libre al tricolor quien arqueó una ceja divertido por el comportamiento de sus hermanos.

— Chicos, ONU está en la puerta. — interrumpió otro más, esta vez dando noticias alarmantes, al principio todos creían que era por Venezuela, la organización solía ir allí por esa razón.

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— Good afternoon, guys. — como se podía apreciar, el protector de las naciones, hablaba todos los idiomas, y tenía perfeccionado el español. — ¿Quieren por favor llamar a México? Necesito hablar con él un momento.

Todos se quedaron en silencio, mirándose entre sí, para ver si le hacían caso o no, en el caso que no, sabían que podía ser insistente.

— México está indispuesto, ONU, regresa otro día. — la mano del descendiente azteca paró su diálogo, estaba dispuesto a atenderlo.

— Si vienes por lo de estados unidos, es en vano, no regresaré. — la organización sonrió, sabía que mal entendería sus planes, así que tomó represalias. — ¿Mm?

— Sabes que no vengo por eso, México, estaría perdiendo mi tiempo, sé cuan determinado eres, lo he presenciado con mis propios ojos. — habló firme y calmado. Los hermanos del latino ( que eran todos ) se acercaron a ver cómo hablaban ambos. — Vine por algo, más especial. . .

— ¿Y qué es ese algo?. . .