— Wait, Metsicou. . .— sentí como me abrazaba por detrás pegando su frente a mi nuca, trague saliva pues sabía lo que tocaba, después de lo que dije allá, había dudas, tanto mías como de él. — ¿Is everything true?
Me separé con cuidado de él, volteando, siendo yo esta vez quién le diera el abrazo, asentí mientras olía la fragancia de su cuello.
— Oh, Metsico. . .— me alejó ligeramente, mirándome, se sacó los lentes para verme a los ojos, como se notaba que ambos teníamos un colorido en la cara, de vergüenza. — Could I say you something?
— Si, claro, dime lo que quieras. — me respondió con su tono grave mientras tenía una faceta de preocupación, i-i can't anymore, apreté sus brazos y mi mandíbula, sentí mis ojos cristalizarse de la pena, odio esto, amo esto, ¡¿Cuál es la diferencia?!
— ¡I love you, Metsicou! ¡I in love of you! — grité lo más fuerte que pude, justo ahora desearía que su nivel de inglés fuera bajo, muy bajo, que no sepa que haya dicho. Pero no, cerré los ojos, esperando algo, un golpe, un beso, c-cualquier cosa.
Pero. . .nada llegó, simplemente se alejó de mí, subí la mirada a sus ojos, estaba aterrado, ¿Porque me mira así? ¡¿Porque me miras así?! ¡¿No que no era tan malo?! No. . .sigo siendo el mismo mountro que nadie quiere.
Lo ví irse a su hogar, que estaba realmente cerca, sin decir una palabra, alejándose de mi, yéndose de mi lado. . .
.
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¡Cabro, cabro, cabro, cabro! Esto está mal, bueno, en realidad está bien, pero no fue como esperaba, creía que no lo tomaría personal, que fácilmente podría decir que no me gustaba e irme “feliz”, de haber cumplido el trato y mi venganza, pero entonces. . .¿Porque no pude decir nada? Era el momento preciso, pero, preferí huir, a rechazarlo, y eso sí que va a ser un dolor en las bolas, wey. . .esto es grave. . .
— ¡Responde! — gruñía sacudiendo el estúpido teléfono que marcaba de nuevo el buzón de voz, está estúpida organización. . .
— Hello, Can i help you? —
¡Al fin! Si, si necesito ayuda, no puedo hacer lo que me pediste ONU, no puedo vocalizar palabra siquiera, estoy asustado.— ¡No puedo hacerlo! — solté con todo lo que podía, dejé abierta ligeramente la boca para poder respirar sin ahogarme, me agarré el pecho esperando detener, o al menos calmar mis latidos.
.
.
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Narro yo:
—¿Como que no puedes hacerlo? — lo miraba, con el ceño más que fruncido, el latino le había echo un trato, y debía ser cumplido.— No puedo rechazarlo, le haría un daño terrible, créeme ya se lo que eso le ha echo, Filipinas también. . .— paró de hablar al ver la expresión sorprendida de la organización sobre él, daba un poco de miedo.
— Así que te contó. . .—
— ¿Eh? — se acercó al moreno, con pasos lentos y las manos tras de su espalda, si el estadounidense le había contado esa historia entonces debía decirle la verdad de todo esa historia.— Filipinas era constantemente maltratado por Usa, este solo lo quería por, bueno, dinero para ser exactos. . .— México iba a decir algo, la palma de las naciones unidas calló lo que iba decir. — que esté ahora soporte la presencia de estados unidos, es porque tomó varias sesiones terapéuticas. . .no porque fuera necesario, Usa se siente culpable, por eso cada vez que lo ve, es vulnerable. . .
¿Vulnerable? No, Usa no era vulnerable con Filipinas, diría que al contrario, no pudo creer lo que acababa de escuchar, digo, ¿Maltratarlo? Estados unidos no podría, pero considerando lo que le hizo al mexicano en el pasado, el “imposible” se queda corto.
— Ya le pedí esto una vez a Filipinas, este aceptó y “el gringo” de ahora que tú conoces, es gracias a largas noches de llanto y depresión, ahora te toca a ti. — esperen. . .¿Ya lo había echo antes? Solo jugaba con él, ese echo lo molestó un poco, pero no sé lo tomó personal. . .
¿Que quedaba hacer? ¿Traicionar a Usa y romperle el corazón? A pesar de que estaba seguro de que sentía algo por él, era un hombre de palabra, pero aún así, la culpa lo comía vivo.
— Si jalo, seguiré con lo que planeamos. — desafortunadamente admiré su sonrisa triunfal, no puedo creerlo, ahora sí, difinitivamente, caí bajo.
..
.
Esa misma noche le había mandado un mensaje al caucásico chico, diciéndole que lo esperaba en el mismo parque que el otro día. No leyó su respuesta, tenía fé en que iría.
En la mañana, ya estaba ahí, eran aprox. las diez de la mañana, ni rastro del gringo, fue, solo quedaba esperarlo paciente.
Pronto lo vió, con la misma ropa de siempre, la misma fría y aburrida ropa, este paseaba, intentando buscarlo al parecer, iba a acercarse, para mala suerte, alguien lo hizo primero.
— ¿América? ¡Oh, hola brother! — era su hermano, va a sonar muy peruano y todo pero. . .c a r a j o.
El blanquirrojo se había acercado con él, lucia muy contento de verlo, ¿Porque?— Hello, Peru. ¿How are you? — bien, no había indicios de llanto o de garganta rasgada, así que aún no se había pasado nada de lo que decía ONU.
— Bien. ¿Esperas a mi México? — preguntó con simpleza, este Perú...intransigente de la chingada, te quiero y todo pero, no puedo acercarme contigo hablándole.
— Umm, yes. — su mirada, estaba gacha, se podía notar triste, toció la boca, no quiero que esté así, oh. . . Usa. . .
— Can you hug me? — ¿Que? ¿Abrazarlo? ¿De que está hablando?Abrí levemente mi boca viéndolo aceptar el abrazo de mi hermano, literalmente casi se me cae la cara al ver eso, todos estos años había esperado para tocarlo siquiera un poco, llega Perú, lo conoce un par de días ¡¿y ahora son muy cercanos?! Ugh, esto hace a mi sangre arder.
— No estés triste pe causha. — lo abrazaba de lo más normal, como si no fuera algo de una sola ves en la vida, ¡Lo era! Usa, lo estaba abrazando.
Caminé hacia ellos, estaba muy cerca asi que no fue largo el tramo, agarré a ambos, separándolos, a Usa en especial lo atraje hacia mi cuerpo, mirando con posesividad al peruano.
— ¿Why. . .? — lo callé besándolo de nuevo, lo que sentía al verlo tan cerca de él, ugh, que desagradable sensación, quería que saliera de mi ser, los celos, queman.
— México, ¿Que fue? — río mirandome besar al otro, no parecía incómodo pero la situación ameritaba que tenía que irse. — Nos vemos en la jato, chau.
Me separé, viéndolo intentar recobrar el aire de sus pulmones, lo agarré por el brazo, metiéndolo en un pequeño callejón de ahí, todo ese tiempo quiso que lo soltara, lo pedía, yo que creí que estaría feliz.
Azoté su cuerpo en la pared lisa de aquel sitio tan estrecho, sonriendo al hacerlo gemir, quería provocar más de eso en esta persona, para que se le grabe.
— Tu eres mío. — pasé a morder la pálida zona de su cuello y clavículas, dejando tonos rosados, en ese lugar era más sensible, estaba desesperado por dejar marcas, hematomas, chupones, de todo.
— ¡I-it hurts! — gritó cuando hundí mis dientes allí, tensó los brazos para rasguñar mi espalda encima de la ropa, este impulso le dejaría marca, me separé lamiendo los pequeños hilajes de sangre que empezaba a brotar.
— Eres mío, ¿Entiendes, verdad cariño? — agarré con el índice y el pulgar su mentón, haciendo que en vea, devorando de nuevo sus labios, haciendo que tiemble por el ardor de la reciente mordida.
No pararía hasta que entendiera lo que trataba de exponer, que todos vean que él ya no es el mismo, que vean sus marcas y se digan sorprendidos que los estados unidos de América tiene dueño.
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ⒸⒶⓂⒷⒾⓄ (ᴍᴇxᴜsᴀ +①⑥)
RomanceMéxico cansado de los malos tratos de sus convivente USA y Canadá, decide que sería mejor vivir con los latinos. Pareja: -MexUsa ☘Come back to home, Metsicou☘ (☄️)