Capítulo 39: ¿Te odio?

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Tragué saliva sentándome en la cama, colocandome el pantalón tan rápido como podía, paré regresando a mirar la figura de Reino Unido completamente desnudo cubierto por una manta.

No podía creer lo que había echo, me había acostado con el ser que más detesto, estaba ahí en la cama, lleno de mis mordidas y fluidos, nisiquiera me acuerdo cuando me corrí dentro, pero ahí estaba la prueba.

Aún así, no cambia el echo de que haya sido violación, toqué mis labios con las yemas de mis dedos, la textura de los del inglés aún seguían ahí, sus gemidos pidiéndome que parara retumbaban en mi cabeza, su rostro cubierto de su sonrojo y sus lágrimas, tomé una fotografía mental.

Flashback.

----Mgh~ Argie, more~ ----pedía agarrado de la almohada, sintiendo como los largos dedos del contrario estimulaban su interior, esa nueva sensación de sentía incómoda pero placentera a más no poder, sobretodo cuando rozaba su próstata tan de cerca. ----¡Ahn!~ ¡There!

----Hmm...¿No prefieres algo más grande?----preguntó con malicia, sacando sus dedos haciendo extrañar al mayor, cuando otra cosa empezó a rozar su intimidad, creando una ficción desconocida.

Miró hacia abajo, dando con el latino alineando la punta de su miembro con su entrada, dió un respingo tratando de forcejear, pero el argento lo agarró de los dos brazos para que no intentase separarlo. Besó muy profundamente al inglés, metiendo su lengua tratando de distraerlo del dolor que estaba apunto de sentir.

En efecto, al llevar las caderas hacia delante de golpe, el británico se sobresalto, su grito se vió apagado por los labios del contrario pero sus lágrimas no evitaron caer, había logrado entrar expandiendo su interior para acomodarse de forma incómoda dentro, esperando lo suficiente para que el mayor se acostumbrara mientras lo seguía besando, viendo sus expresiones de dolor y sus lágrimas.

Toda la noche fue tan extraña, sus cuerpos estuvieron unidos durante unas dos horas en las cuales tuvieron tres rondas seguidas en diferentes posciciones, justo en ese momento le dolía la cabeza al recordar.

Se levantó de la cama, sacando de su cajón su celular, mirando en el teléfono un contacto en específico, iba a hacerlo, quizás esa larga sesión de sexo había aclarado sus pensamientos, o más bien, lo había confundido.

Suspirando picó el contacto del mexicano, comenzando a escribir algo que probablemente marcaría su relación de hermanos.












México.
Muy buenas hermano, vos sabéis que siempre te he apoyado en casi la mayoría de tus acciones, te caigo bien, para vos, soy un muy buen hermano, pero para mí... eres, desde hace mucho, mucho más que eso, desde jóvenes siempre me haz gustado, tu fuerza, tu potencial y carisma me enamoraron, entiendo si esto es díficil de asimilar o si ya lo sabías desde antes, no te presiono, después de todo solo a sido mi culpa caer presa de mis sentimientos.











Después de haber escrito todo lo anterior, volteó a mirar al inglés que parecía removerse en la cama, suspiró por segunda vez sonriendo, se echó acomodándose en posición de cucharita abrazando el cuerpo del mayor. Si al final resultaba que la respuesta del otro latino era negativa, no importaría mucho.

ⒸⒶⓂⒷⒾⓄ (ᴍᴇxᴜsᴀ +①⑥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora