Relámpago |Trueno|

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2020

M A T E O

— ¿Cómo vas a ser tan boludo para derramarle el café? -me regañó mi viejo mientras seguía manejando.

— No fue mi culpa, ella ni siquiera se fijó al entrar -me encogí de hombros.

— Pero vi que le echaste el ojo, eh.

— No flashees

— Alto chamuyero que sos, hasta el buzo le diste -se comenzó a reír.

— Nah, mínimo debía hacerlo -me defendí, aunque la piba si estaba linda.

— Como digas hijo -me guiñó el ojo.

Mi papá siguió manejando hasta el colegio de Emi en donde lo recogeríamos e iríamos a comer con la abuela.

Al día siguiente...

A L E S S I A

Hoy era mi primer día de clases y no hacía falta decir que estaba un poco nerviosa.

— No puedo esperar a probar a las argentinas -sonrió mi hermano mientras caminábamos a mi colegio.

— Deberías pensar en tus estudios -golpeé su nuca- casi perdes tu último año.

— Uhhh no seas cagona -me empujó el hombro.

Rodé los ojos y seguimos caminando hasta el colegio que quedaba cerca, al igual que su universidad.

Santi me dejó y entré e inmediatamente. El colegio se veía muy bien, mis padres al menos le invirtieron a esto.

Seguí caminando hasta la dirección en dónde me darían el horario y fui observando las instalaciones que si estaban inmensas.

Me dieron un recorrido muy rápido por el colegio y me guiaron a mi nuevo casillero.

Aproveché a dejar algunas cosas y me percaté de que habían tres chicas paradas a mi lado al momento de cerrar el casillero.

— ¿Hola?

— Hola, soy Lena y ellas son Lara y Lua -se presentó la rubia- vimos que sos nueva.

— Eh si, soy Alessia -les sonreí.

— Lindo nombre -sonrió de vuelta- te ves más linda en persona si.

— ¿Cómo? -reí confundida.

— Vemos tus videos hace un montón -respondió Lua, que era la pelirroja- igual te seguimos en instagram.

— Ay gracias, que lindas.

— ¿Es tu último año? -preguntó esta vez Lara.

— Por suerte

— Joya, vamos a ser compañeras entonces -sonrió- ¿te parece si vamos juntas al curso? Ya va a empezar.

— Si, estaría bueno.

— Igual te podes sentar con nosotras, si queres -Lua abrió la puerta y entramos al aula en el que habían algunos alumnos.

— Si, obvio. No quiero sentarme sola -me reí.

Los asientos eran de dos personas, me senté junto a Lena y Lara con Lua estaban delante de nosotras.

La campana sonó y la profesora entró seguida de los además alumnos que faltaban.

Dos chicos lindos se sentaron detrás nuestro y no dejaban de mirarme, era obvio que yo era la nueva.

(...)