Relámpago |Trueno|

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M A T E O

— ¿Entonces hoy activas? -rió Valen mientras tomaba del vaso de fernet.

— Yyyy yo creo que sí... -respondí sin quitar la mirada de Alex y Tomás.

Estaban bailando muy pegados y se susurraban cosas mientras reían.

— Te vuela el bocho -habló tomándome por sorpresa.

— Daaaa, flasheaste mal perri -me hice el confundido.

— Me la agradeces después -palmeó mi brazo- ¡Alex! -la llamó.

Ella se dió la vuelta y Valen fue a decirle algo en su oído mientras ella asentía.

Alex se acercó a mi mientras que Valen llevaba a la barra a Tomás.

— ¿Que te duele Teo? -preguntó suave acariciando mis cachetes.

Le debía una a Valentín.

— ¿La cabeza? -ni siquiera sabía que mentir, y eso que soy un capo en eso.

— Veni, vamos al baño -me agarró de la mano y fuimos hasta el baño.

Entramos al baño de mujeres después de discutir si entrar al de hombres, y me senté encima del lavabo mientras que ella abría la canilla y se enjuagaba las manos.

— Esto va a hacer que se te pase un poco -puso sus manos mojadas en mi frente y un poco de agua en mi nuca.

— ¿No serás bruja vos? -la jodí.

— ¿Te pones así de irritante cuando te enfermas? -rió levantando una ceja. Me encogí de hombros.

— Vi que te llevaste bien con Tomás -cambié de tema.

Un aplauso para Mateo que cuando esta celoso no puede cerrar el orto.

— Si, se comportó muy lindo conmigo.

— Yo diría que de más -me bajé del lavabo.

Alex estaba por responder pero dos pibas entraron al baño y nos miraron de pies a cabeza.

— Che, vos sos Trueno -habló una- ¿podemos sacarnos unas fotos?

— Si si, obvio -sonreí.

A L E S S I A

Mentía si digo que no estaba un poquitingo celosa de esas chicas, se le acercaban mucho a Mateo y yo era la que sacaba las fotos.

Saqué una ráfaga de fotos para que de una vez se fueran y les devolví el teléfono.

— Espero que nos volvamos a ver -la pelirroja le guiñó el ojo y salió con su amiga.

Me crucé de brazos y esperé a que Teo salga de su trance.

— ¿Que? -me miró.

— Vamos afuera, ya te veo mejor.

Salí del baño y esquive a unos cuantos idiotas que se cruzaban, Mateo iba detrás de mí.

— Gorda, no me siento bien, me duele la pierna -murmuró en mi oído una vez que llegamos al V.I.P del boliche.

— ¿Te queres ir? -pregunté dejando mi vaso de agua de lado- si queres me voy con vos.

— ¿Posta? -asentí- entonces pido uber y vamos.

Nos despedimos de nuestros amigos y salimos del boliche, no pude despedirme de algunos porque no los encontramos.

— Ya llegó -señaló el auto estacionado en frente.