Anne

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Todo el camino me estuvo preguntando a dónde lo llevaba, pero no podía decírselo, era una sorpresa, bueno si se podía llamar así. Me estacione frente a una de los edificios que más ayuda me a dado para crecer profesionalmente.

-Venimos a un centro de abogados?.- Pregunto Zero al bajarse del auto.

-Para nada, ya verás de que se trata.- Camine hasta la entrada. "Diablos es demasiado atractivo" me dijo al verlo.

-Bien!.- Contesto como niño resignado.

Al entrar solo les mencioné que la Anne nos estaba esperando. Y el recepcionista ni se molestó en preguntar mi nombre.

-¡Vaya!, Se nota que tienes tus contactos.- Dijo Zero mientras esperábamos el elevador.

-Esto es importante, así que necesito que des la mejor versión de ti allá arriba.- Al terminar de hablar las puertas del elevador se abrieron.

-No te decepcionaré eso tenlo por seguro.- Me dió un golpe en el hombro.

Al entrar al set no pude evitar ver la cara de Zero, era entre asombro y curiosidad, justo lo que quería lograr.

-!Jude¡, Has llegado.- Apareció Anne de entre todos.

-Anne!, Es un placer poder verte.- Le sonreí, Anne era una de mis amigas más antiguas, ella me ayudó a sobrevivir mi llegada a Chicago.

-Tonterias, yo sé que me evitas todo lo que puedes.- Dijo sin más, después de ver el rostro de Zero me dejó de poner atención. -Wow! Se que dijiste que el era perfecto para esta portada, pero no esperaba tanta perfección.- Dió una vuelta alrededor de Zero, y al pasar a un lado de mi me dijo al oído. -Lindo juguete el que tienes.-

-Basta de palabras, mejor hagamos lo que venimos a hacer.- Le dije antes de que Zero se diera cuenta del cambio de color de mi rostro después de las palabras de Anne. -Zero, te presento a Anne una de mis amigas más cercana, ella está encargada de la revista más importante de Deportes, y está interesada en que aparezcas en la portada.-

-Mucho gusto Anne, esto es una sorpresa para mí, no sabía a dónde me traía Jude.- Estiro su mano para saludar a Anne.

-No seas tonto.- Anne lo tomo de la mano y lo jalo hacia ella para darle un abrazo acompañado de un beso en la mejilla. -Dejale los formalismos a Jude, el no puede vivir sin ellos.-

-Bien, te dejo en manos de Anne, yo iré a firmar algunas cosas para cerrar este trato.- Y sin más, me di la vuelta y regrese al elevador.

Al cerrarse el elevador ví mi rostro tan rojo que me hacía sentir aún incómodo, esperando que no se dieran cuenta de ello, pero en mi interior sabía que Anne ya lo había notado, a ella no se le escapaba nada.

Sombra de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora