Aquellas manos

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Una luz enceguecedora se que se alumbra frente mío. Mis ojos apenas y pueden abrirse porque siento un peso en ellos.
Todo mi cuerpo esta adormecido, mis piernas están un poco elevadas y el olor a alcohol se siente muy fuerte.
Una manta es la que me mantiene en calor, porque la verdad tengo mucho frío.
No se en realidad donde estoy, solo recuerdo ese sueño en el que un doctor hablo sobre mi preciosa amiga.
Siento que unas manos grandes, suaves y cálidas sostienen mi mano derecha.
Se siente tan bien este tacto, la sensación de que aquellas tibias manos estén entrelazadas con la mía, me da paz, seguridad, calma.
Es hora de despertar, llegare tarde al trabajo.
Más bien y esto es un sueño.
Pero aún mi cuerpo pesa, parece que mis extremidades están entumecidos y el cosquilleo que siento en ellos me preocupa un poco.
Que yo sepa cuando despierto, no tengo estas sensaciones raras en mi cuerpo. Además no creo que sea por el baile, porque todo mi ser ya se acostumbro a los movimientos bruscos o a las caídas. 
¿Qué es lo que está pasando en realidad?.
Siento mi rostro un poco hinchado esta vez.
Esto no me gusta.
Me siento de repente y veo todo claro.
La habitación esta tranquila y hay una cortina larga y clara tapado la mitad de la ventana.
La cama en la que estoy es suave y las sábanas huelen a estar recién lavadas.
La persona que está a mi lado es nada menos que Park Jung Min, sosteniendo mi mano tu con una expresión de asombro y preocupación.
-Despertaste, tranquila-se levanta de la silla en la cual estaba sentada y se acerca a mi, pasa un brazo por encima de mis hombros.
-¿Dónde estoy?-mis manos comienzan a temblar, tengo un recuerdo vago de lo que paso, pero tengo miedo que sea real y no un tortuoso sueño.
-Princesa-la voz de Jung Min es tan cálida-Tuviste una fuerte impresión-al sentir sus manos cálidas y suaves. La ansiedad que siento se calma un poco.
-¿Im... impresión?-entonces no era un sueño y todo es real.
Veo a mis todo mi alrededor.
El lugar es neutro.
-¿Dónde estamos?-mi voz tiembla.
-Los doctores te trajeron aquí, porque era la habitación las cerca. Hye Seo-se sienta al lado mio y vuelve a abrazarme-Creí que te iba a perder-las últimas palabras son pronunciadas con tristeza y dolor.
-¿Qué... qué me paso?-debo dejar de tartamudear.
Parezco una completa idiota.
-Te desmayaste por la impresión-su voz es calmada y tranquila.
Pero aún así noto el dolor en su corazón.
Entonces no fue un sueño, todo es real. Mi mejor amiga esta sufriendo por una enfermedad.
Antes sufrió por no recodar lo que sucedió con ella, no recordar a sus padres y cuando lo hizo ellos fallecieron.
Es una mujer con tantas virtudes y dones, ella debe vivir.
Debe poder salir de esta situación.
Lágrimas y más lágrimas corren por mi rostro.
Mi corazón sube y baja por la presión que siento en mi pecho, la impotencia que emana por mi piel.
-Muñeca, todo estará bien-sus manos, aquellas manos que me transmiten paz, amor, tranquilidad, calma. Esas bellas manos sujetan mi rostro y comienzan ausencia limpiar suavemente las gotas que caen por mi rostro.
-Es... que... -no puedo hablar mucho.
-Silencio-posa un dedo encima de mis labios-Todo estará bien, estaremos bien y sabes por qué-sus ojos son tan tiernos y dulces, su rostro es tan suave.
Todo de él me da paz y tranquilidad. Me siento segura y protegida cuando estoy a su lado, cuando me sostiene, cuando me abraza.
-¿Por qué?-pregunto. Cuál es la razón que ha de darme.
-Porque-apoya su cabeza en mi hombro-Porque estamos juntos en esto-deposita un delicado beso en mi mejilla.
Sonrió ante tal acto.
Como es que un solo beso puede calmar todo tipo de ansiedad y tristeza dentro mío.
Giro un poco para verlo bien.
Sujeto su rostro con mis manos frías, por lo cual el se estremece un poco, pero aun así no deja de sonreír dulcemente.
Como fui capaz de dejarlo en ese momento, solo, llorando, con el corazón quebrado.
Lo extrañe mucho, extrañe ver su rostro, su cabellos, su cuerpo, sus manos, sus labios.
Delicadamente depósito mis labios en los suyos.
Extrañaba esta suavidad, la calidad y su respiración junto a la mía.
El corresponde y nuestros labios comienzan a moverse al compás.
El sujeta una mano y entrelaza nuestros dedos, da un apretón y el posa una mano en mi cintura.
El beso es cálido, gentil y suave.
Como podría dejar a este hombre solo, como se me paso por la cabeza dejarlo. Mentir a mi corazón pudo ser la peor decisión que habría tomado en mi vida.
Nos separamos y nuestros ojos aún están cerrados, chocamos la frente para demostrar cuanto necesitábamos el uno del otro.
La semana que el de fue, tuve tiempo para reflexionar y entender Muchas cosas acerca de mi vida, que es lo que quería y a quien quería realmente.
Him Chan es un buen muchacho, es amable y caballeroso, pero mío corazón no latía por el como lo hace por Jung Min.
Todas mis neuronas se descontrolan al tan solo verlo.
Tengo aquella placentera sensación de que él es el correcto, él es aquél a quien yo amo.
-¿Que piensas nena?-pregunta con un navegador voz suave y delicada.
Comienza a acariciar mi rostro delicadamente.
-En ti, en lo feliz que me haces, en cuanto te extrañaba y extrañaba que estemos así. Juntos-abro los ojos y lo veo fijamente.
-Yo también princesa-sonrie-Extrañaba estar así contigo.
En realidad en todo el tiempo en que nos conocimos, no pudimos tener la oportunidad de estar juntos a solas y en un ambiente romántico.
Si lo estábamos era por otras situaciones.
Pero cada que lo veía sentía que nadie y nada estaba alrededor nuestro.
Éramos dos personas orgullosas que se querían mutuamente.

Te conocí por ¿Accidente? Park Jung Min  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora