Aún no

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Narra Hye Seo
Me incorporó en la realidad y se quien necesita más de nuestra ayuda.
-¿Cómo está Hye Sun?-tomo una mano y empiezo a acariciarle los nudillos.
Este hombre es tan perfecto e irresistible.
-Aún está en emergencia-su voz suena preocupada y agacha la cabeza.
Verlo en esta manera quebranta mi corazón.
Recuerdos vagos de las veces que compartimos con Hye Sun pasan como una película. La vez que nos conocimos, cuando me contó acerca de su pasado, cuando nos presentó a su primo, la manera en la que juega con Pochie.
Siento un dolor inmenso en el corazón, al recordar todo esto.
Nunca creí que pasaría por lo mismo de nuevo, aunque quizá en diferente manera y diferente tiempo. Pero al final me siento de la misma manera en la que me sentía antes.
No se cuanto tiempo estoy aquí, pero creo que me siento bien.
Ademas tengo que hablar y agradecer a Him Chan por todo lo que hizo por mi y nosotros.
-Oye-susurro. Él alza la cabeza y veo que sus ojos están humedecidos por las lágrimas que anhelan salir.
Le muestro una sonrisa, la más tranquilizadora que puedo tener.
-Debemos ir con Hye Sun-acaricio su cabello despacio.
-Lo sé-suspira y se levanta.
Con cuidado me ayuda a salir de la cama. Cuando apoyo los pies en el suelo, siento un cosquilleo por todo el cuerpo haciendo que mis pies pierdan el equilibrio.
La agilidad de Jung Min me sorprende, me sostiene de la cintura para poder estabilizarme.
Es que realmente soy tan torpe.
-Gracias-sonrio de vergüenza. El me mira preocupado con una expresión que enternece mi corazón.
Este hombre es tan bello y tierno.
-Estoy bien, vamos-me sujeto de su brazo y nos encaminamos hacia la puerta.
Al salir busco a Him Chan para agradecer por todo lo que hizo y también disculparme por haber hecho alusión a algún sentimiento más que la amistad.
Lo quiero, pero solo como un amigo o hermano.
Veo por todos lados y no lo encuentro.
¿Donde esta?.
-Se fue-¡qué!. Mi expresión refleja asombro.
-¿Por qué?-pregunto.
¿Será por culpa mía?. ¿Lo lastime?.
-No esta molesto contigo, te desea toda la felicidad y también a nosotros.
-Pero ¿por qué no hablo conmigo?-una presión oprime mi pecho. ¿Se perdió nuestra amistad?.
-Preciosa, no te agobies mucho-su mano calida apreta mi cintura haciendo que el torbellino que llevo dentro se calme.
-Debemos ir con Hye Sun-trato de distraelo y distraerme-¿Cómo está?.
Su mira cambia a tristeza y preocupación.
-Aún sigue en estado crítico-su voz es suave y refleja angustia.
-Se pondra mejor, ella es fuerte-hablo para darle ánimo y también para confrontar al miedo que siento.
-Lo sé, se que así será-sin darme cuenta ya estamos frente a la puerta de la habitación en la que se encuentra.
JJ está sentado y cabizbajo.
Me entristece verlo de esta manera, JJ el muchacho que nos sacaba de quicio algunas veces, el muchacho que hablaba, saltaba y molestaba todas las veces, se encuentra ahí sentado con el rostro preocupado y los pensamiento puestos en una sola persona.
-Hye Sun por favor recuperate-ese será mi mantra del día.
-JJ-habla delicadamente Jung Min.
El pequeño saltaron levanta la cabeza y me dedica un sonrisa melancólica.
-Hye Seo, estas mejor-su mirada es lejana.
¡Por Dios!. Este hombre la está pasando mal.
Me siento a su lado con dificultad. Es que acaso mi organismo no funciona bien. ¿Que pasa conmigo?.
-JJ, en el tiempo en que conozco a Hye Sun ella demostró ser muy fuerte mental, física y emocionalmente-coloco una mano en su hombro para darle apoyo.
Él suspira y deja caer los hombros, es ahi cuando me doy cuenta que el estaba tenso.
Jung Min se sienta a mi lado y agarra mi mano comenzando a acacariciar mis nudillos.
Su tacto me da paz y tranquilidad, extrañaba esto.
Se que no compartimos mucho con estos sentimientos, pero siento que lo conozco de toda la vida.
Este es mi lugar, él es...
Unas enfermeras corren apresuradamente junto con dos doctores en ingresan a la sala en la que esta Hye Sun.
Mi corazón se paraliza por unos cuantos segundos.
Todos los que estamos sentados nos levantamos de golpe.
¿Qué pasa?. ¡Que paso aquí!. ¡No entiendo!.
Sin previo aviso me abalanzó hacia una de las enfermeras y la tomó por los brazos.
Mis ojos esta húmedos y borrosos por las lágrimas que tratan de salir.
-¡¿Qué sucede?!-la enfermera de sobresalta ante mi accionar.
Jung Min y JJ están detrás mío con una mano en cada hombro.
-Señorita los pulsos del corazón bajaron precipitadamente-sus ojos están fijos en los míos-Debo asistirla-la suelto cuando pronuncia esas palabras.
Y mi corazón se detiene. En mi mente regresan esas mismas palabras una y otra vez.
Los latidos bajaron y debo acudir rápido.
Una y otra vez.
Hasta que al final se fue, papá se fue.
¡No!
Los brazos de Jung Min me sostienen el cuerpo.
Todos los profesionales ingresan al la habitación y empiezan a hacer lo que sea que deban a hacer.
-Tranquila, todo estará bien-me soba la cabeza.
Miro a JJ apoyado en la puerta sujetándose la cabeza.
Es que nada puede estar bien.
Mis lágrimas comienzan a brotar de mis ojos.
-No llores nena-habla suavemente cerca a mi oído.
Y lo veo, lo veo a los ojos. Aquellos hermosos ojos aguados y fuertes.
Como es que puede seguir con esa fuerza.
Admiro realmente a este hombre.
-Estará bien-susurro y le acarició el rostro.
Se que no puedo hablar más allá, así que le transmito todos mis sentimientos a través de mi mirada.
Todo mi amor, mi cariño, el aprecio que le tengo, la falta que me hizo cuando nos separamos.
Le abrazo, aquel abrazo que calma cualquier sentimiento agobiante que pueda uno sentir, aquel abrazo que llega hasta el alma.
La puerta se abre y sale un doctor.
Todos dirigimos la mirada hacia él, se lo ve aturdido, pero a la vez profesional.
Reconozco esa mirada, se me quebranta el corazón.
Aún no, aún no por favor.

Te conocí por ¿Accidente? Park Jung Min  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora