1. Vuelta

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Seoul
Pov Jennie:

Nada más oír el despertador pensé en las pocas ganas que tenia de volver a la universidad.
No me gusta que me manden y mucho menos levantarme pronto. Mis ojos gritaban que no los abriese, sentía como el cuerpo me pesaba y lo a gusto que estaba entre las sábanas me suponía un impedimento para levantarme.

Después de 5 minutos luchando contra mi misma me levante y me fui a la ducha. Necesitaba mi música de las mañanas y mi ducha fría para despejarme para el primer día de clases.

Nada más salir escuché a Rose llamándome a la puerta. Rápidamente me puse una toalla y fue corriendo a ver que ocurría, no me gustaba el hecho de que estuviese haciendo bastante ruido.
Los vecinos se podían levantar o quejar y lo último que me apetece es tener que joder a los putos vecinos para que luego me vengan a mi para quejarse.

Me encontré con su cara de asombro nada más abrir la puerta. La mire de arriba a abajo para así intentar averiguar que pasa por su cabeza, Rosie es un libro abierto, cada expresión que pone es fácil de adivinar y más si la conoces como lo hago yo.

Reí al saber que ya estaba ansiosa por algo, y solo eran las 9 de la mañana.

-¿Que haces que no te has vestido idota?-

-Todavía faltan 40 minutos-

Entró automáticamente nada más verme darle al vuelta para ir a mi cuarto y cambiarme.

-Esta bien, pero date prisa- suspiro tirandose en el sofá. -Lisa está haciendo el desayuno y ya tengo hambre-

Me giré al oírla hablar, y supe que me había olvidado por completo del mensaje de Lisa de ayer por la noche. -Mañana en mi casa desayuno, no tardéis-

-Algun dia te robaré esa falda-

Al oír eso, reí para mi. Teníamos la suficiente confianza como para vernos sin nada que ocultar y no sentir vergüenza, nos habíamos convertido en hermanas tras todo lo vivido.

Este año harán 7 años desde que nos conocemos, esta parte del barrio se ha convertido es nuetro hogar y el edificio en el que vivimos en nuestra casa.

Hemos trabajado tan duro que ahora podemos decir con orgullo que vivimos en uno de los edificios más lujosos de la capital, y cada una tiene el suyo propio.
Lisa y Jisoo están en la décima planta y Rose y yo en la novena.

Aún teniendo nuestro propio apartamento, no podemos dejar de estar juntas, cada día en casa de una. La comodidad que siento al estar con ellas me relaja, me tranquiliza tanto que se vuelve una sensación adictiva.

Tarde 10 minutos en vestirme y subimos arriba lo más rápido posible. Lo primero que vi fue la imagen de Lisa cocinando y Jisoo con el móvil.

Pero ambas vimos la cara que Jisoo tenía al hablar por mensaje, intercambiamos miradas al verla tan frustrada desde primera hora de la mañana, parecía que estaba enfadada, y solo podía significa una cosa.

-¿Con quien hablas Jichu?- pregunto Rose.

Lisa nos indico con la cabeza que el desayuno ya estaba listo, mientras que Jisoo no levantaba la mirada del movil. Se podía ver a kilometros de distancia que si que está enfadada.

-Estoy hablando con el gilipollas de mi novio, Mark me ha vuelto a poner los cuernos-

Y automáticamente levante los hombros, porque inceramente ya no me sorprendía, había escuchado tantas veces eso, que era como un mensaje de buenos días. Pero aún así, me daba mucha impotencia.

𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥𝐞𝐬 (𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚𝐝𝐚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora