capítulo 12: La Separación.

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– ¿Podrias esperar, mujer? Con estos tacones es difícil caminar.. – dice Punzie siguiéndome como loca.

Me detengo y volteo mientras que ella se apoya contra una pared respirando agitada y acomodándose los pies.

– ¿Por qué vienés?

– Pues, porque soy tu amiga. – dice con ironía. – Tú harías lo mismo en mi lugar.

Rodé los ojos y asentí con la cabeza.

– ...Y no pienso dejarte sola, si eso piensas. – aclara.

– ¿Eres consciente de que soy capaz de caminar diez cuadras más para que me dejes sola?

– Me va a costar.. – inhala aire. – Pero lo haré. – sonríe victoriosa.

Sé que sí lo haría, pero no puedo hacerla sufrir diez cuadras. Por lo tanto, no me quedá de otra..

– Sólo no me hables de Jack y Anna, ¿Ok?

– Ok.

Pasamos una tarde muy linda juntas, me hizo olvidar que teníamos que volver a esa casa donde hay dos personas que ahora no quiero ver..

Punzie es una gran amiga.

Caminamos tanto y pudimos llegar a una cafetería. Mientras nos sentábamos para ordenar algo, una mirada familiar se encontraba delante mío, y no era Punzie precisamente.

– ¿Qué pasa? – me pregunta Punzie confundida.

– ¿Podemos cambiar de lugar? – le pregunto en voz baja.

– ¿Pero por qué..? – se voltea un poco y ve lo que yo veo. – Bien. – se levanta e intercambiamos lugares.

– No entiendo porqué tiene que estar aquí.. – digo en voz baja – No entiendo.

– Tranquila.

– No puedo estar tranquila teniendo a Astrid a unos metros de distancia..

– ¿Quieres que nos vallamos?

– No.

– ¿Entonces..?

Mientras pensaba en qué hacer, una de las chicas que estaban en la mesa de Astrid se levanta y por "accidente" se le cae su bebida en mi ropa.

– ¡Oye! – me levanto limpiándome con un pañuelo. – ¿Qué demonios te pasa?

– ¡Oh! ¡Lo lamento tanto! Fue un accidente. – es una chica de ojos color miel y pelo negro. Esa sonrisa no parece demostrar culpa o algo así.

– Para la próxima debes fijarte y no andar de idiota chocando gente, ¿no crees? – dice Punzie parándose y mirándola.

– ¿Disculpa..? ¿Me dijiste 'idiota', corazón? – la observa de pies a cabeza.

– Pues sí, de otra manera no le habrías tirado eso en la ropa. Además, eso de que fue un 'accidente' ni yo me lo creo.

•El Primer Amor Nunca Se Olvida•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora