9:25 P. M.
Esto es muy injusto.
¿Por qué siempre se tiene que salir con la suya?
Bajé del auto y apenas miré la entrada del lugar me dio un escalofrío por todo el cuerpo. Soy consciente de que cuando estoy ebria digo cosas que, a lo mejor, no debería decirlas.
Y si hay algo que tengo atragantado dentro de mí es la verdad de Anna y Kristoff, pues no quiero provocar más problemas, ya tenemos suficientes con los que tenemos, así que dejaré que ella se lo diga por su propia cuenta.
– ¿Sigues molesta? – volteo y lo miro.
– No, ¿Por qué?
– Lo digo por como me mirabas en el camino. Parecía que me querías matar por haberte traído. – se burla.
– Pues ganas no me faltan. – le sonrío con sarcasmo. – Pero ya está, ya estoy aquí..
– Yo sólo quiero que te diviertas, – se acerca un poco y me acaricia el hombro. – olvídate de todo esta noche y diviértete.
Sonreí forzosamente y asentí. Por suerte todo esto terminará cuando las vacaciones se acaben. Yo regresaré con mi padre a Londres y Anna solucionará sus problemas como la chica madura que algún día fue.
– Sí.. – retrocedo un poco y me aclaro la garganta. – Lo haré.
Jack me sonrió y luego se fue con los demás, ya todos estaban adentro.
Suspiré unas tres veces antes de entrar al lugar. Ya habían muchas personas aquí y eso que todavía es temprano, no me quiero imaginar cuando sean las 12:00 o 01:00 de la mañana.
De lejos vi a Flynn solo y sentado en una de las mesas desocupadas. Estaba concentrado en su celular, seguramente está hablando con Punzie, ella fue la única que se quedó en la casa. Desearía haberme quedado con ella también.
Antes de que algunos chicos me empujaran o algo, me apresuré a llegar hasta la mesa donde él estaba y me senté a su lado.
– ¿Y los demás? – pregunté, pero él no respondió.
Su mirada continúa fija en los mensajes amorosos que Punzie le envía.
– Flynn, – finalmente se digna a mirarme. – ¿A dónde se fueron los demás?
– Hmm.. – mira al frente. – Anna y Merida se fueron a buscar algo para tomar. Jonathan debe estar perdido por ahí, y Jack.. – de lejos ambos lo vemos. Está hablando con una chica. – Ahí lo tienes. – vuelve a mirar la pantalla de su celular.
Mi mirada se vio fija en dos personas que no eran precisamente Jack y esa chica, sino Kristoff y Anna. Ellos estaban más lejos, casi en los pasillos oscuros.
Dios..
– No quiero tomar. – solté cuando llegó Merida con una botella de Vodka y varios vasos.
– ¿Por qué? – me mira angustiada. – ¿Te sientes mal?
– No, digo.. – Mentir es mi mejor opción ahora. – Un poco, sí. – Cierro los ojos y masajeo mi frente con mi mano derecha. – No debí venir.
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•El Primer Amor Nunca Se Olvida•
Novela JuvenilLa distancia no fue suficiente para lograr que Elsa olvide a su primer gran amor de juventud, pero sí que se ocasionaran conflictos y sucesos inimaginables para la joven que, decidida a volver, se lleva una gran sorpresa por parte de su hermana y de...