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Gloria salió de aquel extraño bar con un buen sabor de boca. Y no porque el chocolate haya estado divino, o las galletas deliciosas. Se sentía a gusto, y todo se debía a la amabilidad de aquel extraño joven que trabajaba allí.

"Seguro será popular entre las chicas más jóvenes." Pensó mientras iba de camino a casa con algo de nostalgia de su propia juventud perdida hace años ya.

Si Gloria fuese treinta años más joven quizá hubiese formado parte del séquito de chicas obsesionadas por Pierre, pero no. Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que Pierre no podría hacer parte de las historias que Gloria componía. Ya que sin duda era un tipo apuesto, de piel tan clara como la Porcelana, ojos igual de claros y bicolores. Y un pelo castaño oscuro larguísimo. Además de ser todo un caballero y encima saber escuchar a los más viejos.

"Si hubiese tenido hijos me habría gustado tener uno igual de educado como él." Concluyó ella estando a diez pasos de entrar en el complejo de pisos donde vivía.

Una vez entró en su vivienda, cerró la puerta con llave y pestillo. Gloría sabía que no necesitaba ser tan precavida, ya que los robos con el pasar de los años han ido bajando en picado. El mundo de hoy en día seguía siendo imperfecto, pero al menos el nivel de personas en estado de desempleo bajó casi al completo, y el salario mínimo subió a tal punto de que cualquiera podría comprarse todo lo que quisiera sin mucha dificultad. Y sin embargo, el nivel de salud ha pasado todo lo contrario, ha empeorado con los años, por eso cada vez habían más gentes en camas de hospitales a la espera de trasplantes de órganos nuevos, debido que los suyos propios se habían echado a perder. La sanidad solía avisar en carteles magnéticos que era debido a falta de ejercicios y comidas no sanas que la sociedad de hoy en días ingerían con mucha más frecuencia que no legumbres y verduras. Pero lo que la sanidad no decía eran lo caras que ahora estaban las verduras frescas. Muy poca gente podía encontrarlas ya en el mercado, al menos no las verduras buenas de verdad.

Gloria cerraba la puerta no por temor a que la robasen sino por otro tipo de miedo. Ya que de hace un tiempo la gente mayor empezó a desaparecer porque si. Los informativos decían que gran parte de estos ancianos optaban por la eutanasia y debido a esto ya no estaban. Sin embargo, Gloria tenía sus dudas. Y también, los asesinatos a sangre fría habían ido en aumento, y a los cadáveres siempre les faltaba un órgano u dos. Todo muy raro. Pero por desgracia, al gobierno no le interesaba soltar este tipo información en cadena televisiva, aunque fuese una realidad conocida por todos.

El mundo había avanzado tanto en tecnología punta, pero todavía seguían sin ser capaces de clonar un órgano humano completamente efectivo. El cuerpo siempre lo rechazaba, y no había medicina que resolviera este problema, al menos no todavía.

Intentando despejar la mente de algo tan cruel como sería el asesinato, la señora Gloria cuidadosamente apoyó la chillona bolsa amarilla sobre el sofá luego de dirigirse a la habitación. Allí se cambió de ropa poniéndose más cómoda y arropándose con un albornoz con estampado de flores de cerezo. Ya estando a gusto, volvió al comedor y se sentó en el sofá. Delante suya había una larga mesita de roble blanco con un holograma acomodado en el centro. Era un dispositivo rectangular, del tamaño de un mechero del año 2019, además que se auto recargaba solo, una completa maravilla jamás inventada. Gloria lo alcanzó, dio al pequeño interruptor de encendido e dijo "comando búsqueda". Vería una película cualquiera y se echaría una siesta. No tenía prisa, al final de cuentas era fin de semana, y todavía la quedaba el domingo para terminar de hacer sus cosas.

Gracias al holograma, el invento del ciclo, la piratería tuvo un bajón completo, y todos los usuarios que lo hicieran serían penalizados con pena de cárcel. Gloria no se quejaba de ello, pero de vez en cuando echaba de menos ver películas gratis y leer libros sin tener que gastar dinero. Ahora tendría que pagar por todo, aunque suerte que no era todo tan caro y lo reembolsos eran casi de inmediato en todas las tiendas online. Así que técnicamente seguía siendo grátis a medias.

El Mundo Que Pierre  AdoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora