¿Quién pensaría que Donghyuck, el chico más odioso de la escuela, terminaría buscando a Jung Taehee, la chica más tranquila de la escuela?
¡Hielo y fuego juntos!
El hielo apaga el fuego... ¿o el fuego derretirá al hielo?
«-¿Por qué eres perfectam...
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¿Hana?
Mi corazón comenzó a latir descontroladamente cuando Jaemin nombró a una tal "Hana". Al parecer, era una vieja amiga de Jaeno y la invitarían también a jugar, ya que, Donghyuck no quería jugar conmigo y la escuadra estaría incompleta.
—¿Y ella es de otro país o algo así? —le pregunté a Jaemin intentando ocultar mi tristeza por ya no ser la única chica en el grupo. ¿Y si no le agradaba? ¿Y si era mejor que yo? ¿Y si a Jaemin le caía mejor ella?
—¡No, eso es lo mejor! Vive cerca de Hyuck, pero de las pocas veces que hemos compartido todos, ellos no se llevan de lo mejor —explicó el castaño terminando con una mueca—. Pero yo sí y estoy seguro que contigo también.
—¿Cómo estás tan seguro? —reí incómoda y mentalmente me pegué contra una pared, ¡no debía demostrar así de fácil mi inseguridad, menos con Jaemin!
Jaemin dejó de observar la cancha para voltearse hacia mí y darme una mirada de obviedad. Levanté mis cejas confundida.
—Eres tú, Taehee, eres demasiado agradable como para que alguien te odie —murmuró finalizando con una de sus angelicales sonrisas que me dejaban soñando por días enteros.
—Ojalá... ojalá sea así —respondí desviando la mirada y buscando rápidamente algún otro tema. No quería sonrisas que me acaloraban, ni menciones de Hana—. ¿Y tu perro como está?
—Oh, está muy bien —algo en la mirada de Jaemin cambió cuando pregunté aquello, no sabía exactamente qué, pero me miró unos segundos para volver a sonreír—. Muy bien, te mandó saludos —agregó entre risas.
—¿Sí? Pero no me conoce —dije confundida.
—Pues, le he hablado sobre ti —se encogió de hombros como si lo que dijo fuera algo tan simple. Mi corazón comenzó a acelerarse nuevamente y hasta llegué a pensar que me daría un paro cardíaco ahí mismo—. Drogon sabe todo sobre mí —agregó enfatizando en todo.
Atrás quedaron todos los pensamientos negativos acerca de Jaemin y yo, solamente pude concentrarme en aquellos ojos que divagaban tranquilos por todo el lugar y que de vez en cuando, me miraban como si realmente quisieran observarme.
—Me gustaría conocerlo entonces —comenté y en el mismo instante me arrepentí. ¿Había sonado demasiado ansiosa? ¿Jaemin se lo tomaría mal? ¿Se notó mucho que quería pasar tiempo con él?
Todo se volvió más confuso en mi mente cuando apareció Donghyuck con una de sus sonrisas burlescas y diciéndome lo tonta que era. ¿Desde cuándo el odioso comenzó a aparecer en mis pensamientos?
¡Vete, Lee!
—... es por eso que quisiera que conocieras a Hana —dejé de imaginarme al castaño mofándose de mí para concentrarme en Jaemin que pareció haber terminado de hablar, pero que al estar tan metida en mis pensamientos no le tomé atención.
