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—¡Taehee, Taehee! —al escuchar al Jaeno llamándome desesperadamente sentí la necesidad de hacerme bolita y a la vez invisible

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—¡Taehee, Taehee! —al escuchar al Jaeno llamándome desesperadamente sentí la necesidad de hacerme bolita y a la vez invisible.

Ayer había ocurrido el incidente de mi informe y no quería venir hoy a clases, sin embargo si faltaba mi madre me preguntaría y no quería darle una carga más. Ella era un mujer muy ocupada.

Bueno... tampoco tenía tanta confianza como para hacerlo.

—¿Taehee? —pregunté haciéndome la desentendida cuando el pelinegro llegó a mi lado mirándome con las cejas fruncidas—. No conozco a ninguna Taehee.

—¿Por qué siempre tengo que perseguirte para que hablemos? —Jaeno agachó la mirada herido y yo abrí mis ojos sorprendida. Era cierto, siempre huía del chico y no por razones que lo involucraban a él, pero de todas formas seguía siendo muy amable conmigo. Soy la peor.

—Yo... —avergonzada también desvié mi mirada a nuestros zapatos, no sabía realmente qué decir—. Disculpa, Jeno, ayer tuve un mal día y solamente tengo ganas de desaparecer.

—¿Qué te pasó? —preguntó preocupado, pero rápidamente cambió el tono de su voz a uno más tranquilo—. Igual... no es obligación que me lo digas.

Fue imposible no sonreír ante la amabilidad del chico, había estado tan cegada entre mis sentimientos por Jaemin y lo que me provocaba la actitud de Donghyuck que olvidaba que también tenía a un gran chico muy cerca.

—En pocas palabras todo mi día se arruinó porque cayó café a mi trabajo y a mi pierna —apunté a mi pierna aunque claramente la herida que me había quedado no la podía ver ya que la tapé con pantis.

—¿Puedo corregir eso? —salté cuando escuché esa pregunta para luego girar mi cabeza violentamente.

Donghyuck estaba detrás de nosotros con una gran sonrisa y en sus manos... ¿un documento?

—Iseul le botó el café encima a Taehee —terminó de decir a lo que Jeno respondió con una cara de indignación.

—¿Taehee, por qué no nos contaste nada antes? —al lado de Donghyuck estaba Jaemin mirándome con mucha preocupación. ¿En qué momento llegó? ¿Acabo de notar que él estaba aquí? 

—Uh...

—¡Ya! No la presionen —nuevamente en la semana, Donghyuck volvía a ser mi salvador aunque eso significó ganarnos dos miradas incrédulas—. Acuérdense que fuimos pareja para el informe. Taehee, ven, necesitamos hablar sobre ello —Donghyuck se había dirigido a mí, pero su mirada estaba en sus dos amigos, esperando algo de su parte.

Ellos entendieron de inmediato y se alejaron de nosotros, probablemente yendo su salón de clases.

—Nos vemos en el receso, eh —nos gritó Jaemin luego de darse una vuelta para mirarnos.

Suspiré cuando el chico finalmente nos dio la espalda y me dirigí hacia el castaño.

—No debiste hacerlo, no me importaba si me pregu-

Perfectly Wrong » HaechanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora