¿Quién pensaría que Donghyuck, el chico más odioso de la escuela, terminaría buscando a Jung Taehee, la chica más tranquila de la escuela?
¡Hielo y fuego juntos!
El hielo apaga el fuego... ¿o el fuego derretirá al hielo?
«-¿Por qué eres perfectam...
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La semana pasada había sido totalmente inolvidable y no solamente por el hecho de que Jaemin estaba presente en la mayoría de los recuerdos, sino porque PUBG resultó ser un juego adictivo y cada vez mejoraba con la ayuda del pelinegro que no deja en paz mi mente.
Di una risa silenciosa al pensar en eso, Na Jaemin por fin respondía mis mensajes rápidos y hasta puedo decir que le agradaba hablarme, pues, siempre sacaba temas de conversación y enviaba memes.
¡Na Jaemin me tienes bajo tu poder!
Mordí mi labio para evitar soltar otra risa cuando noté que un castaño me miraba de reojo, castaño que todos identifican como Lee Donghyuck, pero que para mí no es nada más que el amigo odioso de Jaemin.
También había jugado un par de veces con el muchacho dado a que Jaemin lo invitaba y logró irritarme más de una vez con sus risas burlescas al yo morir en el juego. Pero en la vida todo se devuelve, por lo tanto, muchas veces lo dejé morir con la excusa de que aún no entendía bien como ayudar al compañero. ¡En tu cara, Lee!
Al hacer contacto visual con Donghyuck me vi tentada a levantar mi dedo de al medio, pero mi plan fue interrumpido cuando tiró un papel directo a mi cara.
Tomé el papel y tratando de hacer el menos ruido posible, lo abrí.
Soy una perra mala, muy mala. ¿Y si nos vemos a la salida de la escuela para arreglar problemitas?
Fruncí el ceño al leer el mensaje y levanté mi mirada para enfrentarlo, pero lo que me encontré fue a un profesor de biología viéndome interesado.
—¿Y eso que está en sus manos? No veo que sea la materia —murmuró con su voz grave y sentí como mis manos temblaban.
—Uhm, no es nada, profesor —intenté disimular mis nervios formando una sonrisa, pero no sirvió. El papel fue arrebatado de mis manos y en voz alta, el profesor leyó el contenido.
—Soy una perra mala, muy mala... —se quedó en silencio cuando se dio cuenta del contenido del papel—. Señorita Jung, a dirección de inmediato —ordenó sin siquiera mirarme.
Mi rostro comenzó a arder y escuchaba todos los murmullos de mis compañeros, pero solamente pude concentrarme en el castaño que me había metido en aquel aprieto. Intentaba reprimir su sonrisa, pero cuando su mirada se cruzó con la mía, terminó por hacerlo.
En mi trayecto hacia la puerta del salón me fui imaginando todos los golpes que le daría al imbécil de Lee y todo lo que le gritaría luego de salir de dirección. ¡Nunca te volveré a revivir, Lee Donghyuck!
Desde el día de hoy, se había convertido en mi enemigo.
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—Es que... es un poco gracioso —dijo Siyeon tratando de dejar de reír cuando le terminé de contar mi embarazosa anécdota que resultó conmigo teniendo que cumplir trabajo comunitario por una semana.
Le di una furiosa mirada y estuve apunto de levantarme e irme de allí sino fuera porque Jaemin llegó con sus amigos de la nada, entre ellos Lee.
Sorprendida veía cada movimiento del muchacho, como lentamente dejaba su bandeja de comida, como se sentaba y como arreglaba su cabello.
—Perdón, ¿pero podemos sentarnos aquí? —preguntó con su dulce voz. Me quedé unos segundos embobada, sin responderle algo a lo que mi prima se adelantó.
—¿Para qué preguntas si ya lo hicieron? —respondió irónica. Los chicos se dieron miradas incómodas, claramente no acostumbrados a la forma de ser de Siyeon.
—Sí, si pueden —respondí entre balbuceos antes de que el ambiente se volviera tenso. Le di una mirada disimulada a la castaña. Esta respondió con un leve encogimiento de hombros.
—¿Qué tal te fue en dirección, Jung? —se atrevió a preguntar el gran odioso.
Mi embobamiento por Jaemin fue rápidamente reemplazado por irritación. Sabía a la perfección que Donghyuck disfrutaba al máximo verme enojada y le daría el gusto, solamente por ahora, porque cuando finalizara mis planes de venganza nunca más se dedicará a molestarme.
—¿En dirección? —confundido, Jaemin dejó de comer y me observó preocupado.
Sentí como a mi lado mi prima reía levemente causando que la sonrisa maliciosa del castaño creciera.
—Nada importante —dije despreocupada—. ¿Quién no ha ido a dirección alguna vez? —hice el intento de sonar chistosa, pero el otro amigo de Jaemin, Jaeno, se adelantó a responder.
—Yo jamás he ido.
Donghyuck explotó en risas, mientras que Jaemin miraba casi enternecido al pelinegro.
—Nada importante —repitió Donghyuck aún entre risas. La reacción de sus amigos demostró que no tenían idea de su malévolo plan contra mí.
—La verdad si lo fue —Siyeon interrumpió al muchacho lo que causó que su risa cesara y que yo la viera confusa—. Les explicaré, chicos. Su amigo aquí —apuntó a Donghyuck— le hizo una broma de niño de doce años a Taehee porque está demasiado celoso de que ustedes tengan una nueva amiga. Estuvo divertida, sí. ¿Normal para un chico de diecisiete años? No lo sé.
Mordí mi labio inferior con fuerza para reprimir la gran carcajada que quería dar. Mi prima había dejado al aludido sin palabras mientras que sus amigos se miraban sin entender, pero burlones.
—¿Estás celoso, Hyuck? —preguntó Jaemin con un tono empalagoso.
—Hyuck, tú eres único para nosotros —se unió Jaeno a la broma y entre ambos castaños comenzaron a hacerle mimos a su amigo.
La expresión de Donghyuck era digna de recordar. Boca apretada, ojos viéndome con mucho odio y haciendo todo el intento para zafarse de sus amigos.
Sin poder evitarlo, comencé a reírme de la escena y por debajo de la mesa, con Siyeon nos dimos el puño.
Le di una última mirada orgullosa a mi enemigo y entendí perfectamente desde sus labios: Esto no acaba aquí.
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No puedo negar que olvidé muchas cosas de esta historia, sin embargo, intento recordar todo y al menos no olvidé lo esencial (?
Muchas gracias si es que llegaron hasta aquí, agradezco sus votos y comentarios. Totalmente agradecida.
