¿Quién pensaría que Donghyuck, el chico más odioso de la escuela, terminaría buscando a Jung Taehee, la chica más tranquila de la escuela?
¡Hielo y fuego juntos!
El hielo apaga el fuego... ¿o el fuego derretirá al hielo?
«-¿Por qué eres perfectam...
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—¿Preparada? —preguntó Siyeon cuando por instinto paré de caminar cuando llegamos a la escuela. Sentí como toda mi temperatura bajaba a medida que veía más y más alumnos llegar.
—No lo sé —confesé mordiendo mi labio inferior. Pensé que estaría bien volver, sin embargo, los sentimientos volvían a ahogarme de una forma u otra.
—¿Debería llamar a tu papá? —Siyeon me miró preocupada mientras ponía su mano en mi hombro para brindarme un suave apretón. Negué con mi cabeza poniendo mi mano encima de la suya.
—No, algún día tenía que volver —reí sin diversión y volví a mirar la entrada de la escuela. Suspiré largamente y comencé a caminar—. Estaré bien —le dije decidida a Siyeon cuando dio unos pasos para alcanzarme—. Prometo que ahora será diferente.
Apenas di dos pasos más me arrepentí. A unos metros estaba Jaemin apoyado en una pared usando su teléfono y lamentablemente lo primero que vio al levantar su mirada fue a mí. Tontamente me giré hacia atrás estrellándome contra mi prima, situación que permitió que el chico se acercara.
—Taehee... —me llamó suavemente mientras mi prima me tiraba dagas con la mirada después de nuestra inesperada colisión—. Te estaba esperando.
—¿Me estabas esperando? —me giré torpemente no sabiendo qué decir. Cuando lo tuve frente a frente viéndome tan atento y con sus ojos apenados, mi corazón comenzó a latir como la primera vez que acepté que Na Jaemin me gustaba.
—Hablaremos y no puedes escaparte —Jaemin estiró su brazo para tomarme de la muñeca, a pesar de que dudó antes de hacerlo, en segundos ya me tenía tomada mientras mantenía la mirada baja—. Por favor —susurró, probablemente porque le avergonzaba que Siyeon estuviera viendo todo.
—¿Estarás bien con Jaemin? —Siyeon me preguntó sin importarle la presencia del nombrado. El toque de Jaemin se sentía tan cálido que por unos segundos quedé ensimismada en esa sensación y fue lo que finalmente me llevó a asentir—. ¿Segura? —volvió a preguntar.
—Sí.
—Bien, estaré atenta a cualquier cosa —Siyeon se despidió levantando su celular.
Un frío recorrió todo mi brazo cuando Jaemin soltó mi muñeca para mirarme mientras relamía sus labios.
—¿Puedes saltarte la primera clase?
Diez minutos después de esa propuesta nos encontrábamos sentados en la terraza de la escuela, sólo nosotros dos y el sol que a pesar de estar ahí, abrigaba muy poco o quizás mi cuerpo temblando se debía solamente a los nervios.
—Hablaré, sí... hablaré —Jaemin dijo en voz alta, aunque era más para sí mismo—. Hablaré contigo, Taehee y seré sincero, espero que tú también.
—Jaemin, yo...
—Si te vas a disculpar prefiero que no lo digas —me interrumpió el castaño—. El que debe disculparse soy yo —su voz sonó desanimada y bajó la mirada para jugar con sus dedos—. Creo que mi forma de ver las cosas no es muy buena e ignoré tus sentimientos, nunca quise hacerlo y me siento muy confundido —lo miré muy atenta que hasta pude ver pequeños detalles de su rostro—. De verdad yo... ¿yo te gusto, Taehee?
