Capítulo 23.

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_____ P.O.V.

Un molesto rayo de luz hizo que abriera mis ojos. No recuerdo nada. Pero este puto dolor de cabeza me avisa que ayer tomé más de la cuenta.

Me levanto de golpe y dejo salir un suspiro de alivio al ver que estoy en mi habitación, en lugar de estar en la casa de algún desconocido, y de ver que tengo mi pijama puesta en lugar de estar desnuda. Aunque no me acuerdo si yo me la puse. Y tampoco me acuerdo si yo vine sola asta aca.

Pero todo la calma se va cuando noto que no estoy sola en la cama. Alguien durmió conmigo. Y eso me lleva a que yo no me puse la pijama sola.

Le quito las sábanas de la cara lentamente, con miedo.

-Dejadme dormir, coño.-gruñe Alex.

Pongo los ojos en blanco y sonrio.

-¿Qué hacéis aquí?.-pregunto.

Él solo gruñe de nuevo. Supongo que no me va a contestar nada asta que este completamente vivo.

Salgo a la cocina en pijama y en la sala, están Mangel, Rubén, Samuel y Stax durmiendo en el piso.

De repente se me prende un foquito, corro asta la cocina y saco un marcador negro de uno de los cajones. No quiero presumir, pero me sacaba 5 asta en los dibujos que hacía en el jardín de niños.

Me siento en frente de Samuel y le dibujo un intento de elfante, con una trompa enoooorme. Me acerco a Rubén y le djbujo una polla con ojos. Me tapo la boca para que no se escuche mi risa, me paro y hago el baile de la victoria.

La venganza es negra como el marcador, y como Obama.

Me voy dando saltitos a la cocina y me hago un licuado de fresa. Obviamente, con el sonido de la batidora todos se despiertan. Al menos los bestias que esaban durmiendo en el piso de la sala. Stax entra en la cocina quejándose, lo siguen Willy y Rubén.

-Lalalala...-canturreo.

-Jodete-e-e...-canta Stax y yo río.

-¿No es un gran día?.-empiezo-. El sol brilla, los pajarillos cantan, excepto por sus caras Rubius y Vegetta. Estáis del asco.

Me fulminan con la mirada, lo que hace que me ria aún más.

Samuel y Rubén ni se han dado cuenta de mi obra de arte.

Todos los miran, y se comienzan a reír conmigo.

Los dos corren a la sala, seguro para verse en el espejo. Cuando escucho como me gritan insultos, lo compruebo.

I'm a wining, bitches.

Conviviendo Con YoutubersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora